La base para desarrollar una planificación de la farmacia caracterizada por unos objetivos, estrategias y el control de los resultados es la realización del Plan Estratégico. Debemos partir de unas acciones que todo farmacéutico debe realizar: conocer el entorno, generar ganancias e intentar recuperarlas en caso de pérdidas.
Para llevar a cabo el Plan Estratégico debemos conocer los elementos que lo componen.
Análisis del entorno de la farmacia, su competencia, población, clientes y público potencial es la base para llevar a cabo un buen Plan Estratégico. El análisis D.A.F.O. es una herramienta para hacer este análisis desde dos perspectivas: interna, en la que se reflejan las Fortalezas y Debilidades de la Oficina de Farmacia; externa, es decir, las Oportunidades y Fortalezas que influyen en sus acciones.
Objetivos: son las metas que queremos alcanzar. Por tanto, deben ser específicos, cuantificables y controlables en el tiempo. Podemos diferenciar entre objetivos generales y específicos, necesarios para lograr los generales.
Estrategias: son los caminos a seguir para cumplir los objetivos marcados, por tanto son imprescindibles para lograrlos. Se deben marcar en un Plan de Acción, es decir, esquemas específicos, acciones concretas y tiempos de ejecución determinados.
Evaluación de costes: llevar a cabo las acciones establecidas para cumplir los objetivos conlleva una serie de costes, en su mayoría económicos, que deben reflejarse en la cuenta de explotación y controlarlos a lo largo del Plan de Gestión. Por este motivo, se deben evaluar los costes en relación con el objetivo y saber de este modo si va a ofrecer rentabilidad a la oficina de farmacia, normalmente a largo plazo.
Seleccionar a los responsables que ejecutarán las estrategias. Hay que tener en cuenta las capacidades/habilidades del equipo y formarlos si es necesario. Hay que hacerlos partícipes de las necesidades tomadas de forma que se impliquen en la consecución de los objetivos.
Cuadro de mandos: todo Plan Estratégico debe contar con herramientas para controlar el proceso y los resultados. El Cuadro de Mandos es una de ellas y ayuda a cuantificar las acciones de la farmacia a través de un conjunto de indicadores, es decir, valores numéricos que informan desde cuatro perspectivas: finanzas, clientes, procesos internos y formación y crecimiento. Se debe usar de manera periódica para tener una visión de la situación de la farmacia a lo largo del Plan de Gestión.
Con todos estos elementos se debe configurar el Plan Estratégico de la Oficina de Farmacia, un plan que debe seguir todo el equipo y debe ser actualizado constantemente para conseguir rentabilizar la gestión de la botica.