El farmacéutico como coach de salud: cómo cambiar el tratamiento por el cuidado

Diana Batlle

Diana Batlle

Farmacéutica y health coach. Creadora de Dala Health Coaching / @dala_health_coaching

El farmacéutico como coach de salud: cómo cambiar el tratamiento por el cuidado
El farmacéutico como coach de salud: cómo cambiar el tratamiento por el cuidado

La salud, ese gran concepto. La evolución de nuestra sociedad ha hecho que veamos la salud como algo más que la ausencia de enfermedad. Cada vez somos más conscientes de que un enfoque integrativo y multidisciplinar compuesto por varios profesionales que aúne tratamiento físico, mental, emocional y social puede enriquecer la calidad de vida de los pacientes de una forma mas plena.

El papel del farmacéutico, como profesional sanitario más cercano a la población, es clave para transformar la visión colectiva de la salud, contribuyendo al bienestar de nuestra comunidad, y logrando una atención más plena y personalizada para cada persona.

Puedes preguntarte ¿qué puedo aportar yo en este cambio de perspectiva? Aquí van 3 estrategias que pueden serte muy útiles:

1. Sé el aliado clave

Cuando desde detrás del mostrador dispensamos, no sólo estamos dando un producto. Estamos escuchando, atendiendo, pensando qué podemos hacer para contribuir con el ser humano que tenemos delante.

Ese compromiso inherente a nuestra profesión es nuestra gran baza para que se nos vea como una guía, un apoyo, con enfoque humanizado.

Probemos de no limitarnos con dispensar aquello que se nos pide; ¿podemos invertir 5 minutos en sencillamente, preguntar a la persona cómo está? Seguramente nos sorprenderá ver la facilidad con que los pacientes confían en nosotros solamente potenciando la escucha activa y la atención.

Si al salir por la puerta de la farmacia esa persona sale reforzada emocionalmente porque se ha sentido escuchada, estaremos contribuyendo a mejorar su salud y potenciando su vínculo con nuestro establecimiento.

2. Potencia las sinergias

La prevención y promoción de la salud es una línea a seguir muy interesante. Podemos promocionar hábitos saludables desde un prisma más creativo y enriquecedor para todos los agentes implicados en el bienestar de nuestra sociedad.

Por ejemplo, ¿te has planteado que tu farmacia colabore con alguna asociación, comercio, centro cívico o espacio sanitario de tu zona para promocionar la salud en actividades deportivas, nutricionales, sociales, etc.? Un taller de gestión del estrés, un curso de cocina saludable... ¡Las opciones son infinitas!

Conseguiríamos que nuestros pacientes adoptaran mejores hábitos, crearíamos lazos con otros profesionales y aumentaríamos nuestro valor como referentes de salud dentro del sistema sanitario.

3. No tengas miedo a preguntar

La accesibilidad que nos proporciona nuestra profesión nos permite generar confianza. Muchas veces podemos ser los primeros en detectar casuísticas sin ni siquiera darnos cuenta.

Una buena comunicación con nuestros pacientes, basada en preguntas abiertas, empática, y sin juicio ni imposición, puede contribuir a que nos demos cuenta de que detrás de lo que nos están explicando hay otros aspectos adicionales por abordar.

Podemos usar esta información para apoyar al paciente, recomendarle otros profesionales sanitarios si procede u orientarle en cómo puede gestionar aquello que le está pasando. Pensemos que somos como un faro: no somos quienes tomamos el timón del barco para que llegue a la costa, pero confían en nosotros para que iluminemos el rumbo a seguir.

Como ves, ser farmacéutico es algo mucho más poderoso de lo que parece, ya que podemos contribuir a mejorar la salud desde muchos aspectos. Seamos coaches de salud, acompañemos a nuestro entorno con pequeños cambios diarios y seremos recompensados con grandes cambios comunitarios. ¡Da el primer paso!

Otras noticias destacadas

Destacados

Lo más leído