Hemos intentado que la portada de este número, el 599, sea una imagen que sugiera cambio, una portada premonitoria. Nos indica que algo se está cociendo en esta casa. Ediciones Mayo. Especialmente en su mascarón de proa. El Farmacéutico. Hace meses que estamos enchufados cargando baterías. Es una mezcla de ansiedad, trabajo, inquietud e ilusión. Los pasillos bullen de ideas y los despachos se llenan de informes. Todo eso y mucho más que no os contamos, porque los trapos sucios siempre se lavan en casa, es lo que hay detrás de esta portada que ya habéis visto. Si no la habéis mirado os recomiendo que lo hagáis ahora que os he descubierto las claves que os ayudarán a descifrarla.
Quedan cien y pico palabras aún para acabar. Las más peligrosas. Ahora podría empezar a contaros cosas de las que llegarán de aquí a unas semanas, pero caería en lo que he dicho que intentaría evitar. Aunque bien pensado, en el caso que nos ocupa, por mucho que me esforzara no podría explicar lo más importante de la historia, porque esa parte la escribiréis vosotros. Nuestras ideas, nuestros cambios, todas nuestras expectativas serán un suflé si no continuamos contando con vuestra confianza.
Lo que os digo ahora no es un spoiler, sino un compromiso. Nuestra apuesta por la independencia y la rigurosidad no van a cambiar. Os prometemos sorpresas, pero no vamos a cambiar nuestros valores. Los de siempre.