El sol de alta montaña es más peligroso para la salud de nuestra piel que el de playa, ya que, al estar en cotas superiores su intensidad es mayor y más dañina. Por cada 1.000 m de altura se aumenta entre un 10-15% el efecto de la radiación ultravioleta, pudiendo producir, a la larga, problemas dérmicos.
Los reparadores dérmicos Genosun han sido ideados para cuidar la piel después del sol. La hidratan, la alivian y la regeneran gracias a los antioxidantes que contienen.
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