Me voy de viaje, ¿me prepara un botiquín?

Vacaciones, billetes comprados, viaje organizado, hay que preparar las maletas y... el botiquín. ¿Quién sabe lo que puede pasar? El viajero baja a la farmacia y confiando en el farmacéutico le pasa la responsabilidad y le dice: «Me voy de viaje, ¿me prepara un botiquín?».

María José Alonso Osorio

María José Alonso Osorio

Farmacéutica comunitaria y especialista en Farmacia Galénica e Industrial

Sin embargo, aunque existen botiquines básicos no existe un botiquín ideal, por lo que lo mejor será preparar un botiquín individualizado y consensuado con el viajero, teniendo en cuenta entre otros factores:

A dónde se viaja. Es absurdo cargar con cosas que en caso necesario se pueden encontrar fácilmente en destino, pero hay destinos en los que esto no es así. No es lo mismo viajar por Europa que a un país tropical, a un país en el que se entiende el idioma o un país en el que más vale llevarlo todo previsto porque no es fácil la comunicación o se hace difícil adquirir ciertos medicamentos o productos.

Condiciones climáticas y ambientales. Cuando en la mitad del mundo es verano en la otra es invierno..., condiciones de humedad o sequedad extremas, etc.

Quién viaja. No es lo mismo el caso de una familia con niños pequeños que el del que viaja solo, en pareja o en grupo. Las personas con patología crónica, o susceptibles de padecer determinados problemas de salud, deben tener en consideración llevar los medicamentos necesarios para evitar problemas en su abastecimiento.

Cuánto tiempo se viaja. Por razones obvias el contenido del botiquín será mayor o menor en función de la duración del viaje

Qué tipo de viaje se realiza. Turismo de ciudad, rural, de aventura, playa o montaña, deportes de mar o escalada, etc.

Para facilitar esta tarea ofreceremos a continuación una lista lo suficientemente amplia de medicamentos, material de cura e higiene que pueden ser útiles en diversas circunstancias propias de los viajes.

Para los viajeros internacionales que acuden a países de riesgo aconsejamos consultar la página «Viajes internacionales y Salud» del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (http://www.msps.es/profesionales/saludPublica/sanidadExterior/salud/viajesInter/home.htm), donde se puede encontrar toda la información pertinente, ya que deben cumplir con los requisitos de vacunación y prevención de enfermedades infecciosas de riesgo potencial.

 

Medicamentos

Anticinéticos

En coche, avión, barco y en algunos casos en el tren, se puede producir debido al movimiento el llamado mareo cinético o mareo del transporte, que tiene como origen el desplazamiento de los fluidos del laberinto del oído interno. El tratamiento es preventivo, con antihistamínicos H1, como:

• Dimenhidrinato. Se presenta en forma de grageas, chicles, caramelos y ampollas bebibles. Administrar al menos 30 minutos antes del viaje (preferiblemente 1-2 horas antes). Se encuentran en diversas formas farmacéuticas y en presentaciones para adultos e infantiles. Dependiendo de la dosis por unidad de toma, forma farmacéutica y edad del paciente, podrán repetirse las tomas, en caso necesario, cada 4 a 6 horas en adultos, o cada 6 a 8 horas en los menores de 12 años, sin sobrepasar en ningún caso la dosis diaria de: 400 mg/día de dimenhidrinato en niños mayores de 12 años y adultos, 150 mg en niños de 7 a 12 años y 75 mg en niños de 2 a 6 años, siempre repartidos en varias tomas. Debe usarse la dosis menor que sea efectiva. Se recomienda ingerir con alimentos, agua o leche para minimizar la irritación gástrica.

• Meclozina. Se presenta en forma de chicles y grageas. Administrar 1 hora antes del viaje, el efecto dura entre 12 y 24 horas; puede repetirse en caso necesario sin sobrepasar las pautas indicadas en el prospecto.

Para ambos medicamentos las embarazadas deben consultar su uso con el ginecólogo. Deben tenerse en cuenta las contraindicaciones e interacciones (http://www.aemps.gob.es/cima/fichasTecnicas.do?metodo=detalleForm).

No debe tomarse alcohol o sedantes de forma concomitante. Pueden ocasionar fotosensibilidad, por lo que debe utilizarse protección extrema si no puede evitarse la luz solar.

Para los que prefieren la homeopatía, entre los medicamentos simples y según las características del tipo de mareo que suele presentar el viajero se puede recomendar: Cocculus, Tabacum, Petroleum o Nux vomica, aunque los distintos laboratorios preparan especialidades que combinan varios de estos medicamentos y facilitan su administración eficaz de una forma más general; pueden ser usados por embarazadas.

