Sobre este tema existe un conflicto ético debido a que hay dos tipos de pensamientos acerca del TAI. Una parte apoya este método, ya que asegura el cumplimiento del tratamiento, con la consiguiente mejora del paciente y no habría tanto riesgo de agresiones y recaídas que puedan afectar a su entorno social. La otra parte opina que este tratamiento es una vulneración de los derechos del paciente, porque este debería ser libre para elegir seguir el tratamiento o no y porque conllevan un aumento de la coerción u el estigma del paciente psiquiátrico.
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