Aunque las raíces farmacéuticas de Carlos Alonso Garre estén ligadas a la tierra zamorana en Manganeses de la Lampreana, el pueblo natal de su padre y donde su familia paterna tenía una farmacia, las circunstancias de la vida llevaron a sus abuelos a Madrid, donde la familia se alejó por unos años del mundo farmacéutico. Su padre retomó la senda abandonada y estudió la carrera de farmacia, unos estudios que le comportaron mucho esfuerzo y sacrificio porque debió compaginarlos con el trabajo en el que, en aquellos años, fue el negocio familiar. Una vez finalizados, después de trabajar como técnico en diversos laboratorios farmacéuticos en la capital, en 1968 la familia volvió a reencontrarse con sus orígenes al adquirir la farmacia de la localidad alicantina de Banyeres de Mariola.
«Vivíamos encima del local de la farmacia, por lo que pasé mi infancia rodeado de medicamentos y así he continuado hasta ahora.» En esa farmacia, después de cursar sus estudios en la Universidad de Valencia, fue en la que empezó a ejercer de farmacéutico comunitario y de la que fue titular a principios de 1990.
Carlos Alonso Garre es farmacéutico por la Universidad de Valencia, técnico ortopédico por la Universidad de Barcelona, y máster en Investigación en Atención Primaria por la Universidad Miguel Hernández de Elche. Perito farmacéutico. Secretario de SEDOF. Presidente de FarmaCiencia. Es un farmacéutico por los cuatro costados (incluso su cumpleaños coincide con el Día Mundial del Farmacéutico...). «Aunque esa tradición familiar parece que va a truncarse. Mis dos hijos no se han decantado por seguir los pasos de su padre», nos comenta con la añoranza asomándole en su voz.
Vocación por la calidad
Carlos Alonso tuvo claro cuál era su objetivo desde el inicio de su camino profesional: «Mi “obsesión” ha sido hacer las cosas bien, y lo sigue siendo. Conseguí que mi farmacia en Banyeres de Mariola fuese la primera en obtener el certificado ISO 9001 por AENOR en toda la Comunidad Valenciana, también el ISO 175000 de Comercio Excelente y el Certificado INACEPS que otorgaba la Generalitat Valenciana y que consistía en una acreditación a la excelencia en la gestión a todos los niveles profesionales».
Está convencido de que esta vocación por la calidad le ha aportado ventajas y le ha abierto puertas: «Tener esas acreditaciones, entre otras cosas, me permitió que durante más de tres años fuese farmacia piloto de la implantación de la receta electrónica RELE3 en la Comunidad Valenciana».
Su dedicación al impulso de la calidad y su certificación en la oficina de farmacia –«Creo firmemente en ello», confiesa– han traspasado las fronteras de su propia farmacia: «Participé –explica– en la redacción del manual para la acreditación de las oficinas de farmacia de la Conselleria de Sanitat del Gobierno valenciano, en la elaboración del Manual de Calidad de la Farmacia Alicantina, impulsando en el COFA el Departamento de Calidad, y también en el Manual de Calidad del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos». «Actualmente intento mantener los mismos niveles de calidad en la atención a los pacientes», añade.
Farmacia asistencial
Carlos fue vocal de Oficinas de Farmacia del Colegio de Farmacéuticos de Alicante entre los años 2000 y 2010.
Ejerció como titular de la farmacia de Banyeres de Mariola hasta el año 2012. A partir de ese año se produjo un cambio radical en su trayectoria, ya que dejó su farmacia de Banyeres para incorporarse al equipo profesional de la Farmacia La Barbera, cuya titular es la Dra. María González Valdivieso, en Villajoyosa.
«He pasado de trabajar con indicadores de calidad en la gestión a integrarme en un equipo que lo hace con indicadores de la salud de los pacientes. María González dirige una farmacia intensamente volcada hacia la vertiente más asistencial, que trabaja por desarrollar servicios para mejorar la atención a las personas que toman medicamentos», explica.
Por eso está muy satisfecho de poder colaborar en una farmacia cuyo eje vertebrador es precisamente esta labor asistencial, aunque reconoce que existe margen para la mejora: «Hay también puntos débiles –dice–, precisamente los que nos dificultan desarrollar nuestro trabajo como nos gustaría, como son el no poder acceder a la historia clínica, problemas en la comunicación con algunos médicos y la falta de integración en el sistema sanitario».
Nos explica que la apuesta de la Farmacia La Barbera por una farmacia asistencial implica esfuerzos adicionales: «Aparte de la problemática actual por los desabastecimientos, lo que complica mucho proporcionar al paciente los tratamientos que necesita, destinar recursos a la optimización de la farmacoterapia de las personas que toman medicamentos dificulta mucho la gestión económica y laboral de la farmacia. Si estos servicios estuvieran remunerados, una reivindicación lógica ya que han demostrado un ahorro importante en el gasto sanitario, podríamos desarrollar nuestra labor más y mejor».
La cartera de servicios que proporcionan es extensa y abarca diversos aspectos. «En la farmacia –explica– prestamos, además de la dispensación e indicación de medicamentos, otros servicios como la mencionada Optimización de la Farmacoterapia, sistemas de SPD, MAPA, deshabituación tabáquica, consejos nutricionales, ortopedia técnica y análisis clínicos. También se organizan talleres para la comunidad; los últimos han sido un taller técnico para personas con diabetes y otro para padres sobre cuidados infantiles.» Y añade: «Asimismo, colaboramos con campañas sanitarias y promovemos la investigación tanto a nivel interno, tesis, TFM, publicaciones y participaciones en congresos como en estudios promovidos por la Universidad y sociedades científicas».
