Aunque siempre he estado vinculada a la formación farmacéutica, desde mis primeros años como profesional esta actividad ha estado ligada por uno u otro motivo a la formación continuada del farmacéutico comunitario. Siempre he defendido la formación continuada de los farmacéuticos como una necesidad y como un requerimiento básico para que un farmacéutico pueda continuar ejerciendo su actividad asistencial. Por cierto, como para cualquier otro profesional sanitario.