Cuando empezó el registro formal de farmacéuticos en 1868, ya había algunas mujeres. Aun así, las mujeres lo tenían difícil para encontrar empleo como farmacéuticas, lo que en 1905 impulsó la creación de la Asociación de Mujeres Farmacéuticas. Su intención era «mejorar las oportunidades y las condiciones de empleo para todas las mujeres en las farmacias».
Actualmente, la farmacia del Reino Unido puede decir que las mujeres están en una posición sólida para hacer carreras muy satisfactorias. En número, las mujeres dominan la fuerza laboral de la farmacia (61% en 2017), ocupan puestos directivos en todos los ámbitos de la profesión, existen programas para dar apoyo a las que vuelven a ejercer la profesión tras alguna interrupción, y hay muchos empleos a tiempo parcial. Además, la legislación sobre la igualdad de salario y la discriminación por sexo, aprobada en el Reino Unido en 1970, prohibió directamente la discriminación por género en el empleo. Sin embargo, aun habiendo estado por delante de otras profesiones en la década de 1970, la farmacia del Reino Unido pareció asumir que, una vez se había recogido la igualdad de oportunidades en la ley, la igualdad se implantaría por sí sola. Pero no ha sido así. Aunque los datos son muy dispersos, diversos índices muestran que las mujeres no consiguen progresar dentro de la profesión tan bien como deberían. Lo que quizá sea más preocupante es que no se están recogiendo datos de forma sistemática y no existe el reconocimiento formal de que hay que hacer un seguimiento de este tema.
Y no es sólo una preocupación para las mujeres afectadas. La formación farmacéutica está apoyada sustancialmente por fondos del Gobierno y los empresarios invierten en formación. Si muchos farmacéuticos no materializan todo su potencial, nadie obtiene valor por su dinero.
Cuantitativamente, la información limitada de 2018 demuestra que: las gerentes de farmacias comunitarias cobran un 5% menos que los hombres; sólo el 36% de los puestos directivos de la farmacia están ocupados por mujeres, y de los 31 directores de facultades de farmacia del Reino Unido, sólo el 16% son mujeres.
Aunque no existe ninguna evidencia obtenida de forma sistemática, las pruebas anecdóticas sugieren que cualitativamente los recorridos de la carrera de las mujeres farmacéuticas difieren de los de los hombres. Los periodos de baja por maternidad, seguidos a veces por periodos de empleo a tiempo parcial o el rechazo voluntario a progresar en el escalafón, probablemente sean frecuentes y son una respuesta racional a las obligaciones familiares. El cuidado de los familiares ancianos también puede afectar a estos recorridos. En contraste, en los últimos tiempos diversas empresas grandes de los sectores de la distribución, las finanzas, las materias primas, la ingeniería y las telecomunicaciones han afrontado cambios significativos para reconciliar sus necesidades, aspiraciones profesionales y vida familiar. Quizá sus soluciones no se ajusten a la farmacia, pero es necesario un compromiso para explorar posibles opciones.
En resumen, las mujeres dominan la fuerza laboral de la farmacia del Reino Unido, y existen buenas oportunidades de empleo para ellas en todos los sectores de la práctica. Lo que falta por conseguir es la aceptación de que, si se han de tratar con justicia y el Reino Unido debe obtener un retorno justo de la inversión que ha hecho en su formación y su entrenamiento, las actitudes han de cambiar.
Nota de la redacción: la National Association of Women Pharmacists fue fundada en Londres en 1905. En la actualidad colabora con la Royal Pharmaceutical Society, pero es una organización independiente.