Soluciones innovadoras para el paciente desde la farmacia comunitaria

La farmacia en todo el mundo está viajando a distintas velocidades hacia la mejora de resultados en salud, tomando más responsabilidades clínicas, aprovechando las oportunidades que suponen las necesidades de los sistemas sanitarios. En este artículo se relacionan algunas áreas de innovación en la práctica diaria.

 

Los sistemas sanitarios en todo el mundo tienen numerosos desafíos. En los países más desarrollados estos se relacionan generalmente con el envejecimiento de la población, la financiación de nuevas tecnologías o tratamientos y el aumento de enfermedades crónicas. Adicionalmente, por la presión en los presupuestos se buscan eficiencias en todo el sistema sanitario para extraer el máximo provecho de los recursos disponibles. Existe la necesidad de aumentar el acceso a los servicios de atención primaria, controlar los costes y mejorar los resultados. Respecto a los medicamentos, generalmente resulta más fácil para los gestores de los presupuestos hacerlos más eficientes por la vía de disminuir los precios y márgenes y aumentar los plazos de pago a las farmacias. Esto, a su vez, incentiva a las farmacias a la explotación de vías alternativas de negocio, como la parafarmacia, y a dedicar cada vez más tiempo a mejorar los indicadores comerciales y logísticos sobre productos (margen, rotación, etc.). Uno de los retos de la profesión es ayudar a mejorar la eficiencia de la prestación por la vía de la mejora de sus resultados, obteniendo incentivos por ello.

Los farmacéuticos comunitarios representan el tercer grupo de profesionales de la salud más numeroso en todo el mundo, superado solo por médicos y enfermeras. Para abordar los problemas de los sistemas sanitarios se utilizan con mayor frecuencia todos los recursos existentes, incluyendo los profesionales disponibles que aporten los conocimientos, las habilidades, las capacidades y las competencias necesarias. Esto resulta en una cada vez más difusa frontera entre competencias de las distintas profesiones, lo que supone a la vez una oportunidad y una amenaza.

Tradicionalmente, los farmacéuticos comunitarios han sido vistos como distribuidores de medicamentos y son, en general, profesionales infrautilizados que pueden mejorar los resultados y el acceso a los recursos sanitarios disponibles, con más conveniencia y ofreciendo nuevas opciones de proximidad a los pacientes y de eficiencia a los pagadores.

El medicamento es, en conjunto, la tecnología terapéutica de mayor impacto y coste-eficacia de los sistemas sanitarios. Siendo obviamente una tarea importante, todos coincidimos en que facilitar simplemente el medicamento a los usuarios no es suficiente para alcanzar los objetivos terapéuticos. El desarrollo tecnológico y las nuevas comunicaciones hacen que la tradicional capacidad logística del farmacéutico y los mayoristas sea cada vez menos crítica para pacientes y sistema. La farmacia en todo el mundo está viajando a distintas velocidades hacia la mejora de resultados en salud, tomando más responsabilidades clínicas, aprovechando las oportunidades que suponen las necesidades de los sistemas sanitarios.

Si bien la farmacia comunitaria tiene un historial bien documentado de iniciativas y proyectos innovadores, la implementación generalizada de verdaderos cambios en la práctica habitual es, en general, insuficiente en la mayoría de los países.

Uno de los retos de la profesión es ayudar a mejorar la eficiencia de la prestación por la vía de la mejora de sus resultados, obteniendo incentivos por ello

 

Innovación, viabilidad y sostenibilidad

Al tomar la decisión de introducir un servicio o tecnología, los propietarios de farmacias han de evaluar su viabilidad, incluyendo los nuevos gastos e inversiones y los costes de oportunidad que supone, así como asegurar el seguimiento de los indicadores adecuados. Para que la innovación en la farmacia comunitaria se integre y sostenga, es esencial que el proceso de implantación se gestione de manera eficaz y planificada. Solo el autorizar una nueva práctica o facilitar formación en ella es en general insuficiente para que se generalice. Los primeros adoptantes pueden actuar como modelos a seguir para los adoptantes posteriores. Si bien es poco probable que los primeros prestatarios de un servicio busquen solo una compensación económica, la falta de remuneración es un obstáculo potencial significativo para los prestatarios posteriores. Aunque los sistemas retributivos no son los únicos incentivos para sostener las nuevas prácticas, han de permitir que la incorporación de la innovación en la farmacia sea sostenible y se invierta en ella para, entre otros, registrar (y por tanto acreditar) sus resultados, mejorar su calidad y expandirla entre farmacias y pacientes.

