Serpientes y bacterias en el tratamiento de los infartos

El infarto de miocardio se produce cuando, por alguna razón, una parte del corazón sufre una necrosis debido a la falta de oxígeno, ya sea porque el flujo sanguíneo es deficiente o bien porque se haya originado un trombo, un coágulo, en una de las arterias del corazón. Este tipo de enfermedades es característico en personas que sufren hipertensión, que tienen el colesterol elevado, fumadoras u obesas.

Serpientes y bacterias en el tratamiento de los infartos
Serpientes y bacterias en el tratamiento de los infartos

Hasta 1900 esta enfermedad no empieza a cobrar importancia. En esta época el número de fallecidos debido a dicha enfermedad se vio muy aumentado. Pero hasta 1912 no se asoció la enfermedad con su causa, la obstrucción de las arterias. Esto fue posible gracias a James B. Herrick. A partir de este momento se fueron añadiendo distintas técnicas, como el electrocardiograma, para poder realizar el diagnóstico de enfermedades que afectan al corazón.
Cuando se forma el trombo, también quedan moléculas de plasminógeno residuales, forma inactiva de la plasmina, unidas a la fibrina, lo que nos permitirá actuar frente al trombo con los medicamentos fibrinolíticos, ya que esta es su diana.
Uno de los medicamentos usados para el tratamiento de los infartos de miocardio es la estreptoquinasa. En los años 30 del siglo pasado se descubrió que es una enzima liberada por las bacterias del género Streptococcus β-hemolíticos y que se obtiene filtrando un cultivo de dichas bacterias.
La disolución del trombo se produce gracias a la acción de la plasmina, que en ocasiones normales está en la forma de su precursor inactivo, el plasminógeno, que puede estar en dos formas distintas, libre o bien asociado a la fibrina, que es la forma que interesa, ya que es la que podemos encontrar en los trombos formados y sobre la que podremos actuar.
El mecanismo de acción de este fármaco es el característico de cualquier fármaco fibrinolítico. Cuando la enzima entra en el organismo, como medicamento, se une al plasminógeno formando un complejo activo que posteriormente se transformará en plasmina (forma activa del plasminógeno), que de manera fisiológica es la encargada de evitar la formación de los trombos y, al producirse en mayor cantidad por la acción de la estreptoquinasa, actúa en el trombo y promueve la disolución del mismo.
Además de los medicamentos fibrinolíticos se ha visto que en los venenos de serpientes hay unas sustancias que actúan en el sistema hemolítico, ya sea activando o inhibiendo la coagulación y promoviendo la disgregación del coágulo.
Se han encontrado estas enzimas en los venenos de las serpientes del género Bothrops y Agkistrodon, que actúan de forma muy parecida a la trombina, enzimas presentes en otros géneros de serpientes que actúan sobre la protombina (proteína del plasma que interviene en la coagulación). En la saliva de murciélagos como Desmodus rotundus y Desmodus rufus se ha visto la presencia de un activador del plasminógeno, que actúa de la misma manera que el medicamento descrito anteriormente.

Bibliografía
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