Tiempo de alergias

Para muchos pacientes, la temporada de alergias puede ser una época del año temida. La frecuencia de las enfermedades alérgicas ha experimentado un más que notable incremento en prevalencia y severidad en los últimos 40 años, afectando ya a más de un 30 % de la población española. Pueden causar una gran cantidad de síntomas, que van desde estornudos, secreción nasal, picazón y ojos llorosos hasta dificultad para respirar, sibilancias, hinchazón y/o sarpullidos.

Afortunadamente para estos pacientes, existen muchas opciones de tratamiento efectivas para alergias de leves a graves, disponibles tanto de venta libre como con receta. De hecho, hay tantas opciones de tratamiento disponibles que los pacientes a menudo pueden necesitar orientación para elegir los mejores productos para sus síntomas, y aquí es donde interviene el farmacéutico. Muchos pacientes se acercarán a nosotros para recibir orientación sobre cómo hacer un autodiagnóstico basado en los síntomas, o sobre qué tratamiento tomar antes de acudir al médico.

Para la mayoría de los pacientes, las alergias se pueden tratar por completo con medicamentos de venta libre, que no requieren una visita al médico ni receta médica. Esto nos coloca a los farmacéuticos en una posición única y privilegiada, al poder indicar a los pacientes alérgicos que comiencen con las terapias OTC correctas para tratar sus síntomas, pues hay muchos productos para elegir.

¿Qué opciones de tratamiento existen?

Los tratamientos habituales para la alergia son de tres tipos: medicamentos, vacunas y medidas de reducción de la exposición al alérgeno. El tratamiento farmacológico está dirigido a la reducción de los síntomas y se basa sobre todo en un tipo específico de fármacos: los antihistamínicos. Con ellos se consigue una remisión de los síntomas, aunque no la curación de la enfermedad.

Hay tantas opciones de tratamiento disponibles para la alergia, que los pacientes a menudo pueden necesitar orientación para elegir los mejores  productos para sus síntomas, y aquí es donde interviene el farmacéutico

 

Los antihistamínicos clásicos o de primera generación (Tabla 1) se usan en las rinoconjuntivitis alérgicas, las urticarias, el control del picor, la tos catarral, las náuseas, el tratamiento y prevención del mareo por movimiento, el insomnio y en otras indicaciones. Son fármacos poco selectivos y capaces de penetrar el SNC, por lo que pueden causar sedación, somnolencia, aumento del apetito y efectos anticolinérgicos (sequedad de boca, visión borrosa, estreñimiento, retención de orina, etc.).

Por otra parte, los de segunda generación (Tabla 2) se componen de derivados sintéticos de los clásicos con una mayor selectividad y menor toxicidad o efectos secundarios. Presentan menos interacciones medicamentosas que los fármacos clásicos y casi todos permiten su administración en una dosis única diaria (lo que mejora el cumplimiento). 

 

 

Pero, además de dispensar y aconsejar sobre los clásicos medicamentos… ¿qué más podemos ofrecer?

Agua de mar

La sección de lavado nasal es una de las más olvidadas en la farmacia y la mayoría de los pacientes realmente desconoce su gran eficacia. Los lavados nasales son un remedio utilizado desde la antigüedad para eliminar la mucosidad de manera efectiva, y deberían realizarse de manera habitual, y más en el caso de personas alérgicas. 

Los lavados nasales son un remedio utilizado desde la antigüedad para eliminar la mucosidad de manera efectiva, y deberían realizarse de manera habitual, y más en el caso de personas alérgicas

 

Figura 1. Indicaciones para un correcto lavado nasal con agua de mar. (Imagen extraída del Club de la Farmacia [www.clubdelafarmacia.com])

 

El agua de mar o los complejos ligeramente hipertónicos facilitan el drenaje de la mucosidad y estimulan su correcto funcionamiento. Ayudan a eliminar los alérgenos que se hayan podido quedar adheridos; además, estimulan el sistema inmunitario y son antioxidantes y cicatrizantes. Por ello, la práctica diaria de la higiene nasal permite drenar las vías respiratorias y contrarresta los graves efectos de la polución ambiental sobre las mucosas, manteniéndolas fisiológicamente activas y preparadas para defender nuestro organismo (Figura 1).

Aceites esenciales

Otra interesantísima sección de la farmacia es la de los aceites esenciales, que se encuentran entre los remedios naturales más populares para las alergias. Estos líquidos aromáticos concentrados se destilan de plantas y se han utilizado terapéuticamente durante siglos.

Hoy en día existen más de 300 aceites esenciales y sinergias, pero con solo unos 10 se puede cubrir todo el espectro de afecciones de interés. La forma más efectiva de usar un aceite esencial es a través de la inhalación o la aplicación en la piel de un aceite portador como el aceite de coco, el aceite de jojoba o el aceite de oliva.

En la Tabla 3 se recogen los aceites esenciales de mayor interés para tratar los síntomas alérgicos.

Una solución ideal sería la combinación entre ambas soluciones en forma de spray de lavado nasal fortificado con algún aceite esencial. Así se podrían tratar de manera mucho más eficaz los síntomas de la congestión nasal, como, por ejemplo, en caso de rinitis alérgicas (polen, polvo, ácaros, etc.) y rinofaringitis. Serviría para descongestionar y limpiar la nariz al eliminar la mucosidad, fuente de contaminación bacteriana, al mismo tiempo que evitaría la deshidratación de la mucosa nasal, por ejemplo, en caso de rinitis alérgica y rinofaringitis.

 

Vitamina C

¿Cuántas unidades de vitamina C se pueden vender en una oficina de farmacia para prevenir y mejorar los síntomas de resfriados en la época invernal? ¡Pues no dejéis de venderla al llegar la primavera, porque la vitamina C es una de las mejores vitaminas para tratar los síntomas de alergia!

La vitamina C es un poderoso antihistamínico y antialérgico natural; esto hace que mejoren los síntomas y que, con el tiempo, disminuyan las ocurrencias de episodios futuros. Refuerza el sistema inmunitario de las personas durante episodios alérgicos de rinitis, y tiene efectos como la disminución de la secreción nasal, del enrojecimiento de los ojos y de los estornudos. Es decir: constituye el perfecto adyuvante en los tratamientos que se aplican para estos trastornos.

La vitamina C es un poderoso antihistamínico y antialérgico natural; esto hace que mejoren los síntomas y que, con el tiempo, disminuyan las ocurrencias de episodios futuros

 

Además, se ha evidenciado que el ácido ascórbico produce una alta cantidad de citocinas, unas proteínas que ayudan a las células a controlar las reacciones inflamatorias. Al mismo tiempo, estimula las células T para combatir infecciones que pudiesen estar vinculadas a la alergia. Por ello, cuando tengamos pacientes alérgicos o dispensemos antihistamínicos, no debemos olvidar recomendar suplementos de vitamina C. Se acerca la primavera, se acercan las alergias y se acercarán los pacientes a nuestras farmacias, por lo que… ¡atención, compañeros farmacéuticos! Es el momento de ayudar a los pacientes: informadlos y orientadlos con productos complementarios que mejoren su sintomatología.

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