La realidad de los últimos gobiernos en minoría parlamentaria y el previsible gobierno de coalición –llamado, eufemísticamente, de geometría variable– que ha salido de las pasadas elecciones del 28 de abril nos ponen ante una tesitura muy favorable para que un sector como el del medicamento pueda empezar a pensar en negociar una regulación estatal para las cuestiones pendientes.
Dos buenos conocedores del sector farmacéutico, Félix Lobo y Antoni Gilabert, expresan sus opiniones sobre cómo debe ser la política de precios de los medicamentos