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  • Informe ASPIME 2021: Capítulo 2. Comparativas de parámetros fiscales entre farmacias según volumen de ventas

En este capítulo, Xavier Besalduch, economista socio de ASPIME, analiza los distintos resultados económicos y con trascendencia fiscal obtenidos entre todas las tipologías de oficinas de farmacia ya descritas en el capítulo anterior (El Farmacéutico n.º 607), que van desde las farmacias más pequeñas, con una facturación de menos de 300.000 euros, hasta las que superan los 2.000.000 de euros anuales.

El autor reconoce que comparar, por ejemplo, la base imponible generada en una oficina de farmacia de más de 2.000.000 de euros de facturación con una farmacia de viabilidad económica comprometida (VEC) no tendría sentido, ya que no podría establecerse ninguna relación. Por ello, en el Informe ASPIME no se comparan resultados basados en las cifras o montantes económicos, sino en los porcentajes de las principales magnitudes, como el margen bruto, el margen neto antes y después de impuestos, y el coste laboral y la inversión sobre la facturación.

Se destaca, como siempre, que el margen bruto más ajustado, y que coincide con el precio oficial del medicamento, es el que obtienen las oficinas de farmacia situadas en el rango más pequeño, un 27,98%, y a partir de ahí se va trazando una parábola que inicia su retroceso en la horquilla de mayor facturación, cuyo margen bruto es del 29,32%. Las razones por las que las oficinas de farmacia pequeñas están situadas en la línea roja (si no están ya incluidas en las conocidas como farmacias VEC) ya se comentaron en el primer capítulo. La cifra de la farmacia «grande», en cambio, podría tener una doble interpretación, ya que el margen decrece respecto al resto de los tramos:  un primer motivo podría ser la fijación de precios PVP competitivos por su gran capacidad de compra, y otro que, dentro de esta muestra, también se encuentran oficinas de farmacia cercanas a los centros de salud, y por ello la dispensación financiada a la Seguridad Social y a otras mutualidades se ve afectada por el real decreto, minorando así ese porcentaje de rentabilidad comercial.

El margen neto queda supeditado a circunstancias dispares entre todo el sector; por ejemplo, hay oficinas de farmacia cuyo local es de propiedad, y otras que están en régimen de alquiler, o aquellas en las que las decisiones de gestión o la ampliación de horarios obligan a disponer de un equipo más profesional y, por ello, con mayor retribución, pasando también por aquellos titulares que reinvierten parte de este rendimiento generado en la mejora y acondicionamiento de su establecimiento. Todos estos factores y circunstancias afectan directamente a este resultado, y, en función del coste, afectarán también al rendimiento. Se observa una vez más que es la farmacia pequeña la que despunta en este porcentaje, en este caso con un 13,81%, lo que se debe a su escasa estructura de gastos, y, en muchas ocasiones, sin coste de personal.

Entrando de lleno en el principal gasto que tiene una oficina de farmacia, que es el coste de personal, la retribución bruta más la Seguridad Social de la empresa, se destacan como cada año el compromiso y la constancia del sector en la contratación de calidad, femenina y estable. Aun con la pérdida hace unos años de los incentivos fiscales por el mantenimiento de la plantilla, el coste de personal sobre facturación ronda el 8% y llega casi al 11%. Existen informes en el mercado que determinan cierta estadística en cuanto a facturación por empleado, aunque con algunas reservas dado que ello depende de la estrategia y gestión llevada a cabo por el titular. Aquí se excluye una vez más a las farmacias de menor tramo por su poca capacidad de contratación de personal (y en ocasiones parcial), cuyo porcentaje sobre las ventas es de un 3,97%. En la magnitud analizada en este apartado sí que se traza una línea ascendente: a medida que la oficina de farmacia factura más, mayor es la contratación, siendo obviamente la del tramo mayor (para las oficinas de farmacia que facturan más de 2.000.000 de euros) la que presenta la cifra más alta, que arroja un porcentaje del 10,77%.

La oficina de farmacia se ha caracterizado desde hace años por ser una empresa que reinvierte constantemente en su negocio, en menor o mayor grado, pero que tiene en su protocolo de gestión la partida de inversión, ya sea en informática (y no tan solo por la implementación de la receta electrónica, sino, por ejemplo, para llevar a cabo una mejor gestión y control del stock), o en instalaciones, mobiliario, robotización, etc. Vemos que, ya desde las farmacias de menos de 300.000 euros, se registra un porcentaje de amortización del 3,51% sobre ventas, y en todos los tramos se mantienen porcentajes por encima de este, llegando al 5,05% en el tramo intermedio, que es el situado entre 900.000 y 1.200.000 euros.

Finalmente, y en lo que respecta a cada bolsillo del titular de la oficina de farmacia, en el Informe se refleja el «beneficio después de impuestos», una vez tributado este rendimiento en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Aunque parezca una paradoja, el mayor resultado porcentual lo generan las farmacias pequeñas, pero, hay que remarcarlo, en porcentaje, no en resultado. En el presente informe el grupo de oficinas de farmacia que ha obtenido mayor rentabilidad porcentual, una vez pagados los impuestos, ha sido el de las que se sitúan en el linde de los 600.000 euros de facturación anual, con un 6,91%, siguiéndoles el siguiente grupo (hasta 1.200.000 euros) con un 6,66%.

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