Anorexia nerviosa

¿Qué es la anorexia? La anorexia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que afecta fundamentalmente a las mujeres; suele aparecer al comienzo de la adolescencia y se caracteriza por:

• El rechazo a mantener un peso corporal mínimo normal (aquel que es un 15% inferior al que correspondería por edad y estatura).

• Un miedo intenso a engordar o a convertirse en un obeso, incluso estando por debajo del peso normal.

• Una distorsión de la imagen corporal, con exageración de su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comporta el bajo peso corporal.

• En mujeres pospuberales, presencia de amenorrea (ausencia de al menos tres ciclos consecutivos).

• Si la aparición es prepuberal, se interrumpe el crecimiento. En las niñas no se desarrollan los pechos, en los niños los genitales permanecen juveniles. Con la curación, generalmente se completa la pubertad pero se retrasa la menarquia.

Existe una preocupación excesiva por el peso corporal y la comida, y una conducta dirigida exclusivamente hacia la pérdida de peso. Otras características asociadas a menudo son la negación de la enfermedad y la resistencia a la psicoterapia, además de síntomas de depresión, una disminución importante de la libido y obsesiones o una conducta peculiar en relación con los alimentos, como el acaparamiento.

Clínicamente se distinguen dos tipos de anorexia nerviosa:

• El tipo restrictivo, en el que predomina el rechazo por la comida y en el que el adelgazamiento se logra mediante dieta y ejercicio físico.

• El tipo compulsivo-purgativo, en el que el paciente recurre habitualmente a «atracones» (apetito irrefrenable) y a «purgas» (vómito autoprovocado o abuso de laxantes, enemas o diuréticos). Este tipo tiene puntos en común con la bulimia nerviosa.

¿Cuáles son las causas?

No se conoce la causa exacta de la anorexia nerviosa, aunque sí algunos factores de riesgo:

• Ser un perfeccionista.

• Sentir una creciente preocupación por el peso y la figura.

• Tener problemas alimentarios y gastrointestinales durante la primera infancia.

• Tener un padre o una madre con obesidad, anorexia o adicciones.

• Tener padres que viven preocupados por el peso y el adelgazamiento.

• Tener una imagen negativa de uno mismo y un alto nivel de sentimientos negativos en general.

• Sufrir un cambio de vida estresante (un nuevo trabajo o una mudanza), o situaciones como una violación o maltrato.

El trastorno se observa principalmente en mujeres de raza blanca, de alto rendimiento académico y que tienen familia o personalidad orientada hacia el logro de metas.

¿Qué tratamiento tiene?

El principal objetivo del tratamiento es restaurar el peso corporal normal y los hábitos alimentarios saludables, por tanto el tratamiento nutricional es básico: inicialmente con dietas que contengan 30-40 kcal/kg/día, que pueden aumentarse en contenido calórico progresivamente hasta 70-100 kcal/kg/día. Se deben asociar suplementos de vitaminas y minerales. El paciente no debe comer solo ni saltarse ninguna comida, aunque no debemos presionarlo. En ocasiones puede ser necesaria la nutrición enteral por sonda, o parenteral. La sonda nasogástrica se reserva para una minoría de pacientes incapaces de reconocer que están enfermos, de aceptar la necesidad de tratamiento o de tolerar la culpa que les produce la ingesta activa.

Otro objetivo es tratar los trastornos psicológicos (distorsión de la imagen corporal, baja autoestima y conflictos interpersonales) mediante diferentes tipos de psicoterapia: familiar, de grupo, autoayuda guiada y terapia cognitiva conductista individual, que tienen como finalidad:

• Adquirir nuevas actitudes hacia la comida, el peso y la imagen corporal.

• Evitar métodos inapropiados para ganar o perder peso.

• Saber reconocer los elementos del entorno que impulsan o mantienen las conductas alteradas.

• La aceptación por el enfermo y su familia de las características del trastorno.

El tratamiento farmacológico suele posponerse hasta que se ha restablecido el peso, ya que muchos síntomas (incluida la depresión) mejoran con el aumento de peso. No hay fármacos específicos para la anorexia, pero los antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo pueden ayudar como parte de un programa de tratamiento completo.

En casos extremos, el paciente deberá ser hospitalizado.

La anorexia nerviosa es un trastorno difícil de diagnosticar, ya que el paciente esconde y niega su condición de enfermo. Los signos y síntomas que hacen sospechar la anorexia son:

• Pérdida de peso.

• Sentimiento de estar gordo, con un peso adecuado o incluso menor al esperable, y con fuerte deseo de seguir adelgazando.

• Retraso en el crecimiento en niños y adolescentes.

• Amenorrea o irregularidades en la menstruación.

• Aparición de lanugo (vello fino).

• Sensibilidad extrema al frío (usar varias capas de ropa para permanecer caliente).

• Atrofia muscular y pérdida de grasa corporal.

• Ejercicio físico excesivo.

• Usar tallas grandes de ropa (sobre todo pantalones).

• Evitar comer en compañía y en comidas familiares.

• Desaparecer después de las comidas.

• Trocear la comida y distribuirla por el plato.

• Aislamiento social.

• Supervisar el contenido en calorías de todo lo que comen.

• Comer solo alimentos bajos en calorías.

• Tomar diuréticos o laxantes.

El médico debe preguntar al paciente y a su familia por separado sobre estos signos y síntomas descritos, ya que generalmente son familiares (y amigos o profesores) los que los observan y solicitan ayuda: casi nunca lo hace el paciente.

En la exploración física se medirá el peso, la talla, el índice de masa corporal (IMC), la presión arterial, la frecuencia cardiaca y la respiratoria.

Las pruebas complementarias más útiles son:

• Hemograma (normal o indicar: anemia y/o leucopenia).

• Bioquímica completa: glucosa (tendencia a hipoglucemia), función renal, iones (hipopotasemia), colesterol (aumentado por hipotiroidismo), triglicéridos, proteinograma, transaminasas (normales o aumentadas) y amilasa (aumento en rumiadores/ vomitadores).

• Análisis básico de orina.

• Electrocardiograma, que puede indicar bradicardia y/o arritmias.

• Estudio hormonal: hormonas tiroideas (disminución de T3), disminución de LH y FSH (lo que causa la amenorrea), hipercortisolemia con pérdida del ritmo diurno.

• Estudio radiológico: densitometría ósea si la amenorrea dura más de 12 meses.

Atención farmacéutica

Consejos al paciente

• Procurar una alimentación variada y equilibrada.

• Complementar la dieta con vitaminas y minerales.

• No intentar cambiar los hábitos alimentarios saludables.

• Buscar compañía para comer.

Direcciones de Internet útiles:

www.adaner.org : Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y Bulimia.

www.masqueunaimagen.com : línea de ayuda contra la anorexia y la bulimia.

www.f-ima.org : Fundación Imagen y Autoestima.

www.feacab.org : Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y la Bulimia nerviosas.