El sabor dulce se percibe más intensamente a temperaturas altas y por eso muchos de nuestros postres se sirven fríos, imaginando una mousse de chocolate bien caliente y pringosa se puede entender mejor el concepto; es por eso que el vino dulce se sirve siempre frío, entre 7 y 9 grados.
La sensación de acidez también se potencia con las temperaturas altas, por eso los zumos de naranja o limonadas se toman bien frescos. Los tintos cuanto más jóvenes y ácidos, más fríos se deben tomar, en cambio los blancos con barrica y menos ácidos es mejor a temperaturas más altas.
¿Por qué tomamos el café caliente? El amargor se percibe más intensamente a temperaturas bajas. Por eso los tintos, que son más amargos que los blancos, se toman ligeramente más calientes, e igualmente pasa con la astringencia, que se mitiga con una temperatura un poco más elevada.
El alcohol se percibe más intensamente con altas temperaturas, por eso miramos de bajar la temperatura de los vinos muy alcohólicos. Los muy aromáticos o de variedades muy aromáticas ven reforzada esta complejidad aumentando un poco la temperatura.
Aunque a veces hacemos referencia a la famosa frase «tomar a temperatura ambiente», recordad que cada zona tiene unas temperaturas diferentes y que nunca debería tomarse un vino a temperaturas superiores a los 25 grados, por muy «ambiente» que sea.
Comando G. La mujer cañón 2015
Precio: 48,00 €
Elaborado por Uvas Felices, es un vino tinto de la D.O. Madrid, elaborado con uva garnacha y con 14,5 grados de alcohol. Este vino es muy peculiar en nariz, con un fondo de hierbas mediterráneas, muy profundo y con frutas rojas confitadas en segundo término. En boca es elegante y amplio con unos taninos perfectamente integrados que le dan un gran volumen en boca y un perfume a cerezas y ciruelas que persiste en boca. Muy largo y aterciopelado. Perfecto para tomar con buey guisado, caza o carnes rojas intensas o liebre royal. Un descubrimiento excelente.