Hace ya más de dos meses de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que dio inicio a una crisis humanitaria en Europa sin precedentes en este siglo. Paralelamente, se ha desencadenado una ola de solidaridad también sin precedentes en los últimos tiempos. Ambos hechos han significado un reto importante para las administraciones, ONG y sociedad civil, que hemos tenido que trabajar manejando las necesidades que nos indicaban desde el terreno, con flujos de ayuda que, en ocasiones, no se correspondían con lo que de verdad era demandado por la población ucraniana.
Partimos de la necesidad de cumplir con toda normativa que afecte a nuestra actividad. Por ello, proponemos que cualquier donación de medicamentos y material sanitario se haga siempre con entidades que tengan la experiencia necesaria, así como la posibilidad de facilitar cualquier gestión de exportación de forma ágil y adecuada que evite cualquier tipo de problema en el traslado del material. Asimismo, como toda ONG, debemos garantizar la trazabilidad de los productos que enviamos. Y esto, tal como nos marca la Agencia Española de Productos y Medicamentos Sanitarios (AEMPS), lo hacemos aceptando donaciones en producto de laboratorios farmacéuticos, hospitales o empresas de distribución farmacéutica.
Concienciar de la necesidad de donar bien ha sido una de las actividades que hemos tenido que realizar estas semanas, y que creemos debe ponerse en valor. Administraciones, instituciones farmacéuticas y ONG hemos conseguido que el grueso de la ayuda farmacéutica se esté canalizando de forma correcta.
Al hilo de las donaciones, queremos poner el foco de atención en las organizaciones. Cada vez que se produce una emergencia, muchas entidades ponen sus maquinarias en marcha con procesos de ayuda, empujados muchas veces por la propia sociedad, alertada por los medios de comunicación. Sin embargo, es fundamental ser ordenados y entender que no se trata de llegar el primero. Asimismo, es importante conocer de forma precisa la situación sobre el terreno y asumir el rol que nos puedan asignar, bien las propias circunstancias que se vivan en el lugar de la tragedia, bien las ONG que llegan a la zona, o a través de la información de las autoridades locales. Este rol exige a veces saber esperar y hacerlo entender a nuestra masa social y, sobre todo, debe permitirnos trabajar en red. La necesidad de profesionales de distintas áreas (farmacéuticos, médicos, bomberos, enfermeros…) nos obliga a trabajar coordinados, ya sea en la zona afectada, desde España, o desde ambos lugares.
Bajo esta filosofía, Farmacéuticos Sin Fronteras participa junto con otras entidades de diferente ámbito en el proyecto Cluster SOS Ucrania (https://www.clustersosucrania.es/), que, bajo una modalidad mixta, está gestionando en España, Polonia y Ucrania el envío de ayuda, tanto farmacéutica como de otro tipo (incluidas dos ambulancias), y de todo aquello que se nos está solicitando desde algunos puntos de Ucrania.
En resumen, es fundamental que, ante situaciones como las que estamos viviendo, se tengan en cuenta las necesidades concretas desde el lugar de la emergencia, y que se colabore con entidades con experiencia contrastada, siempre cumpliendo con la normativa y trabajando coordinados con organismos supranacionales, administraciones locales y ONG, que operen tanto en el lugar de la emergencia como desde el país donante, en nuestro caso desde España.
Es fundamental ser ordenados y entender que no se trata de llegar el primero