Quiero aprovechar esta oportunidad que me brinda El Farmacéutico Joven para, en primer lugar, felicitar a Ediciones Mayo y al director científico de la nueva revista, Francisco Martínez Romero, por la excelente idea de crear esta nueva publicación, a la que le auguro una excelente acogida.
Quiero aprovechar esta oportunidad que me brinda El Farmacéutico Joven para, en primer lugar, felicitar a Ediciones Mayo y al director científico de la nueva revista, Francisco Martínez Romero, por la excelente idea de crear esta nueva publicación, a la que le auguro una excelente acogida.
La necesidad de una revista que recoja las inquietudes científicas, profesionales y de toda índole de los farmacéuticos, y que pueda actuar como foro de expresión de éstos, es evidente.
Por otra parte, el formato electrónico adoptado por esta nueva revista permite una inmediatez, una disminución de costes, una facilidad de distribución y una simplicidad de acceso a todas las participaciones que la hacen extraordinariamente competitiva frente a la edición de publicaciones en el soporte clásico en papel.
El mundo de la informática, y sobre todo Internet, ha revolucionado en muy pocos años todos los ámbitos profesionales, permitiendo unos cauces de transmisión de la información totalmente impensables hace unas décadas.
Si a esto se le une la extraordinaria evolución del conocimiento científico al que estamos asistiendo en esta generación, obligando a todo tipo de profesionales (y especialmente a los vinculados con las ciencias de la salud, por la repercusión social que tiene nuestro trabajo) a estar cada vez mas al día en nuestras profesiones, llegamos a la misma conclusión en relación con Internet como vía de transmisión de la información.
La formación continuada a lo largo de toda la vida profesional es una necesidad cada día más evidente, y una obligación de los farmacéuticos, si queremos seguir manteniendo las tasas de aceptación pública que actualmente posee la farmacia, ganada con el esfuerzo de todos vosotros.
La labor del farmacéutico, particularmente en las oficinas de farmacia, ha cambiado mucho desde el tiempo no muy lejano de la elaboración magistral de muchos medicamentos.
El dar nuevos contenidos a la labor realizada por los profesionales de la farmacia es cada vez más necesario y por eso es fundamental estar al día de las nuevas tendencias en este campo profesional.
Animo desde estas líneas a una participación activa de todos los lectores de esta joven publicación. El intercambio de información en todas las direcciones es esencial para el progreso de nuestra profesión.
Por otra parte, quiero ofrecer a los editores de El Farmacéutico Joven la colaboración, en aquellos temas en que se considere oportuno, de las facultades de farmacia españolas a través de la Conferencia de Decanos de las Facultades de Farmacia, que tengo el honor de presidir.