La farmacia comunitaria aprovecha la dificultad de acceso a otros recursos, especialmente a la atención primaria y urgencias, y aborda los problemas debidos al uso inapropiado de medicamentos. Si bien los tipos de servicios de atención al paciente que brindan los farmacéuticos comunitarios son extremadamente variables según el país o incluso según la jurisdicción regional, provincial o local, cada vez más farmacéuticos en todo el mundo actúan sobre: el acceso de urgencia a medicamentos de prescripción (justificadamente si el paciente no acredita disponer de receta); prescripción farmacéutica; renovaciones/extensiones de recetas; cambios en las dosis o forma farmacéutica; sustitución terapéutica, evaluación y prescripción para síntomas comunes; petición e interpretación de pruebas de laboratorio; mejora en distintos ámbitos en el resultado del uso de medi­camentos y en la experiencia del paciente (a veces solo enfocados en determinados grupos de pacientes o medicamentos donde se aporta más valor); mejora de hábitos saludables, y administración de medica­mentos inyectables. La farmacia es el único centro sanitario en el que entra un alto volumen de personas sanas, y siendo un centro sanitario local y comunitario, debería tener cada vez mayor papel sobre cribados, diagnóstico temprano y prevención de la enfermedad. También enfocamos parte de los servicios innovadores a pacientes, enfermedades o síntomas de poca complejidad y de alto volumen, que se resuelven ahora en la farmacia comunitaria, maximizando la atención sanitaria para el mayor número posible de personas.

Aportando soluciones

Así, la farmacia se aleja de su posición como centro de gasto, aportando soluciones y alineándose también en su retribución con las necesidades de los sistemas sanitarios. El rediseño de las prácticas de farmacia comunitaria incluye cambiar el modelo de negocio, implementar nuevas estrategias, integrar tecnología y automatizar u otorgar al personal de apoyo las tareas de menos valor, liberando el valioso tiempo de los farmacéuticos. La expansión del papel de los farmacéuticos comunitarios en la atención al paciente requiere mayor integración en atención primaria. El diseño físico de la farmacia comunitaria tradicional no facilita los servicios de atención al paciente. La formación pre y posgrado (continua y obligatoria en algunos países) debe facilitar las tareas clínicas, la interacción formal con estudiantes de otras disciplinas, el uso de evidencia y de calidad. También existe la necesidad de acreditar a los farmacéuticos previamente y durante la prestación de un nuevo servicio, lo que facilita no solo su autorización sino también su retribución. Actualmente, la mayoría de las farmacias comunitarias utilizan un sistema de dispensación sin documentar los servicios de atención al paciente. Además, los sistemas de farmacia no suelen integrarse con la historia clínica electrónica (HCE).

La salud digital está avanzando rápidamente, lo que brinda cada vez más oportunidades para que los farmacéuticos comunitarios presten servicios en remoto a los pacientes

 

Áreas de innovación

A continuación, se relacionan de manera no exhaustiva algunas áreas de innovación en la práctica de la farmacia comunitaria.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la revisión del uso de los medicamentos como una «evaluación estructurada de los medicamentos del paciente con el objetivo de optimizar el uso de medicamentos y mejorar los resultados de salud. Esto implica detectar problemas relacionados con los medicamentos y recomendar intervenciones». Los servicios de optimización de medicamentos son sistemáticos e integrales, e incluyen servicios directamente relacionados con el medicamento como la adherencia y la mejora de la seguridad del paciente. Los servicios de gestión de medicamentos se centran en la idoneidad, eficacia, seguridad y cumplimiento de los medicamentos con el objetivo de mejorar los resultados de salud, apoyando a personas con enfermedades crónicas (por ejemplo, específicamente diabetes, hipertensión, hiperlipemia, insuficiencia cardiaca o asma) o a pacientes ancianos o institucionalizados para mejorar su calidad de vida, salud y bienestar, y llevar una vida lo más independiente posible apoyando también su autocuidado. Además, los farmacéuticos comunitarios ofrecen servicios de anticoagulación.

La entrega de medicamentos a domicilio, no necesariamente conectada a una farmacia online, ha aumentado el acceso de los pacientes a sus medicamentos al eliminar las barreras del transporte y mejorar la accesibilidad a los productos y servicios farmacéuticos.

