En los meses de invierno, las temperaturas frías, el viento o la calefacción pueden producir diferentes síntomas oculares, como la irritación, el ardor, la sensación de sequedad, la sensación de arenilla, el lagrimeo excesivo o la pesadez palpebral. En consecuencia, podemos padecer el síndrome del ojo seco, una afección que se produce porque la superficie ocular no se encuentra correctamente protegida por la lágrima, por un déficit en la cantidad o calidad de la película lagrimal1.
Alcon, compañía líder en salud visual, ha lanzado la campaña «Tienes mucho que ver» con el objetivo de concienciar a la población que se acerque a las farmacias suscritas a la iniciativa sobre el ojo seco, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y el glaucoma.
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