La retribución entendida como todo aquello que las personas reciben de su trabajo se conforma de aspectos emocionales, cualitativos y otros más de carácter económico, siendo estos la motivación, la implicación y la compensación económica.
Y justo en ese orden, porque la efectividad de los empleados va ligada a aspectos incluso más profundos que los relacionados con los económicos. La efectividad comienza en las personas, se traslada a los actos y se asocia a los logros. Es un hecho que aunque una retribución económica acorde al empleado se hace necesaria, previamente hay que procurar la motivación y la implicación del equipo, para garantizar el éxito como equipo.
Motivación
Hablar de motivación es necesario porque la dirección de la farmacia empieza a tener una complejidad tal que el titular ya no puede llevarla sola, debe delegar tareas, además de que, como mencionábamos anteriormente, es el personal del equipo el que está en constante contacto con el cliente-paciente, por lo que en el fondo podríamos decir que la esencia de la farmacia está en sus manos.
El primer paso –y con el que el titular asegura que delegar tareas no supondrá un problema para el cumplimiento de objetivos– es establecer la figura de un líder motivador, ya sea él mismo o un gerente que coordine las acciones, pero siempre bajo un clima de comunicación abierta y escucha activa. El objetivo del líder debería ser que la suma de los trabajadores evolucionen hacia la idea de un equipo organizado, formado y orientado a conseguir objetivos comunes para hacer un trabajo de calidad.
La segunda parte implicada en la motivación es la relacionada con el estado anímico y las necesidades emocionales del personal, dado que la atención farmacéutica se combina de calidad en la formación y conocimientos, con comunicación y buen trato al cliente-paciente; es importante que cada uno de los miembros esté satisfecho con lo que obtiene de la farmacia para que su trabajo sea realizado óptimamente.
Algunas de las áreas que se deben cuidar para cubrir las necesidades emocionales son las relacionadas con el horario y la conciliación con la vida personal, el control de logros y objetivos y felicitaciones por cumplimiento, formación útil y de calidad, reuniones de equipo que garanticen su capacidad de comunicación, conocimiento sobre la evolución de la farmacia, la organización y estructura definida en las tareas, etc.
Implicación
Además de la motivación, un aspecto claro que también se traduce en beneficio para el equipo es facilitar su implicación en las actividad de la farmacia. Generar el sentido de «pertenencia» favorecerá tanto al empleado como a la farmacia. Cada miembro será capaz de ver materializado su esfuerzo sintiéndose útil y agente de cambio, y por otro, la farmacia tiene la certeza de que todas las acciones están orientadas a la consecución de los objetivos planteados en el plan de negocio.
Conseguir esta implicación requiere de comunicación y buena relación entre quienes conforman el equipo para facilitar el pensamiento sinérgico, es decir que las ideas más creativas y efectivas sean escuchadas y fomenten que otros colaboren a mejorarlas o propongan unas nuevas que encajen con lo que la farmacia necesita.
El personal de la farmacia debe hacer suyas las motivaciones y proyectos de esta. Con un espíritu sólido de trabajo se llega más lejos, y para ello es imprescindible una organización definida sobre responsabilidades y metas, tener objetivos claros y un ambiente de confianza que se alimente.
Compensación por objetivos cumplidos
Otra forma de retribuir la labor del equipo en la farmacia es mediante un plan de incentivos. El titular o gerente de la farmacia fijará una serie de objetivos a cumplir por parte del equipo; si los consiguen, entonces se verán compensados.
¿Por qué hablamos de incentivos? Porque además de que cada vez se utilizan más, ayudan a despertar un interés de crecimiento y mejor desempeño a futuro. Se trata de un beneficio ya sea de tipo económico o no, puesto que muchas veces la compensación puede ser de otro tipo y que igualmente aporte un beneficio al empleado. Para que el plan de incentivos funcione es imprescindible que exista motivación e implicación por parte del equipo, de lo contrario no será efectivo.
Dicho beneficio será recibido únicamente cuando se cumplen ciertas condiciones previamente predefinidas por el titular y que en cierto modo servirán como base para mejorar la efectividad y ayudar a evitar los vicios habituales de los trabajadores, como la impuntualidad, pérdida de tiempo, retraso en entregas asignadas, etc. Así pues, los objetivos a cumplir no serán siempre orientados a las ventas, sino que pueden ser de tipo mixto, es decir, que aunque se premia la venta también se tiene en cuenta el trabajo bien realizado, por ejemplo disminuir las faltas, reducir el stock, disminuir la devolución de recetas, mejorar la satisfacción del cliente, aumentar el número de tarjetas de fidelidad, etc.
Es importante resaltar que para que una política retributiva sea realmente eficaz debe tener en cuenta aspectos relacionados con las responsabilidades específicas de cada miembro, utilizar distintos tipos y niveles de recompensas y procurar siempre favorecer la integración en todo el equipo.
Si hablamos de incentivos monetarios, entre los que podrían conformar el plan diseñado por cada farmacia, se encuentran los siguientes:
- Incentivos sobre unidades de producción: pudiendo ser individuales o por equipo y se refieren a aquellos que se otorgan al trabajador por el número o cantidad de unidades vendidas.
- Bonos de producción: se refiere a aquellos incentivos económicos que se otorgan al trabajador por haber sobrepasado el número de unidades de producción que la farmacia le demandó en un inicio.
- Comisiones: es el pago que se otorga a cada empleado de la farmacia por proveer el servicio; hablamos de un porcentaje de la cantidad total de la transacción final. Se crea una relación directa entre el beneficio de la farmacia y el del empleado.
- Incentivos ventas (por objetivos): hablamos del pago extra otorgado a cada empleado por cumplir con el volumen u objetivo de ventas marcado en un principio. Este tipo de incentivos puede crearse a nivel grupal, individual, mixto o de bonos por campaña.
Y si hablamos de incentivos no ligados a una retribución económica nos referimos a los premios que se pueden otorgar a los empleados: días libres, la posibilidad de elegir vacaciones, etc.
Cuando hablamos de retribución para el equipo de la farmacia nos referimos a una serie de aspectos de tipo cualitativo y cuantitativo, que exigen del líder de la farmacia un análisis sobre qué aspectos valora más el equipo y cómo se pueden coordinar las tres áreas principales –motivación, implicación y compensación económica–, porque solo manteniendo un equilibrio en las tres estaremos trabajando la gestión de los recursos humanos de la farmacia adecuadamente.