Siempre quise tener un seiscientos, pero nunca lo tuve. Aunque para mi tamaño no fuera la elección ideal, era como alcanzar un mito. Hubiese sido capaz de doblar la espalda y de encoger las piernas como un contorsionista, lo que hiciera falta con tal de tenerlo. Sin embargo, mi historia no anduvo por ahí. Me conformé con conducir el de mi novia de entonces, y en él aprendí que no siempre puedes alcanzar los mitos que te has impuesto y también que mi espalda daba para lo que daba. Aun así, ya sea porque ese objeto del deseo quedó grabado en mi subconsciente o porque somos tan frágiles que necesitamos las efemérides para reafirmar que vamos existiendo, el seiscientos se ha mantenido allí, en mi altar de los mitos. Por todo esto que os cuento, os pido un poco de clemencia y de paciencia, y que me dejéis deciros la ilusión que me hace estar escribiendo este editorial. ¡Ya veis, uno más de los que ya he escrito!, pero éste en concreto es el del número 600 de El Farmacéutico y, para mí, como os he contado, tiene algo de mitológico. No sé qué me deparará la historia, pero este hito ya no va a quitármelo nadie. Mi viaje, a partir de ahora, va a ser más ligero, sin el peso del mito ni la necesidad de alcanzar esa meta.
El Farmacéutico tiene una historia publicando mucho más larga que la mía escribiendo cosas de farmacia, pero incluso siendo una revista veterana tiene muy claro que no quiere vivir de la nostalgia. Es absolutamente consciente de que los medios de comunicación, la sociedad entera, están inmersos en una auténtica revolución en la que está dispuesto a participar. Apostamos de forma clara por el mundo digital. Estamos renovando de forma radical nuestro espacio digital, y a él vamos a dedicar todos los esfuerzos porque queremos estar más cerca del sector y de ti, querido lector. A partir de ahora tendré que acostumbrarme a denominaros espectadores, oidores, visitadores, navegantes, lo que sea que acabes siendo tú, que estás con nosotros y que deseamos que lo continúes estando, y también vosotros, los que aún no estáis y que pretendemos atraer con nuestra nueva plataforma.
Iniciamos un proceso de transformación, pero os garantizamos que vamos a mantener nuestra firme voluntad de ofrecer contenidos de calidad que respeten la opinión de los autores, y por supuesto reiteramos la inquebrantable independencia de nuestra publicación. Estamos convencidos de nuestra línea, y queremos que continúe siendo así. Esperamos que nuestra oferta renovada tenga una buena acogida entre vosotros y entre nuestros clientes, y a eso va a dedicar todos los esfuerzos el equipo de Ediciones Mayo.
En las páginas de este número 600 encontraréis, además de lo de siempre, un pequeño repaso de nuestra historia. Nos hace mucha ilusión el camino recorrido y haber llegado hasta aquí, pero os aseguro que hay una cosa más importante que este número 600: que el 601 aún os interese más. Gracias.
Iniciamos un proceso de transformación, pero os garantizamos que vamos a mantener nuestra firme voluntad de ofrecer contenidos de calidad