En fitoterapia, la monografía comunitaria de la EMA aconseja como profilaxis de la cinetosis la raíz de jengibre con la siguiente pauta: adultos y ancianos, dosis de 1-2 g de raíz seca pulverizada, 1 h antes de viajar. Apto para embarazadas. Una fórmula tradicional es la infusión de aproximadamente 2 a 5 g de raíz fresca de jengibre con una cucharada de flores de manzanilla; se bebe una infusión de 30 minutos a 1 hora antes del viaje y se puede llevar más cantidad en un termo e ir bebiendo durante el viaje.

 

Otros tratamientos y medidas preventivas

Existen también muñequeras antimareo basadas en la técnica de la acupresión con un dispositivo de presión (botón) de plástico que debe presionar el punto que se encuentra en la parte interior de la muñeca, tres dedos por debajo del primer pliegue, entre los dos tendones centrales del antebrazo (palmaris longus y flexor carpi radialis); este punto recibe el nombre de P6 o Nei kuan.

Recordar al viajero las medidas preventivas para las personas más sensibles, como sentarse en los puntos centrales del transporte (tienen menos movimiento), ventilar adecuadamente, no mirar hacia los lados, no leer, procurar tener la cabeza lo más inmóvil posible e intentar distraerse hablando o escuchando música.

 

Antidiarreicos, rehidratantes, simbióticos

La diarrea es el problema de salud que afecta con mayor frecuencia al viajero, por lo que se le deben recordar las medidas higiénicas adecuadas, como usar solo agua potable para beber y lavarse los dientes, comer fruta que se pueda pelar, tomar bebidas envasadas seguras y no añadirles hielo, no tomar vegetales frescos en ensalada si no se tiene la garantía de que han sido convenientemente tratados, etc.

No obstante, y como a pesar de las medidas puede presentarse diarrea por diversas razones, se hace imprescindible incluir en el botiquín algún medicamento antidiarreico. Entre ellos podemos pensar en los inhibidores de la motilidad intestinal como la loperamida (tener en cuenta que en el caso de que haya niños debe incluirse una presentación para adultos y otra para niños). Deben recordarse las contraindicaciones (colitis ulcerosa, colitis pseudomembranosa, diarrea por microorganismos entéricos, disentería aguda, etc.).

También está indicado, en las diarreas inespecíficas, el carbón activado. Resulta muy útil en las diarreas del viajero cuando son de origen alimentario y/o vírico, ya que en las diarreas por microorganismos entéricos la loperamida está contraindicada porque puede impedir la expulsión de los microorganismos. El carbón activado debe utilizarse con precaución en las personas ancianas y/o susceptibles al estreñimiento, ya que ocasionalmente el carbón activo puede producirlo. También está contraindicado en caso de cirugías digestivas recientes o riesgo de hemorragia gastrointestinal.

En el botiquín homeopático pueden incluirse Arsenicum album 9CH, de forma general para las diarreas alimentarias, y Cuprum metalicum a la 15CH, por si cursan con espasmos intestinales.

En todo caso es aconsejable incluir sobres de preparación en polvo para la reconstitución de una bebida de rehidratación oral (recordar al viajero que la bebida debe reconstituirse con agua potable con garantía de higiene o previamente hervida) y probióticos (Lactobacillus casei, Lactobacillus rhamnosus LGG, Bifidobacterium, S. thermophilus, Lactobacillus reuteri, Lactobacillus delbruckii) para recuperar la microbiota intestinal.

Las infusiones de té verde (efecto astringente) con zumo de limón ayudan a la rehidratación y tienen un efecto coadyuvante. Las infusiones o cápsulas de plantas carminativas como la manzanilla, el anís, el hinojo, el coriandro o la alcaravea y sus combinaciones calman el dolor espasmódico (cólico) que con frecuencia se suele producir.

 

Laxantes

Por el contrario, el cambio de alimentación, horario y clima, produce en otro grupo de personas el llamado estreñimiento del viajero. En este caso son convenientes aquellos medicamentos cuya acción es rápida o controlable en el tiempo, como supositorios de glicerina o microenemas en canuletas que ejercen su efecto rápidamente, o laxantes orales estimulantes u osmóticos. Los laxantes estimulantes (bisacodilo, sen [o senósidos], cáscara sagrada, corteza de frángula, etc.) se encuentran en grageas, cápsulas, granulados masticables, infusiones de plantas, etc., que se toman por la noche y ejercen su efecto a las 6 u 8 horas. En el caso de los laxantes estimulantes hay que advertir al viajero que no deben superarse las dosis y pautas recomendadas. Deberán tenerse en cuenta las posibles interacciones y contraindicaciones. Entre los laxantes osmóticos, la lactulosa y el hidróxido de magnesio tienen presentaciones en sobres de suspensión oral, lo que hace fácil su transporte y administración. Tener en cuenta las precauciones de uso y situaciones de contraindicación. Si existe tendencia al estreñimiento puede prevenirse el problema comenzando a tomar unos días antes suplementos de fibra.