La conciliación de la medicación se define como el proceso formal consistente en comparar la medicación habitual del paciente con la medicación prescrita, especialmente después de una transición asistencial, con el objetivo de analizar y resolver las discrepancias detectadas. Permite disminuir los problemas relacionados con los medicamentos y mejorar los resultados de salud. Los farmacéuticos comunitarios están emergiendo en las transiciones asistenciales para ayudar a disminuir las tasas de reingresos y las visitas a Urgencias, y aumentar los ahorros en el coste de la atención sanitaria.

También los farmacéuticos apoyan un mejor uso de los medicamentos, en particular en aquellos que comienzan a tomar un fármaco para una enfermedad crónica.

Los farmacéuticos comunitarios han estado involucrados en servicios de prevención a través de pruebas analíticas en el punto de atención  (POCT, por sus siglas en inglés)  durante años. Más recientemente, los farmacéuticos se han involucrado en las POCT para enfermedades infecciosas como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la hepatitis C, el estreptococo, la gripe y el SARS-CoV-2. A medida que se desarrolla la farmacogenómica, los dispositivos POCT que analizan el metabolismo de los fármacos están cada vez más disponibles y la farmacia comunitaria es un excelente entorno para prestar este servicio. Esto evitaría el uso de fármacos menos eficaces o seguros y probar varios medicamentos para encontrar el correcto, especialmente entre los medicamentos más caros.

También se pueden proporcionar evaluaciones de riesgo a los pacientes por cuestionarios validados, por ejemplo. Estos pueden determinar el riesgo del paciente de desarrollar o evaluar la gravedad de afecciones como depresión, adicciones, deterioro cognitivo, asma y riesgo cardiovascular. Estos pacientes pueden presentarse por estratificación previa por el sistema sanitario a la farmacia, desde donde se puede derivar de vuelta tras la evaluación sistemática por el farmacéutico.

Uno de los servicios más exitosos en bienestar y prevención que ofrecen los farmacéuticos comunitarios es el de las inmunizaciones, lo que ha abierto a su vez la puerta a nuevos servicios; por ejemplo, la administración de medicamentos biológicos no complejos de alto impacto presupuestario (normalmente de administración en hospitales por pura contención del gasto sanitario) o servicios de salud previos a viajes. Estos servicios a viajeros no solo incluyen las vacunas necesarias para viajes internacionales, sino también educación y prevención de enfermedades que no se pueden prevenir con vacunas.

Los farmacéuticos comunitarios brindan servicios para dejar de fumar, lo que facilita la autorización de prescripción de estos tratamientos. Otro servicio introducido, en algunos países, es la prescripción de terapia anticonceptiva para mujeres. Debido al aumento de muertes de pacientes a causa de la epidemia de opioides en determinados países, los farmacéuticos comunitarios participan en la dispensación y administración de naloxona. Otros servicios de bienestar y prevención incluyen la prevención de caídas, la evaluación del sueño, el tratamiento de dolencias menores comunes (como la tos, los resfriados, problemas menores de estómago y de la piel), proporcionar asesoramiento sobre dieta saludable, aumento de la actividad física, control del peso, y reducción de la ingesta de alcohol y otras drogas.

Los farmacéuticos comunitarios pueden cribar y tratar enfermedades infecciosas agudas, como la gripe, estreptococo y Helicobacter pylori, lo que reduce el tiempo de terapia para los pacientes. También son capaces de gestionar y prescribir otras enfermedades agudas comunes, como las infecciones del tracto urinario  (ITU)  no complicadas, con mejora notable en los resultados y una alta satisfacción del paciente.

La salud digital, especialmente tras la pandemia global de SARS-CoV-2, está avanzando rápidamente, lo que brinda cada vez más oportunidades para que los farmacéuticos comunitarios presten servicios en remoto a los pacientes. Los servicios farmacéuticos virtuales (algunos completamente nuevos, más que la mera provisión a distancia de los actuales servicios presenciales) son un nuevo modelo de práctica innovador que ha demostrado mejorar los resultados de los pacientes. Esto permite sistemas y procesos más fluidos, más cómodos, más transparentes, más centrados en la preven­ción y el diagnóstico precoz, más accesibles y cercanos a las expectativas de los pacientes y de los profesionales de la salud. El uso de tecnologías como la prescripción electrónica, la historia clínica electrónica y la telesalud, así como el uso de dispositivos móviles de salud, chatbots, internet de las cosas, wearables, sensores de monitorización remota, big data o inteligencia artificial, han demostrado permitir una mejor continuidad en la atención a pacientes. Estos pueden gestionar mejor su salud, gracias a un acceso más fácil a la información y al asesoramiento de forma cómoda, oportuna y asequible. 

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