Cuando leo «la farmacéutica tal o la cual» espero que me cuenten una historia de una farmacéutica física, como la de mi madre, con su bata blanca detrás del mostrador de una farmacia, pero muchas veces no es así y lo que viene detrás es una noticia sobre un nuevo medicamento que va a curar a personas que hasta entonces no tenían cura, sobre una fusión de compañías, la presentación de resultados económicos y su valoración en bolsa o los entresijos de algún escándalo sobre un ensayo clínico manipulado.
Todo es cuestión de acostumbrarse, pero sería más conveniente, incluso más justo, hablar de «las farmacéuticas». Sobre todo, escucharlas más. La profesión farmacéutica en España es mayoritariamente femenina. Hace sesenta años, las mujeres eran el veinte por ciento de la profesión, y en la actualidad son el setenta y dos. Con estos números no hace falta darle muchas más vueltas. Sin embargo, esta realidad no tiene una traslación proporcional y proporcionada en el correspondiente peso específico en los puestos de responsabilidad de las instituciones y las empresas privadas. Es evidente que esta distorsión no es una cuestión específica de la profesión farmacéutica, pero en El Farmacéutico creemos y esperamos que durante el año que empieza podamos ayudar, en la medida de lo posible, a paliar este desajuste.
Durante el 2020 vamos a publicar entrevistas con farmacéuticas de carne y hueso, con sus nombres y apellidos y su bagaje profesional sobre los hombros. Queremos conocer a las profesionales que han destacado en diversas facetas de nuestra polifacética profesión, y que nos expliquen su historia profesional, cómo han desarrollado su carrera y su manera de entender la profesión a la que tantas horas le han dedicado.
Estamos convencidos de que normalizar la situación pasa también por visibilizar en nuestra revista esa realidad incuestionable. Nuestra vocación siempre ha sido y será trasladar al sector de las farmacias una visión de lo que le afecta y le interesa. Ése y no otro es nuestro objetivo, y entendemos que debemos aportar nuestro granito de arena.