 

Antiácidos

Asimismo, los cambios en la alimentación y horarios son causa frecuente de trastornos digestivos que comportan pesadez, ardor o acidez de estómago. Para su alivio es conveniente contar con preparados antiácidos: almagato, calcio carbonato, magnesio carbonato, famotidina, sales compuestas de bicarbonato y ácido cítrico, etc.

En tratamiento homeopático: Nux vomica suele ser el más ampliamente utilizado, pero existen especialidades de los laboratorios que combinan varios medicamentos simples y tienen una acción más amplia.

En fitoterapia, plantas con mucílagos (aloe gel, malva, malvavisco, semilla de cebada, lígulas de manzanilla, etc.), plantas antiulcerosas (regaliz) y sus combinaciones. Existen preparados compuestos específicamente formulados con esta acción. Las infusiones o cápsulas de plantas carminativas como la manzanilla, el anís, el hinojo, el coriandro o la alcaravea y sus combinaciones, eliminan los gases y flatulencias acompañantes.

 

Analgésico, antipirético, antiinflamatorio

Ácido acetilsalicílico, paracetamol o ibuprofeno. Para los países cálidos el paracetamol está más indicado porque resiste mejor el calor. Útiles en caso de dolor, fiebre o dolor muscular y también al inicio de un resfriado. Una combinación de paracetamol con vitamina C y codeína es eficaz en caso de dolor, fiebre y también contra los resfriados.

En el caso de propensión a dolores musculares, osteoarticulares o reumáticos (lumbalgias, ciática, artralgias, etc.), recuérdese que en diferentes estudios se ha demostrado que la asociación de analgésicos y AINE orales con complejo de vitaminas B (B12, B6, B1), a dosis terapéutica, se traduce en mayor alivio del dolor y mayor rapidez de acción, lo que supone una menor duración del tratamiento, una reducción de dosis de analgésico o AINE oral y, por lo tanto, una reducción de la posibilidad de que ocurran reacciones adversas.

En la prevención de dolores musculares y agujetas por caminatas o actividad deportiva es conveniente llevar pastillas de glucosa que se deben tomar antes de la actividad y durante la misma.

Un comprimido de 500 mg de ácido acetilsalicílico tomado antes de un viaje en avión de larga duración puede prevenir el llamado síndrome de la clase turista (trombosis venosa profunda). En personas con mala circulación se puede aconsejar el uso de medias de compresión gradual.

En tratamiento homeopático existen especialidades de los diferentes laboratorios específicamente indicadas para fiebre y dolor. Los unitarios deberán elegirse en función de la individualidad del/los viajeros, aunque los medicamentos simples: árnica 7 o 9CH (para el dolor y las contusiones), acónito y belladona 7 o 9CH (para la fiebre) y Anas barbarie 200k, tubos monodosis, para los resfriados y estados gripales, son de uso general.

Antiinflamatorios tópicos: en caso de esguinces, distensiones, etc., AINE tópicos: piketoprofeno, aceclofenaco, diclofenaco, ibuprofeno (cremas, pomadas, geles); pomadas homeopáticas a base de árnica y otras cepas de acción antiinflamatoria; preparados tópicos fitoterápicos a base de sustancias rubefacientes (mentol, salicilato metilo, esencia de trementina, alcanfor, árnica, aceite esencial de cayeput) o antiinflamatoria (hipérico, harpagofito, diversos aceites esenciales, etc.).

 

Colirio antiséptico y descongestivo (con un vasoconstrictor natural, como el agua de hamamelis o la eufrasia, o de síntesis)

En el caso de personas con tendencia a conjuntivitis alérgicas, colirio antialérgico (conteniendo, por ejemplo, nafazolina, antazolina o azelastina o eufrasia en el caso en que se prefiera un colirio homeopático). Son preferibles las presentaciones unidosis, ya que permiten que cada persona utilice una, puesto que los colirios nunca deben compartirse.

