– ¿Qué es el CEAPAT y cuáles son sus objetivos?
– Es el Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas del IMSERSO. Dependemos del gobierno de España, y nuestra misión es la promoción de la autonomía personal, fundamentalmente de personas mayores y personas con discapacidad, a través de tecnologías y entornos accesibles y para todos.
– ¿Nos puede ofrecer datos sobre el sector al que se dirige el CEAPAT?
– Los datos son variables. Cuando hablamos de personas mayores, los datos rondan los 9 millones de personas, y cuando hablamos de discapacidad, los 3-4 millones. Realmente, si lo sumamos, porque la intersección no es el conjunto vacío, nos dirigiríamos a unos 11 millones de personas en España. Atendemos a más de 15.000 personas y entidades al año en temas de asesoramiento, promoción de la autonomía, tecnologías de apoyo, etcétera.
– ¿Mantienen contactos con el sector farmacéutico?
– Sí, mantenemos contacto, porque hay una parte de la farmacia que contribuye a la distribución tradicional de ayudas técnicas: bastones, sillas, cuestiones relacionadas con la baja visión, etcétera. Cuando los profesionales de la farmacia nos piden asesoramiento, ya sea en temas de terapia ocupacional, comunicación o tecnologías, nosotros los asesoramos a partir de nuestra experiencia. También cuando nos piden contribuciones en formación, y tenemos muy buena relación con los colegios y con las cooperativas farmacéuticas desde un enfoque neutral de buscar la tecnología más apropiada para la población mayor, fundamentalmente.
– Los farmacéuticos comunitarios, por su accesibilidad, están en una situación inmejorable para ofrecer un asesoramiento efectivo en la prevención y en el uso correcto de ayudas técnicas. ¿Está de acuerdo?
– Una posición importantísima, porque las personas mayores con cierta limitación funcional o discapacidad acuden a la farmacia comunitaria de confianza. Es muy importante que los profesionales tengan formación, ya que hay una enorme diversidad de productos sobre los que poder asesorar. Cuando son productos muy especializados, a veces se requiere también de la industria de los productos de apoyo y ortopedia, pero las farmacias son una puerta de entrada comunitaria muy importante, y nosotros estamos ahí como centro neutral del Gobierno y como servicio público gratuito para poder asesorar sobre el mejor producto según la capacidad funcional de cada persona.
– ¿Se hace algo desde el Gobierno de forma sistemática en materia de asesoramiento, o es a demanda?
– Se hace de manera continua. Publicamos documentos con frecuencia, que son gratuitos, y cuando es a demanda de los grupos de población, de la farmacia, de las asociaciones o de temas de empleo o colectivos de pacientes, hacemos documentos ex profeso y jornadas de formación. Pero también es sesión continua, porque aquí todos los días vienen profesionales, familias o directamente personas con alguna limitación funcional, y es un círculo virtuoso de conocimiento de necesidades, de búsqueda de soluciones y de adaptaciones que hacemos en el taller cuando comercialmente no existe una solución.
– ¿Se hacen a medida?
– Sí, también, porque hay muchas cuestiones que la industria no abarca comercialmente, y entonces tenemos peticiones tipo una adaptación de un pastillero, una mejora de un sistema de apoyo o alguna adaptación arquitectónica en la vivienda. Fabricamos y adaptamos con impresión 3D muchos productos que complementan lo que la industria no hace, o facilitamos a la industria un asesoramiento para que incorpore la accesibilidad de ese bien a sus productos. Y con la farmacia la relación es muy buena, porque siempre podemos asesorar sobre las últimas soluciones nacionales e incluso internacionales.
– En todo caso, el número de farmacias especializadas en ortopedia no es muy grande, pues el espacio supone una limitación. Aun así, ¿qué pueden hacer los farmacéuticos para ofrecer este tipo de servicios a sus pacientes?
– Pienso que la formación es muy importante, porque las ayudas técnicas y los productos de apoyo cada vez son más específicos y complejos. Por ejemplo, si una persona mayor llega a la farmacia pidiendo una muleta, un adaptador, un andador, hay muchos productos adaptables en altura, con freno, con sistemas para sentarse, etcétera. La diversidad es tan grande que el farmacéutico debe estar continuamente formándose, y saber a quién llamar, consultar y que les pueda asesorar. A veces las personas vienen con una idea concreta y te das cuenta de que eso no es lo mejor para ellos. En el CEAPAT, nosotros estamos para hacer un asesoramiento a los diversos profesionales. A todos nos interesa lo mismo: que las personas tengan la tecnología que mejor contribuya a la autonomía personal. Es cierto que la actualización de productos es muy grande y la labor técnica es compleja, con lo cual la formación, la sensibilidad y el asesoramiento de otros profesionales activos en este ámbito son las bases esenciales, y luego constatar que la contribución a la autonomía personal del producto es la que la persona requiere, para que la persona quede satisfecha porque se está utilizando aquello que contribuye a su bienestar.
– Mayor esperanza de vida, más necesidades…
–Sí, y por eso la aproximación de la farmacia comunitaria es cada vez más valiosa, porque la población es cada vez mayor y tiene más necesidades específicas, y porque hay más soluciones para mejorar capacidades en lo físico, lo sensorial y lo cognitivo. Estamos en un camino convergente, frente a las limitaciones socioeconómicas, tecnológicas y de conocimiento; la población es cambiante, los retos de la demografía son muy grandes. Esta mejora de la esperanza de vida es una buena oportunidad, y tenemos que luchar porque llegue más y mejor tecnología si es que contribuye a una vida más feliz para todos, personas afectadas, familiares, cuidadores y toda la población en general.