Qué es la calidad de vida relacionada con la salud

En una de las reuniones habituales con los farmacéuticos de nuestra farmacia, se discutió la posibilidad de implementar algún tipo de intervención farmacéutica en los pacientes que han padecido un accidente cerebrovascular agudo (ACVA). Consideramos que son pacientes que deberían ser subsidiarios de un estrecho control, especialmente en los primeros meses posteriores al episodio vascular. Asimismo, se planteó que un problema relevante en este tipo de pacientes es la reducción de su calidad de vida, por lo que concluimos que un programa de seguimiento a esta población debería repercutir positivamente en dicha calidad de vida.

A la vista de las manifestaciones de la reunión, se elaboró un protocolo de investigación que, como es habitual en nuestros procedimientos, enviamos a algún compañero externo de nuestra farmacia para que nos diera su opinión al respecto. Una cuestión que nos planteó se refería al procedimiento de medida de la variación de la calidad de vida que no estaba incluido en el protocolo. Ante ello, le respondimos que era obvio que nuestra intervención tendría que mejorar la calidad de vida, además de que era un parámetro que no era posible cuantificar. Sin embargo, este nos respondió a su vez que la calidad de vida es una variable como otra cualquiera, por lo que debe ser observable y medible, que si no la medimos, no podremos concluir si nuestra intervención conlleva o no una mejora en este parámetro. Además, nos comentó que existen diferentes instrumentos con los que puede medirse la calidad de vida de los pacientes, por lo que decidimos proceder a reevaluar nuestro protocolo antes de llevarlo a la práctica.

Calidad de vida relacionada con la salud

Ya es clásica la definición que la OMS hizo sobre la salud, indicando que esta se corresponde con un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solo con la ausencia de enfermedad. En dicho concepto, está incluida la percepción que el propio paciente tiene de su estado general. Así, la calidad de vida podría definirse como la medida de un conjunto de propiedades que permiten juzgar las condiciones de vida y que abarcan una gran variedad de dimensiones. Entre estas, las principales son las funciones física, psicológica, social y cognitiva, así como el bienestar general y el estatus económico.

Cada dimensión se conceptualiza mediante distintos atributos, específicos de cada una de ellas. Así, en la función física se evalúan las actividades de la vida diaria o la capacidad para trabajar, entre otras; en la social, la capacidad para las relaciones familiares o sociales, etc.

El concepto más interesante es la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), que se refiere a la forma en que el paciente percibe los efectos de un estado de salud concreto. Dicho concepto puede aplicarse como una variable cualquiera, ofreciendo información acerca de las dimensiones que se modifican debido a una determinada intervención sanitaria. Para ello, las medidas deben ser subjetivas (recogiendo la percepción de la persona), multidimensionales (revelando diversos aspectos de la vida en distintos niveles), así como incluir cualquier tipo de sentimiento (positivo y negativo) y permitir observar la variabilidad temporal.

Medición de la CVRS

Existen dos tipos de instrumentos útiles para la medición de la CVRS:

• Genéricos: cuestionarios que pueden utilizarse de forma inespecífica para diversos tipos de poblaciones o de patologías. Entre ellos están:

– Los perfiles de salud: ofrecen información general, integrando las dimensiones más comunes. El Short Form 36 (SF-36) es el más habitual.

– Las medidas de utilidad: índices en los que se basan las preferencias o utilidades que los individuos perciben sobre un estado de salud concreto. El EuroQol 5D (EQ-5D) es el más utilizado.

• Medidas específicas: analizan resultados para poblaciones concretas (ancianos, embarazadas, etc.) o patologías determinadas (asma, diabetes, etc.).

Short Form 36 (SF-36)1

Este cuestionario analiza varias dimensiones, como función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional e ítem de transición de salud2, otorgando una puntuación a cada una de ellas. El SF-36 no ofrece un valor de utilidad, por lo que no podría utilizarse para estimar años de vida ajustados por la calidad del estado de salud. No obstante, se han hecho intentos válidos para ofrecer dicha posibilidad3.

EuroQol 5D (EQ-6D)4

Este instrumento se compone de dos partes. La primera, describe el estado de salud mediante cinco dimensiones (movilidad, cuidado personal, actividades cotidianas, dolor/malestar y ansiedad/depresión). Cada una tiene tres grados de severidad (nada, un poco o mucho), de modo que hay hasta 243 posibles combinaciones de respuestas, definiendo cada una de ellas un estado de salud concreto. Cada estado se asocia a un valor determinado de utilidad, de modo que se utiliza para estimar los años de vida ajustados a calidad a partir de años de vida vividos, medida de extraordinaria relevancia en las evaluaciones económicas de las intervenciones sanitarias.

Además, dispone de una escala visual analógica, a modo de termómetro, en donde el individuo valora su estado de salud en ese momento, en una escala entre 0 y 100.