Deben tenerse presentes las posibles contraindicaciones de algunos colirios descongestivos de síntesis (glaucoma de ángulo estrecho, enfermedades cardiovasculares graves, hipertiroidismo y otras, ver prospecto). Las personas que usan lentes de contacto deben tener presente que algunos conservantes y otros componentes de algunos colirios pueden alterar las propiedades de la lente y, a su vez, ésta puede afectar la eficacia o toxicidad del medicamento administrado. En todo caso, siempre es mejor quitar las lentes de contacto antes de la administración del colirio y no utilizarlas hasta transcurridos como mínimo 20 minutos de la instilación.

 

Antihistamínicos: comprimidos y/o productos tópicos

Para una eventual reacción alérgica a pólenes y alimentos o para aliviar picaduras de insectos que provoquen una reacción exacerbada.

Entre los comprimidos son aconsejables los de segunda generación, con menores efectos no deseables: ebastina, cetirizina, fexofenadina, levocetirizina, loratadina, desloratadina o rupatadina. Deben tenerse en cuenta las interacciones, contraindicaciones y precauciones correspondientes. Las fichas técnicas de estos medicamentos pueden consultarse en la web del Centro de Información online de Medicamentos de la AEMPS:

http://www.aemps.gob.es/cima/fichasTecnicas.do?metodo=detalleForm

Entre los medicamentos homeopáticos puede ser útil incluir: Apis, Histaminum y Urtica urens a la 5 o a la 7CH.

Para calmar el picor, ardor y dolor de las picaduras y mordeduras de insectos, ortigas y medusas, se pueden incluir cremas o lociones que contengan, por ejemplo, dimetindeno, dexclorfeniramina, prometacina, etc. En caso de reacciones más exacerbadas puede ser necesario el uso de pomadas con corticoide (tipo betametasona valerato/fluocinolona acetónido), pero debe advertirse al viajero de las correspondientes precauciones (no utilizar en embarazo ni menores de un año, hacer el tratamiento lo más corto posible no superando la semana de tratamiento, no exponer la parte tratada al sol sin protección extrema, no superar las dosis y pautas de administración aconsejada y el resto de advertencias para los corticoides de uso tópico que se encuentran en los prospectos y fichas técnicas). También son eficaces las soluciones acuosas de amoniaco al 3,5%; existe un producto con aplicador, fácil y cómodo de usar.

Entre las pomadas y lociones fitoterápicas resultan de utilidad las que contienen centella asiática o caléndula (también útiles para irritaciones, heridas y quemaduras o eritemas leves), helicriso (de efecto antipruriginoso) o aceites esenciales (efecto refrescante, antipruriginoso y suavemente anestesiante).

Entre las homeopáticas, las que contienen Caléndula, Mezereum, Apis, Ledum palustre o sus combinaciones.

En el caso de picaduras de medusas, recordar al viajero que antes de aplicar cualquier pomada debe lavar la picadura con agua de mar y aplicar una solución al 50% de agua y vinagre para remover los tentáculos. Existen fotoprotectores que contienen sustancias repelentes de medusas, útiles en zonas donde su presencia es frecuente.

 

Jet lag

En viajes en avión de larga distancia, a través de varias regiones horarias, pueden aparecer alteraciones del sueño, fatiga y síntomas digestivos, entre otros, por descompensación en el ciclo circadiano. Una forma de reducir los trastornos debidos al desfase horario es adecuarse a la hora local nada más llegar adaptándose de entrada a los nuevos ritmos de sueño y comida. Dormir de día al llegar agrava el problema, pues la melatonina, que es la hormona que regula estos ciclos circadianos, tiene su pico mínimo de producción al mediodía y alcanza su nivel máximo a media noche. No todas las personas sufren con igual intensidad el «jet lag», pero a las personas propensas puede serles útil disponer en su botiquín de melatonina, productos de plantas medicinales inductores del sueño como la valeriana o productos que combinen valeriana con otras plantas con indicación en problemas del sueño (melisa, pasiflora, amapola de California, lúpulo, etc.), o medicamentos homeopáticos (árnica, coffea u otros según individualidad).

 

Productos antisépticos, cicatrizantes y material de cura

Antisépticos locales

Alcohol en gel, povidona yodada, clorhexidina, merbromina, etc. El alcohol en gel tiene un amplio uso, ya que puede emplearse para desinfectar las manos si no existe fuente de agua para lavarlas y también para desinfectar superficies sobre las que deban depositarse alimentos o incluso los asientos de los sanitarios. Existen presentaciones en formato de viaje en gel o en toallitas impregnadas; no obstante, para las heridas son recomendables la povidona yodada, la clorhexidina (gotas o spray) o la merbromina.

