Poco a poco el consumidor está más concienciado en el cuidado de la piel. Sabe que, en verano, debe protegerla frente a agresiones externas como el sol, la sal del mar, etc., y que en invierno el frío, la calefacción o los cambios bruscos de temperatura pueden provocar que se reseque o incluso se descame y deshidrate. Además, el alcohol, el tabaco y una alimentación rica en grasas saturadas son factores determinantes para la pérdida de humedad, una condición que se manifiesta con rapidez en la epidermis en forma de sequedad, enrojecimientos, arrugas prematuras o granitos. Por todo ello, la hidratación y cuidado de la piel es imprescindible hoy en día.
Lo más leído
La información de esta página web está dirigida exclusivamente al profesional sanitario.