El equipo de la farmacia está formado por cinco farmacéuticos, dirigido por la Dra. María González, con el apoyo de dos auxiliares a media jornada. «La formación continuada es uno de los puntos importantes necesarios en nuestro día a día, por lo que al margen de participar en cuantos cursos de formación consideramos interesantes, se realizan sesiones clínicas y reuniones de formación. Todo el equipo se inscribe anualmente en el Plan de Formación Continuada de Fedefarma y en las escuelas SEDOF de Optimización de la Farmacoterapia.»
Asociaciones y profesión
Carlos Alonso se implica en lo que él cree útil para la mejora de la profesión, y participa en diversas asociaciones en las que puede estar en contacto con compañeros que tienen sus mismas inquietudes: «Soy miembro de SEDET, SEFAC, SEDOF y FarmaCiencia, cada asociación me aporta algo».
Es secretario de la Sociedad Española de Optimización de la Farmacoterapia (SEDOF) desde su fundación hace siete años. «Es una sociedad científica –nos comenta– cuyo objetivo es aglutinar a los profesionales que ejercen lo que en su día se denominó seguimiento farmacoterapéutico, entendido como la evaluación integral de todas las necesidades farmacoterapéuticas de los pacientes, el diseño de un plan de cuidados específico e individualizado para cada uno de sus problemas de salud, a fin de conseguir unos resultados en salud definidos que mejoren la calidad de vida del paciente.» Y esto no es todo: «Soy socio también de la Sociedad Española de Expertos en Tabaquismo (SEDET). Estoy convencido de que la formación y estar al día es básico para poder ayudar con garantías a los pacientes a dejar de fumar».
Por el momento su presencia en internet se circunscribe a la esfera de las redes sociales: «Tengo cuenta personal en Twitter, Facebook, Instagram y Linkedin, y la Farmacia La Barbera está presente también en redes sociales como Facebook e Instagram».
La Farmacia La Barbera apuesta de forma decidida por «ganarnos la confianza de los pacientes con el trabajo bien hecho y de calidad. No es una farmacia de paso, y las ventas de parafarmacia, promociones, ofertas... no tienen un peso relevante en el conjunto». En este escenario, y en lo que entiende en línea con el código deontológico de la profesión farmacéutica, Farmacia La Barbera no vende productos homeopáticos. Defiende que «al carecer de evidencias científicas, suponen un engaño y en ocasiones son causantes de problemas de salud por el abandono de la medicación, o por el retraso en el inicio de un tratamiento eficaz».
La «lucha» porque en las farmacias sólo se dispensen medicamentos necesarios, efectivos y seguros es el empeño actual de Carlos Alonso. Junto con diversos compañeros fundaron FarmaCiencia, de la que es presidente, con el objetivo de sensibilizar a médicos, farmacéuticos y a las Administraciones frente a lo que consideran una seudociencia sin valor terapéutico. «La profesionalidad del farmacéutico y la confianza de los pacientes no pueden basarse en tratamientos ineficaces a base de azúcar», sentencia.
Futuro incierto
Divisa un horizonte, ya no muy lejano, con incertidumbres: «Veo un futuro complicado, con bajadas de precios continuas, lo que va a dificultar aún más la gestión. Veo también un futuro digital al que tendremos que adaptarnos y sobre todo una realidad como son los nuevos medicamentos biosimilares que habrá que tener muy en cuenta».
Lanza una crítica velada al camino que mayoritariamente está siguiendo el sector, y defiende alguna de sus recetas para poder avanzar en un futuro en el que muchas cosas van a cambiar respecto al presente que ahora conocemos: «La continua mercantilización de la farmacia –dice– hace que nuestra labor como profesionales quede relegada a un segundo plano. La dispensación de medicamentos deberá acompañarse de un servicio por parte del farmacéutico, bien sea en la propia farmacia, por teleasistencia o en el domicilio del paciente. El futuro no está en entregar medicamentos. La entrega la pueden hacer (igual o mejor que nosotros) máquinas o robots y la distribución al domicilio está a punto de caer en manos de empresas como Amazon, Glovo o similares».
Entiende que es imprescindible un cambio de modelo: «Deberíamos superar el cobro por la dispensación de medicamentos», opina. Y añade: «Me gustaría que la remuneración estuviese ligada a nuestro trabajo como profesionales del medicamento y no por una mera y simple entrega de medicamentos». «El día que tengamos una remuneración por mejorar la salud de los pacientes, incluso por no dispensar (por duplicidad, contraindicación o simplemente porque el paciente no necesita un determinado medicamento...), habremos dado un paso para esa salida del túnel.»
Farmacia La Barbera es la cristalización de una manera de entender la profesión, la que M.ª González Valdivieso y Carlos Alonso hacen realidad en La Vila Joiosa.
Farmacia La Barbera Lda. María González C/Barranquet, 14. 03570 Villajoyosa (Alicante) Tel.: 966 810 421 www.farmacialabarbera.com https://www.facebook.com/farmacialabarbera/ https://www.instagram.com/farmaciabarbera/?hl=es |