 

Cremas o pomadas cicatrizantes

Para ayudar a la regeneración de la piel y la curación de pequeñas heridas, rasponazos, quemaduras leves, etc. A base de centella asiática, caléndula, bálsamo de Perú, óxido de cinc, sucralfato, etc. Existen presentaciones que combinan sustancias cicatrizantes con antibióticos tópicos. Debe tenerse presente que antes de aplicar la pomada debe procederse a la limpieza y desinfección de la herida. En MedlinePlus (http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/wounds.html) se puede encontrar información práctica de los pasos a seguir para tratar una herida.

 

Cremas o pomadas antiequimóticas

A base de árnica, pentosán polisulfato sódico o heparinoides para uso tópico (condroitín sulfato de sodio), etc., para el alivio de golpes y hematomas.

 

Material de cura

• Gasas, vendas, esparadrapo, puntos de sutura, tiritas.

• Apósitos hidrocoloides de protección para ampollas.

• Lubricante tipo vaselina para la protección contra fricciones.

• Accesorios: pinzas, tijeras, termómetro, jeringa con aguja estéril.

 

Otros productos y algunos cosméticos

• Protección solar, adaptada al fototipo de los viajeros. Si se viaja en verano es aconsejable que ésta sea alta (50+) aunque no se vaya a la playa; el viajero suele pasar largas horas al aire libre y se requiere la máxima protección. Recordar que en zonas donde la presencia de medusas es frecuente existen fotoprotectores repelentes de medusas.

• Crema o loción post-solar. Al final del día es muy importante rehidratar y regenerar la piel para prepararla para el día siguiente. En caso de eritema solar las cremas con centella asiática, gel de aloe o caléndula resultan muy apropiadas.

• Polvos o cremas antifúngicas. El calor, el sudor y caminar con los pies descalzos por lugares públicos (playas, piscinas, suelo de habitaciones de hoteles, etc.) predispone a contraer pie de atleta (Tinea pedis).

• Comprimidos de desinfección de agua, para aquellos que viajan a zonas en donde no hay garantía de que el agua sea potable y segura.

• Repelentes de mosquitos. Existen diferentes formulaciones con repelentes de síntesis (DEET, tetrametrina, permetrinas, icaridin, entre otros) y naturales (aceite esencial de citronela, aceite esencial de Eucaliptus maculata ssp citriodora, entre otros). Debe tenerse en cuenta la zona de viaje. Para países con riesgo de malaria u otras enfermedades transmisibles por mosquitos las autoridades sanitarias recomiendan productos con un contenido mínimo de 40% de DEET (Dietil toluamida), lo que no exime de la vacunación. Debe tenerse en cuenta que para las embarazadas y niños pequeños no son aptos todos los productos. Se presentan en forma líquida, con una duración de acción de entre 5 y 8 horas, o en pulseras impregnadas con el repelente, o conteniendo una pastilla que libera el mismo, que ejercen su acción durante un periodo de días variable de una marca a otra. Las que contienen una pastilla ejercen su acción aunque se mojen y pueden ser utilizadas por embarazadas y niños pequeños. También existen parches impregnados de repelente para aplicar sobre la ropa o una superficie cercana; pueden usarse a partir de dos años y ejercen su acción durante unas horas. Las pulseras tienen una mayor cobertura si se pone una pulsera en una muñeca y otra en el tobillo contrario. 

 

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Botiquín de viaje

Ha llegado el verano y Mario y Elena se van de crucero por el Mediterráneo una semana. Harán algunas excursiones por tierra y no están demasiado acostumbrados a caminar; de hecho, una de las excursiones es en una isla montañosa. También tienen previsto tomar muuucho... el sol en la cubierta del barco y aprovechar las delicias del buffet libre. Les han dicho que el barco cuenta con médico y dispensario. No obstante, prefieren llevar un botiquín básico.

 

Botiquín básico

• Para evitar el mareo en caso de alteraciones del mar: un producto anticinético.

• Para una eventual diarrea: loperamida, carbón activado y sobres para reconstituir una bebida de rehidratación.

• Antiácidos para una posible digestión pesada o acidez debida a las comidas en tierra o el buffet libre: almagato, calcio carbonato, magnesio carbonato, etc.

• Para el dolor, fiebre y resfriado: sobres de una combinación de paracetamol, vitamina C y codeína.

• Pastillas de glucosa para evitar las agujetas.

• Protección solar y protector labial. Crema o loción postsolar hidratante y regeneradora.

• Colirio.

• Material de cura: povidona yodada, merbromina, tiritas resistentes al agua, gasas, vendas, esparadrapo, tijeras.

• Apósitos hidrocoloides de protección para ampollas.

• Vendas elásticas para posibles torceduras, pomada antiinflamatoria.

 

FICHA PARA EL PACIENTE

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