Los analgésicos son los fármacos más utilizados en atención primaria, se prescriben tanto para el tratamiento sintomático de procesos agudos como crónicos. Entre ellos los más utilizados son el paracetamol y los AINE (antiinflamatorio no esteroideo), en particular el ibuprofeno.
La warfarina es el anticoagulante oral (AO) más utilizado en la profilaxis a largo plazo de las complicaciones trombo embólicas que acompañan a diversas enfermedades.
El infarto de miocardio se produce cuando, por alguna razón, una parte del corazón sufre una necrosis debido a la falta de oxígeno, ya sea porque el flujo sanguíneo es deficiente o bien porque se haya originado un trombo, un coágulo, en una de las arterias del corazón. Este tipo de enfermedades es característico en personas que sufren hipertensión, que tienen el colesterol elevado, fumadoras u obesas.
El aceite de ricino, como otras plantas o sustancias de origen animal con fines curativos, se viene usando desde la antigüedad, remontándonos al Paleolítico; es lo que hoy conocemos como medicina primitiva. De esta manera se demuestra que en toda civilización, desde los sumerios en Mesopotamia a la actual, ha habido personas que han buscado remedios frente a las enfermedades.
Muchas veces compramos medicamentos con nombres que a veces no comprendemos. Uno de estos medicamentos, y uno de los que más se habla en los últimos tiempos, es el captopril, un inhibidor de la enzima de conversión de la angiotensina (IECA), que consumen muchas personas con hipertensión.
El ácido acetilsalicílico ha pasado a ser uno de los analgésicos más utilizados a nivel mundial, sumando sus efectos antitérmicos y antiinflamatorios, que lo convierten en un fármaco de gran popularidad.
Hoy en día gracias a la investigación vivimos en un mundo en continuo desarrollo en el que la tecnología siempre está a la orden del día. Concretamente, en el ámbito sanitario ciencias como la farmacología y la tecnología farmacéutica crecen exponencialmente hacia un futuro que no tiene límites, y en este transcurso de descubrimientos y nuevos aportes nos encontramos un hallazgo que no se puede pasar por alto, el aislamiento y purificación del ácido acetilsalicílico en 1897 por el farmacéutico alemán Félix Hoffmann, de la casa Bayer, para, dos años mas tarde, comenzar a comercializarlo con el popular nombre que todos conocemos: Aspirina. Destaca por ser el AINE por excelencia por sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas, antitérmicas y antiagregantes plaquetarias.
Hoy sabemos que la gota ocurre debido a la formación de cristales de ácido úrico en algunas articulaciones. Para que estos cristales se formen es preciso que existan niveles altos de ácido úrico en la sangre (lo que se llama hiperuricemia), pero sólo algunas personas con hiperuricemia forman cristales y llegan a padecer gota. El depósito de cristales es reversible, es decir, que cuando se reducen los niveles de ácido úrico en la sangre a niveles normales, los cristales se disuelven y desaparecen, y con ellos la gota. Los cristales provocan inflamación de las articulaciones, que es intensa y muy dolorosa, los llamados ataques de gota. Una vez que estos ataques han pasado, los cristales quedan en las articulaciones sin causar mayor molestia hasta que ocurra el próximo. Los ataques suelen ser ocasionales y distanciados al comienzo de la enfermedad y con el tiempo se van haciendo más frecuentes, afectan a más articulaciones y pueden ser más intensos. Suelen ocurrir en la articulación de la base del dedo gordo del pie –la famosa podagra–, que se hincha y se enrojece. Pero son también frecuentes en el empeine, en el tobillo, en la rodilla, en la muñeca o en el codo. Pero todo esto tiene un origen más remoto del pensado.