Acabo de terminar una videollamada con el líder de una comunidad de Ecuador con quien empezamos a trabajar en proyectos de cooperación allá por el año 2005. A veces las relaciones de trabajo llevan a relaciones más personales. Su frase final: «Qué suerte tienen de vivir en España». 

Y sí, creo que es una suerte. O al menos eso parece desprenderse de lo que vivimos día a día en nuestro entorno, si perteneces al menos a la denominada clase media mayoritaria de nuestro país. 

Pero si uno rasca en los datos de informes como AROPE (de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social) o FOESSA (de Cáritas), podemos deducir que hay una realidad escondida que altera esa percepción.  

Los últimos informes de que disponemos, de abril de 2023, nos dicen que el 27,8 % de la población española está o vive en riesgo de exclusión social. 

Exclusión social/pobreza económica 

¿Esto significa que más de la cuarta parte de las personas que viven en España son económicamente pobres? No; no confundamos la exclusión social con la pobreza económica, aunque ambas tengan una relación muy directa por acabar siendo una consecuencia de la otra. La consideración económica de pobreza está localizada en el 8,3 % de la población, que sufre pobreza material severa, que en resumen supone no poder cubrir ciertos gastos esenciales que pueden tener una persona y un hogar.  

Ejemplos de exclusión son: personas que no tienen relación con su entorno vital, dando lugar a situaciones de soledad, o que a duras penas salen adelante económicamente, con salarios precarios e incluso sin apenas ingresos; comunidades en entornos sociales problemáticos y barrios con viviendas precarias; y personas que no tienen acceso a ningún tipo de protección social o sin posibilidad de atención en salud o educación.  

Contribución a la salud 

Pero ¿qué tiene esto que ver con nuestra salud? Mucho. Ya nos lo indica la OMS en su definición de salud como el completo bienestar físico, mental y social, y no solamente ausencia de enfermedad. Profundizó en esto Marc Lalonde, ministro canadiense de Sanidad que en 1974 publicó el conocido como Informe Lalonde. Una nueva perspectiva en la salud de los canadienses. El documento identificó los llamados determinantes sociales de la salud, realizando la siguiente clasificación: biología, medio ambiente, estilos de vida —yo añadiría aquí todo el entorno socioeconómico— y organización del sistema de salud. Cada uno de estos factores contribuye en diferentes proporciones a la salud general. Como dato principal, la suma de los estilos de vida y el entorno socioeconómico con el medio ambiente tienen una influencia en nuestra salud mayor que la suma de los sistemas de salud y nuestra propia biología.  

La farmacia como activo 

Esta influencia de lo social en la salud —la salud comunitaria— cuenta con la figura de la farmacia y el farmacéutico como uno de los activos más cercanos y accesibles. farmaSOLIDARIA se constituyó hace dos años con esta perspectiva salubrista. El objetivo es ayudar a la farmacia a convertirse en el corazón solidario del barrio, con la posibilidad de ser la referencia en cuanto a la realización de proyectos que mejoren el bienestar de la comunidad, reforzando sin duda nuestro papel como los sanitarios de referencia en el barrio, pueblo o área de influencia. 

¿QUÉ PUEDO HACER DESDE MI FARMACIA?

Por ejemplo, unirte a esta ONG y participaren mayor o menor grado en sus proyectos:

  • Con una aportación económica, bien puntual —como donante— o periódica —como asociado benefactor— sin mayor implicación.
  • Asociándote de base para poder ofrecer a tus pacientes todas las posibilidades que tienen nuestros proyectos de transformación, y acceder a nuestro equipo de profesionales para abordar cualquier problema que en el ámbito social detectes, bien con la ayuda de un trabajador social o de un profesional del ámbito tratado. Adicciones, soledad, bienestar emocional o cuestiones sanitarias como la cardioprotección, y otras que pueden generar riesgo de vulnerabilidad social como la prematuridad en bebés, son abordadas en nuestros proyectos.
  • Finalmente, con una mayor implicación como socio colaborador, siendo promotor de proyectos en tu barrio, aprovechando la cercanía con las personas que lo habitan, en colaboración con las entidades sociales que trabajan en la zona.
  • Y todo ello sin olvidar la posibilidad de ser voluntario.

La farmacia y el farmacéutico resultan fundamentales para lograr el bienestar de vuestra comunidad, y desde farmaSOLIDARIA se cuenta con las herramientas que necesitan para que todo lo social sea un determinante fundamental de una buena salud.

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