IntroducciónCada año, entre mediados de marzo y mediados de abril, coincidiendo con el cambio estacional y horario, llega la consabida astenia primaveral. No se trata de una enfermedad, sino de un conjunto de síntomas que se caracterizan principalmente por una sensación de falta de motivación y debilidad, que afecta a la calidad de vida de quien los sufren. Se relaciona con la adaptación al cambio climatológico, al cambio horario (que supone una readaptación del ciclo circadiano vigilia/sueño, con una variación de una hora de un día para otro), y también con los procesos alérgicos.
El triptófano es un precursor de serotonina, neurotransmisor implicado en el equilibrio bioquímico del cerebro y responsable de regular nuestro estado de ánimo.
La astenia primaveral produce una sensación de cansancio físico y mental que aparece sin causa aparente y nos afecta en el día a día. Suele presentarse durante los meses de primavera y la suelen padecer las mujeres más que los hombres. La disminución de las beta-endorfinas en plasma (neurotransmisores moduladores del dolor, el hambre, la temperatura corporal, la reproducción y el estrés) conlleva a un trastorno de adaptación a la estación primaveral o astenia primaveral.
Se acerca la primavera y como reza el refrán «la sangre altera». Y no le falta razón. Con el cambio de estación, llega el buen tiempo, pero también los cambios de humor, debidos al aumento de la luz solar que provoca un incremento en la producción de hormonas, como la serotonina o la melatonina. Estos cambios no siempre son positivos y pueden provocar lo que comúnmente se conoce como astenia primaveral.
La astenia es la sensación subjetiva continuada de cansancio, tanto físico como intelectual, sin causa orgánica conocida, que va acompañada de una pérdida de motivación y de interés por el entorno.
Lo más leído
La información de esta página web está dirigida exclusivamente al profesional sanitario.