Años de vida ajustados a calidad

La calidad de vida percibida por un individuo no es la misma para cualquier estado de salud. Si bien, la medida del tiempo vivido es independiente de dicho estado, la persona preferirá unos estados de salud, por ejemplo de salud completa, a otros, como después de un ACVA. Por todo ello, el tiempo vivido por una persona, medido como años de vida, deberá ajustarse a la calidad de vida percibida para ofrecer una medida que contemple ambos aspectos: tiempo y calidad de vida. Dicha variable es la calidad de vida relacionada con la salud y se mide en años de vida ajustados a calidad (AVAC). Su estimación se efectúa mediante el producto del tiempo vivido (en años) por la calidad de vida (en utilidades). Así, dos años de vida en un estado de salud cuya utilidad fuera de 0,72 serán equivalentes a 1,42 AVAC (2 X 0,72).

Conclusión

La atención farmacéutica presenta como objetivo fundamental la mejora de la calidad de vida del paciente, aspecto este que presenta una enorme importancia desde la perspectiva del paciente. Por dicho motivo, es extraordinariamente importante evaluar si las intervenciones farmacéuticas que se efectúen presentan, además de una efectividad adecuada (mejorando los resultados clínicos), un incremento de la calidad de vida percibida.

La calidad de vida relacionada con la salud debe ser manejada como cualquier otra variable, esto es, debe ser observable y medible. Para ello, se dispone de diversos instrumentos que permiten analizar una situación concreta (específicos) o bien gran variedad de estos (genéricos). La utilización de alguno de los más característicos (SF-36 o EQ-6D) debería ser una pauta habitual en la evaluación de intervenciones farmacéuticas. Asimismo, en el caso de realizar una evaluación económica simultánea, la estimación de la CVRS deberá ofrecer una valoración de las utilidades de los diferentes estados de salud, con el fin de obtener una estimación del número de años de vida ajustados a calidad que se obtienen con y sin dicha intervención.

 

Estudio sobre la variación de la calidad de vida relacionada con la salud

Hohmann et al.5 evaluaron la variación de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) en una cohorte de pacientes que habían sufrido un accidente cerebrovascular agudo (ACVA), mediante la implementación de una intervención farmacéutica que se inició en el hospital y se continuó a nivel ambulatorio, en la farmacia comunitaria. Simultáneamente, se efectuó un seguimiento de otra cohorte de pacientes que también habían sufrido un ACVA, pero en los que se mantuvo un cuidado usual.

Para estimar la variación de la CVRS asociada a la intervención, los investigadores utilizaron el instrumento SF 36, estimando dos valores: por una parte, el perfil obtenido mediante los valores de las ocho dimensiones analizadas y, por otra, el subtotal derivado del componente físico (STCF) y del mental (STCM). Ambos valores fueron evaluados al inicio (en el hospital) y al cabo de 12 meses.

Al inicio del estudio, los grupos de intervención y de control presentaron valores similares respecto de las ocho dimensiones que analiza el SF-36. Pero a los 12 meses, el valor obtenido en la dimensión de vitalidad fue significativamente menor en el grupo control que en el de intervención. En este último grupo, todas las dimensiones permanecieron estables de principio a fin, mientras que en el de control, siete de las ocho dimensiones redujeron su valor. Con respecto al otro parámetro, el resumen de los componentes físico y mental, se observó igualmente una reducción significativa en el grupo control, pero no en el de intervención.

Por todo ello, mediante la utilización del SF-36 se pudo constatar que la intervención realizada en los pacientes que sufrieron un ACVA presentó un impacto positivo sobre la calidad de vida relacionada con la salud de estos.

 

Bibliografía

1. SF-36. A community to measuring health outcomes using SF tools. Disponible en: http://www.sf-36.org/ [Último acceso: mayo de 2011]

2. Villagut G, Ferrer M, Rajmil L, Rebollo L, Permanyer P, Quinbatan J, et al. El cuestionario de salud SF-36 español: una década de experiencia y nuevos desarrollos. Gac Sanit. 2005; 19(2): 135-150.

3. Rebollo P, Morís J, Ortega T, Valdés C, Ortega F. Estimación de un índice de utilidad mediante el uso de la versión española del cuestionario de salud SF-36: validez del índice SF-6D frente al EQ-5D. Med Clin (Barc). 2007; 128: 136-137.

4. Herdman M, Badia X, Berra S. El EuroQol-5D: una alternativa sencilla para la medición de la calidad de vida relacionada con la salud en atención primaria. Aten Primaria. 2001; 28(6): 425-429.

5. Hohmann C, Radziwill R, Klotz J, Jacobs A. Health related quality of life after ischemic stroke: the impact of pharmaceutical interventions on drug therapy (pharmaceutical care concept). Health Qual Life Outcomes. 2010; 18: 8-59.