El hematocrito es una de las principales fuentes de error en la medición de la concentración de glucosa. Esto se traduce, en la práctica clínica diaria, en mediciones incorrectas de glucemia que derivan en administraciones de insulina inadecuadas, provocando hipoglucemias o hiperglucemias.
Los valores anómalos de hematocrito interfieren en la lectura de la glucemia capilar
Valores en el rango superior a la normalidad del hematocrito subestiman los valores de glucemia, mientras que valores en el rango inferior los sobrestiman (figura 1). Las interferencias pueden causar errores de hasta un 30%.
La eliminación de esta interferencia cobra especial importancia en pacientes con hipoglucemias oligosintomáticas que, careciendo de síntomas ante una hipoglucemia, cuentan con el valor reflejado en el glucómetro como única herramienta para la toma de decisiones terapéuticas.
La alteración del hematocrito es común en la práctica clínica diaria
En individuos sanos el rango de normalidad del hematocrito está entre el 36 y el 53%, aunque puede verse alterado por múltiples causas, tanto fisiológicas como patológicas (figura 2). De hecho, se ha demostrado que en pacientes ambulatorios pueden encontrarse valores de hematocrito de entre un 20 y un 60%.
Los cambios en el hematocrito pueden enmascarar la hiperglucemia o la hipoglucemia, por lo que es fundamental el uso de sistemas de medición que eliminen dicha interferencia, sobre todo en aquellos subgrupos de pacientes en los que la alteración del hematocrito es una constante, como en los casos de embarazo o anemia crónica. De este modo, la medición adecuada de glucosa permite a los profesionales de la salud y a los pacientes actuar con mayor fiabilidad ante situaciones de hipo o hiperglucemia.
Debido a la frecuencia de la alteración del hematocrito en la población con diabetes mellitus, se ha establecido la necesidad de incorporar sistemas en los dispositivos de medicion de la glucemia que logren corregir las posibles interferencias.