Existe una forma de clasificar los vinos que los distingue entre vinos atlánticos y mediterráneos.Los vinos mediterráneos tienen una fuerte carga frutal, son vinos con mucho cuerpo, grado elevado y muy bien estructurados y redondos. Presentan, además, una acidez moderada. Su alto contenido alcohólico es debido en parte a la climatología de la zona de cultivo, típicamente en zonas de elevadas horas de insolación y altas temperaturas que producen una mayor presencia de azúcares en la uva, y por consiguiente unos vinos más golosos. Son, en definitiva, unos vinos complejos, de colores intensos y vivos, con mucho carácter y lo que muchos expertos llaman horizontales; vinos que se expresan en la boca poco a poco, dando matices al subir la temperatura, con profundidad y gran recorrido en boca.
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