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  • Excusas de mal pagador

A menudo, en situaciones complejas, y ahora la situación lo es, todas las partes implicadas en los conflictos intentan exponer sus puntos de vista para defender sus intereses, pero existen premisas y datos que son objetivos y tienen que ser aceptados por todas las partes si se quiere llegar a una solución.

En el caso del conflicto que están sufriendo las farmacias es necesario tener esta objetividad para evitar confrontaciones estériles y debates demagógicos.

Hay tres conceptos fundamentales para entender el malestar de los farmacéuticos:

1. Los ciudadanos tienen el derecho a recibir a través de las farmacias, y según la legislación vigente, la medicación que los médicos les prescriben.

2. Los conciertos firmados entre el SNS y los colegios de farmacéuticos establecen las condiciones con las que las farmacias tienen que proveer este servicio.

3. Los mismos conciertos establecen que el ciudadano pagará a las farmacias la parte del precio de la medicación según el sistema de copago y que el resto del importe el Servicio de Salud correspondiente lo pagará a las farmacias en una fecha determinada a través de un mecanismo detallado.

No hay duda que los Servicios de Salud incumplen un contrato cuando no pagan el día que han firmado hacerlo, y que este impago implicaría no atender los derechos de los ciudadanos si no fuera porque las farmacias ya han pagado el coste de los medicamentos.

No es de recibo que, con la excusa de la crisis económica, se elija la fórmula del «tengo problemas, pues no pago», cuando una de las responsabilidades de la Administración es la de ser ejemplo para la sociedad y estas prácticas deben ser desterradas de los hábitos como recoge la ley 3/2004 sobre la morosidad. Cualquier Administración responsable tiene la obligación de agotar todas las vías de diálogo y negociación para llegar a acuerdos y cumplirlos. Esta reprobable forma de actuar es muy nociva para el sector que ha adaptado su situación financiera a unas condiciones establecidas en el contrato firmado, por lo que los perjuicios de este incumplimiento son imputables a quien lo incumpla.

Los farmacéuticos piden con contundencia, y con la comprensión de la sociedad como indican las encuestas publicadas, responsabilidad y que no se centre el foco del conflicto en un simple tira y afloja entre pagador-proveedor, una relación que ya está fijada en el contrato firmado. Hacerlo sólo son excusas de mal pagador.

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