Hay un dicho italiano que reza lo siguiente: «O si cambia, o tutto si ripete» y cuya traducción, por obvia, no es necesario poner aquí. Pues bien, se ha acabado 2020, el año maldito, el año de las mascarillas y la ausencia de abrazos, de las polémicas estériles, de los golpes en el pecho, de los aplausos y los reproches. El año del que decían que íbamos a salir mejores (tierna inocencia). El año que cambiaría nuestra forma de ser y actuar (¿en serio?). Y llegamos, por fin, al año de la ansiada vacuna y, ojalá, de la lenta vuelta a una cierta normalidad (nueva o vieja, da igual).
Los presidentes del grupo Cofares, Eduardo Pastor, y de la Sociedad Española de Farmacia Rural (Sefar), Jaime Espolita, han firmado un convenio de colaboración que incluye diferentes y variados aspectos con el objetivo de «estrechar lazos de cooperación en iniciativas e intereses comunes sobre aspectos relacionados con el ámbito farmacéutico, en el ejercicio de sus respectivas actividades». Tanto Eduardo Pastor como Jaime Espolita han destacado, tras la firma del acuerdo, «el trascendente apoyo que supone para la farmacia rural y la cooperación recíproca en actividades de interés común, además de buscar nuevas vías de salida a estas oficinas de farmacia».
El pasado día 22 de abril finalizó el plazo de presentación de candidaturas para la elección de la nueva Junta Directiva de la Sociedad Española de Farmacia Rural-SEFAR. Al existir una única candidatura presentada, ésta ha sido declarada electa por la Junta Electoral.
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