Rafael Nadal, socio de la Academia Médico-Práctica de Barcelona, remite a la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz un trabajo, cumpliendo así con el mantenimiento del intercambio científico que marca el Reglamento gaditano para sus corresponsales, en el siglo XIX.
Al llegar a la Academia de Barcelona noticias de los casos de lepra que habían aparecido en Reus, tuvo motivos justificados para requerir todos los datos acreditativos que fuesen posibles acerca del desarrollo de esta terrible dolencia, por lo que para cumplir su cometido se dirigió a su socio corresponsal residente en Reus, Jayme Ardevol, que además ostentaba el cargo de secretario de la Diputación Provincial de Tarragona.
El cuadro clínico de esta patología, descrita en 1819 por el Dr. Ardevol, fue llevado al conocimiento del excelentísimo don Francisco Javier de Castaños, capitán general de esta provincia, y así pudo llevarse a cabo la inspección en comisión por parte de los académicos Grasser, Heva, Mir y Nadal a los pacientes de elefantiasis naturales de Reus, de Montblanch y de Mataró ingresados en el Hospital de San Lazaro, y pudo atestiguarse la existencia de la lepra, y de tal gravedad que exigía la consideración del Gobierno Político Superior y de la Junta Suprema de Sanidad del Reino.
En su trabajo, Rafael Nadal hace una exposición sobre la inspección de los leprosos existentes en los pueblos del campo de Tarragona, que había sido realizada en 1820 por orden del Gobierno Político Superior de la Antigua provincia de Cataluña, que la encomendó a la Academia Nacional Médico-Práctica de Barcelona, que se responsabiliza a través de sus socios seleccionados.
Entre las medidas sanitarias adoptadas en la referida inspección, Nadal especifica el aislamiento de los leprosos con tubérculos ulcerados en aposentos separados del resto de sus familias; los medicamentos recomendados en las lesiones de estos enfermos son el agua de cal y el sulfato de aluminio aplicados bajo la forma farmacéutica de fomentos.
El profesor de Medicina Rafael Nadal resalta en el trabajo que envía a la Academia Gaditana la importancia de la curación paliativa en los enfermos de lepra, por lo que esta modalidad terapéutica debe ser tenida en cuenta por los profesores de Medicina que los tengan bajo su responsabilidad.
Rafael Nadal refiere que la lepra llegó a las montañas de Prades situadas a una distancia de cuatro leguas de Reus.
El profesor de Medicina Juan Ferrandis aplicó en el tratamiento de la lepra demulcentes, quinados y mercuriales, atendiendo a los distintos temperamentos de los afectados, uno de los cuales fue sometido a los vapores de gas sulfuroso.
Nadal expone que la expansión de la lepra, observada con escrupulosidad, le hace pronosticar los progresos de «un mal» que considera contagioso por «la generación», por «la lactancia» y por una «impura vacunación», y concluye así las Reflexiones político-médicas, solicitadas en 1820 por orden del Gobierno Político Superior de la Antigua provincia de Cataluña, a la Academia Nacional Médico-Práctica de Barcelona.