A partir de una vendimia bien madura, se elabora un vino blanco al que se le añade alcohol, un mosto muy dulce hecho de uvas muy maduras mezcladas con un 25% de alcohol (sifone) que ha envejecido durante varios años, y una mistela de arrope (cotto o calamich), que también ha podido envejecer. Finalmente, se envejece varios años en barriles llenos sólo en sus dos tercios, y no sufrirá ningún tipo de alteración debido a su elevada graduación alcohólica (entre los 18 y 21 grados), redondeando sus sabores y aromas, y oscureciendo aún más su color.
Para los marsalas blancos se utilizan las variedades de uva Catarrato, Grillo o Inzolia. Para los tintos se usan uvas de Pignatello, Calabrese y Nerello.
Hay diferentes tipos de Marsala según el tiempo de envejecimiento. Encontramos desde el Marsala Fino, con un mínimo de un año de crianza, el Superior, con una crianza de entre 2 y 3 años, el Superior Reserva, de 4 años, el Virgen o Solera, de 5 años y el Virgen Extraviejo, de 10 años.
El Marsala se producía y sigue produciéndose según un proceso llamado in perpetuum, muy parecido a la Solera para obtener Jerez, aumentando su sabor, aroma y grado alcohólico, perfecto para largos viajes por mar.
Los tipos Superior y Virgen secos son amaderados, con aromas a vainilla, caramelo miel y algún matiz cítrico. Se consumen frescos en el aperitivo o bien con pescados y productos del mar. Los Finos y Reservas son perfectos para acompañar postres, foie y quesos de hierbas o picantes.
Bodegas Binifadet (Menorca)
Precio: 7,50 Euros
Este vino tinto con 70% de Merlot y 30% de Syrah tiene unos toques de frutos rojos y yogur. No tiene crianza y en boca es fresco, jugoso, natural y franco, con unos toques muy seductores a violeta, carbón, salinos y a mora. Muy fácil de tomar en cualquier ocasión. Perfecto con unas formatjades menorquines o cualquier guiso de conejo o ternera.