En Europa, el uso de los medicamentos genéricos ha registrado en la última década un aumento del 100% en siete de las áreas terapéuticas más relevantes, con una reducción de costes de alrededor del 60%. Estos datos no son extrapolables a España, pero el impacto económico positivo que ha tenido su implantación en nuestro país es evidente. No sólo para las arcas de nuestro sistema sanitario: el mercado de los genéricos aporta al Sistema Nacional de Salud (SNS) un ahorro anual de más de 1.000 millones de euros. También lo es para el desarrollo del tejido industrial español y el crecimiento de nuestro producto interior bruto (PIB).
En los últimos cinco años, a pesar de las medidas de contención del gasto sanitario y de los efectos de la crisis económica, la cuota de empleo de la industria farmacéutica de medicamentos genéricos creció un 20% y su producción lo hizo en un 30%. Este sector contribuye de manera decidida al crecimiento del PIB a través del empleo (da trabajo a 8.000 personas de forma directa y genera 26.000 empleos indirectos), la productividad (de cada 10 medicamentos genéricos que se consumen en nuestro país, siete se fabrican en España), la innovación (a la que destina un 3,5% de su facturación) y la balanza comercial (la exportación sectorial media es de un 40%). Y esto en un contexto en el que los genéricos sólo representan el 38% del mercado en unidades.
En Estados Unidos, donde medicamentos de marca y medicamentos genéricos conviven sin ningún problema, la cuota de participación en unidades alcanza el 75%. Tenemos aún mucho recorrido para llegar a nuestro máximo potencial. Somos optimistas pero nuestra capacidad de desarrollo está cada vez más limitada. El número de productos con las patentes a punto de vencer es mucho más reducido que hace 4 o 5 años. La expansión del sector depende en gran parte de las medidas que se puedan adoptar desde el Gobierno y las administraciones sanitarias y económicas.
Afianzar el mercado de medicamentos genéricos en nuestro país requiere la definición y desarrollo de normativas de unidad de mercado que beneficien a todas las partes interesadas y, desde luego, a los ciudadanos. En este punto, se hace necesario recuperar una normativa que establezca diferencia de precio de una manera clara entre el medicamento genérico y los medicamentos de referencia con patente caduca, y neutralizar normativas autonómicas individuales diferentes a las establecidas por la Administración central, como el sistema de subasta de medicamentos implantado en Andalucía. Las subastas andaluzas, además de no contribuir a la sostenibilidad del modelo actual de Farmacia, están teniendo claros efectos negativos para la industria de medicamentos genéricos y, por tanto, para el PIB. Deja fuera del sistema a los pequeños laboratorios y limita la industria nacional, favoreciendo la destrucción de empleo y la reducción de la inversión.
Apostar por el desarrollo de los genéricos es apostar por la sostenibilidad económica del SNS y por el crecimiento de nuestro PIB, lo que indudablemente redundará en beneficio de todos y, en particular, del eslabón más importante de la cadena sanitaria: los pacientes.
Genéricos: un sector en desarrollo
En 2016 se cumplirán 20 años de la entrada del primer medicamento genérico en España. El mercado de los medicamentos genéricos es un mercado joven al que aún le queda mucho camino por recorrer y cuyas perspectivas son esperanzadoras. Actualmente, son los medicamentos genéricos los que están dando impulso al conjunto del mercado farmacéutico español.