La farmacia se consolidó hace ya mucho tiempo como un establecimiento de cercanía que tiene la particularidad de haber ido adquiriendo más importancia, en la medida en que la mayoría de las profesiones universitarias ya no tienen presencia en muchos lugares, por el propio desarrollo de la dinámica social de nuestro tiempo.
En el artículo anterior de esta serie (El Farmacéutico n.º 551), se explicó la preferencia que, en función de la normativa civil o administrativa, pueden tener los trabajadores, copropietarios e incluso familiares en la transmisión de una oficina de farmacia. A continuación veremos otras limitaciones, no procedentes de la ordenación farmacéutica, que pueden afectar a la operación (tabla 1).
Las comunidades autónomas deben reflexionar sobre la necesidad de mejorar la situación económica de las farmacias a través de la ordenación farmacéutica, evitando las farmacias subvencionadas y el fracaso que supone el cierre de las farmacias inviables. Así lo afirma el Observatorio del Medicamento de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), tras analizar los resultados del estudio sobre «Ordenación Farmacéutica y desarrollo económico de las farmacias», realizado por la Asociación Empresarial de Farmacéuticos de Canarias (FEFARCAN) en colaboración con FEFE.
El número de farmacias en España ha crecido desde 2011 sin tener en cuenta el descenso del mercado. Los ratios exigidos para la apertura de nuevas farmacias han provocado durante los últimos años problemas de inviabilidad, cierres y la necesidad de subvenciones para subsistir. Según la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) dicha situación requiere un replanteamiento de la ordenación farmacéutica en algunas comunidades autónomas para ser solucionada.
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