Fusión

Existen multitud de cuestiones que afectan al día a día de las farmacias. Cuestiones que se refieren a la evolución de su función sanitaria, a los criterios que soportan su estatus regulatorio y a los condicionantes del mercado que las afectan como empresas que son. De muchas de estas cuestiones, como no podría ser de otra manera, intentan hacerse eco las páginas de esta revista. El Farmacéutico es una revista dirigida a las oficinas de farmacia, pero es consciente de que el sector es mucho más amplio y que todo lo que afecta al mundo del medicamento acaba afectando de una manera u otra a las farmacias.

Fusión

Muchas veces se ha utilizado el símil de la cadena para describir el trayecto del medicamento desde su investigación/fabricación hasta su dispensación. En esa cadena las farmacias, comunitarias u hospitalarias, ocupan el último eslabón. Ese eslabón, además de sus debates y sus decisiones, que ya de por sí son importantes, recibe las consecuencias de las decisiones que se toman en los otros eslabones de la cadena.

Durante una de estas semanas se ha tomado una de esas decisiones. Concretamente en el eslabón de la distribución farmacéutica.

El mercado del sector de la distribución en España, a grandes rasgos, se configura en dos grandes bloques: el bloque cooperativo propiedad de las farmacias y el bloque de las sociedades en el que la propiedad es de los socios capitalistas. En este universo el bloque cooperativo, hasta ahora, estaba compuesto por una gran cooperativa de ámbito estatal con una cuota de mercado del 25%, un grupo de cuatro cooperativas con cuotas de mercado entre el 8 y el 13% y el resto de cooperativas generalmente muy implantadas en su ámbito geográfico con cuotas de mercado inferiores al 6%. La cuota de mercado de la mayor empresa no cooperativa de distribución está alrededor del 12%.

La fusión de varias cooperativas para crear una nueva cooperativa con una cuota de mercado por encima del 20% cambia la fotografía que se ha mantenido casi inalterada durante muchos años. Esta importante decisión, que va a influir en las reglas de juego del mercado farmacéutico, también obligará a muchos actores a decidir sobre sus estrategias futuras y, al final, como siempre, las consecuencias también repercutirán en las farmacias. Esperamos y deseamos que las repercusiones de las decisiones tomadas sean las mejores para ellas. Ese objetivo, más aún cuando se trata de cooperativas de farmacéuticos, debería ser el motor y la motivación principal para tomarlas.