Prevalencia de los factores de riesgo para osteoporosis en mujeres en el climaterio

Gonzalo Iranzo Barreira

Introducción

La osteoporosis es una enfermedad sistémica caracterizada por una masa ósea baja y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, que conducen a una mayor debilidad ósea y un aumento del riesgo de fracturas, con las complicaciones que éstas conllevan1. Tiene una elevada prevalencia en la población occidental, especialmente entre las mujeres, debido a la disminución estrogénica propia de la menopausia. Por ello el climaterio, periodo de transición a la menopausia, constituye una fase crítica y de vital importancia para el posterior desarrollo de la enfermedad.

La prevalencia de la población climatérica es muy elevada. En España, un 15,4% de las mujeres padecen osteoporosis, y si nos centramos en las mujeres de edad superior a los 70 años la cifra alcanza el 64,2%. La carga de dolor, discapacidad física y reducción de la calidad de vida de los pacientes que sufren osteoporosis constituye un importante problema en la sociedad actual. Esto se debe en gran medida a las fracturas óseas, que hacen que el paciente pierda su autonomía y aumentan la mortalidad. Se calcula que el riesgo para que ocurra una fractura a partir de los 50 años de edad es muy elevado, de un 40-50% entre las mujeres; en hombres se sitúa en el 13-22%2.

Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar osteoporosis. Algunos de ellos no son modificables y no podremos incidir sobre ellos, o por ser intrínsecos del individuo o porque han tenido lugar con anterioridad: el aspecto genético3, las alteraciones de la menstruación4, algunas intervenciones quirúrgicas como la ooforectomía5, la lactancia materna6, diversas patologías crónicas y algunos fármacos, entre los que destacan los glucocorticoides7. En cambio, otros factores sí serán modificables, y es importante actuar sobre ellos cuando sea posible como medida de prevención primaria. Entre estos factores se encuentran la actividad física8, el índice de masa corporal (IMC)9, el consumo de calcio y vitamina D10,11, la exposición a la radiación solar (necesaria para la síntesis endógena de vitamina D), el consumo de café12, el consumo de alcohol13, el tabaquismo14 y las horas de sueño15. El papel del farmacéutico es fundamental: gracias a su situación privilegiada de contacto y confianza con los pacientes, puede detectar situaciones de riesgo y actuar sobre ellas.

La hipótesis que plantea el presente estudio es que es posible disminuir la incidencia de osteoporosis mediante la identificación de sus factores de riesgo más prevalentes en las mujeres de nuestro entorno, dada la posibilidad de intervención sobre dichos factores cuando éstos sean modificables.

Los objetivos del estudio son: analizar la prevalencia de los factores de riesgo antes descritos en la población de estudio, las mujeres en etapa climatérica; ofrecer un sistema complementario como técnica de pronóstico del desarrollo de osteoporosis en la población de riesgo y, finalmente, informar a los pacientes de su estado en relación con la osteoporosis y aconsejar sobre conductas y hábitos adecuados.

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