Lo urgente y lo importante

El mercado del medicamento está sufriendo una transformación profunda. Seguramente nunca sabremos si por un impulso programado y sistemático de las políticas sanitarias o sencillamente como un efecto derivado de los recortes de precios reiterados utilizados como recurso de emergencia para cuadrar unas cuentas teñidas de rojo. Da lo mismo, el resultado es el mismo: el mercado del medicamento se está transformando en un mercado de commodities en el que lo único que importa es el precio. Pero mucho nos tememos que la respuesta a esta incógnita podría ser una demostración de la improvisación endémica de las políticas sanitarias que tantas veces hemos criticado. No nos corresponde a nosotros decantarnos por una o por otra respuesta. Ya lo harán nuestros lectores, que al fin y al cabo son los que tienen la capacidad de decidir el voto. Lo cierto es que el único hilo conductor que ha guiado las decisiones políticas tomadas estos últimos años que somos capaces de seguir ha sido la reiteración en el recorte de precios y de márgenes. ¿Dónde están la búsqueda de la eficienciaen la elección del tratamiento y los sistemas de incentivación para lograrlo, dónde un sistema de pago que prime a los profesionales sanitarios que participen con éxito en el logro de los objetivos, dónde está la financiación selectiva de medicamentos basada en su eficiencia, dónde está un sistema de financiación que module la demanda, dónde están las políticas deeducación en el buen uso de los medicamentos, dónde están las políticas exigentes con la industria farmacéutica que sean capaces de primar y fortalecer a los que realmente aportan valor a la salud y a la economía del país? Ahora seguramente –una vez más– va a pesar más lo urgente que lo importante y lo urgente es poder pagar las facturas, aunque ni eso algunos pueden. Es cierto que en estos momentos difíciles es atrevido hablar de políticas coherentes y de estrategias a medio o largo plazo, pero nuestra función también es esa, la de denunciar lo que no se ha hecho y la de insistir en que en algún momento se ha de empezar a hacer. El sector de la salud es una parte fundamental de la economía de cualquier país desarrollado y sus sistemas sanitarios herramientas poderosas de cohesión social, tal como entendemos aquí una sociedad civilizada. Dos razones de peso para que, aceptando como normal y necesario el debate entre partidos políticos, se llegue a un pacto del que deberían surgir lo que deberíaser las líneas fundamentales del modelo sanitario español de los próximos años. ¿No se lo merecen las próximas generaciones?

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