Infarma 2012 ha sido un rotundo éxito de organización y de participación. La apuesta de los colegios de Madrid y Barcelona de constituir una sociedad para organizar un congreso de farmacia anual, alternando su ubicación en las respectivas capitales, ha demostrado ser un acierto pleno. La afluencia de empresas expositoras y la gran calidad de los stands instalados, en unos momentos duros para el sector, son el resultado de los esfuerzos de los dos colegios, que han sabido aprovechar sinergias y una marca de prestigio, apostar por la ubicación en IFEMA y confiar en la organización de Interalia. Toda una demostración de la potencia de fondo de un sector, el farmacéutico, con expectativas de crecimiento. Un sector con futuro.
Si tuviéramos que escoger las palabras y las ideas centrales sobre las que han girado estos días de encuentro profesional farmacéutico nos inclinaríamos por: futuro y decisión.
Futuro, en su doble vertiente, la más esperanzadora que nos impulsa hacia el camino que la profesión deberá escoger, pero también como la de la incertidumbre que siempre supone tener que hacerlo.
Decisión en cuanto a que saber decidir requiere de altas dosis de inteligencia, y esa inteligencia que reside en el seno del sector es la que, con metodología y el liderazgo de las organizaciones corporativas, debe aflorar para acertar en la estrategia y el camino a seguir.
Infarma 2012 es un fiel reflejo de un modelo de farmacia que compagina en un mismo establecimiento los servicios basados en el conocimiento de un profesional sanitario con la oferta comercial de productos ligados con la salud y el bienestar de los clientes. Un modelo socialmente aceptado, que ofrece diversidad de posibilidades de crecimiento, que permite aportar al sector recursos independientes de los presupuestos públicos y que define la farmacia como un espacio indicado para que el autocuidado de la salud pueda ser asesorado adecuadamente. Pero el sector de las farmacias deberá determinar lo esencial, lo que le diferencia de los otros. En cualquier caso, no debería traspasar nunca la línea roja que representaría no basar su razón de ser en el conocimiento y las habilidades del profesional farmacéutico, ya que correría el riesgo de diluirse en un mercado global en el que la oferta va a llegar al consumidor de maneras que aún ni imaginamos.
Infarma 2012 ha apuntado hacia una farmacia con capacidad para ofrecer servicios basados en el conocimiento del profesional farmacéutico y una farmacia que deberá asumir con normalidad que es diversa y que no existe un escenario futuro uniforme. Ahora llega la hora de la verdad y el sector deberá tener la suficiente generosidad para recorrer un camino exigente teniendo en cuenta que el futuro no es solo propiedad de los actuales actores, sino que también pertenece a los que les van a suceder.