La artrosis es una patología que afecta a las articulaciones y que tiene un carácter crónico y degenerativo. Sus consecuencias clínicas son el dolor y la pérdida de movilidad a causa del desgaste, además de la degeneración progresiva que sufre el cartílago de las articulaciones.

 

Se desarrolla especialmente a partir de los 55-60 años, en mujeres con menopausia, en deportistas (debido a los continuos sobresfuerzos) y en personas cuya actividad laboral las obliga a usar de manera inadecuada y constante una articulación.

El progresivo envejecimiento de la población a causa del aumento de la esperanza de vida ha posicionado a esta enfermedad entre las primeras causas de discapacidad. En este artículo, analizaremos brevemente cuáles son sus principales factores de riesgo, sus síntomas, las características del dolor que produce y los diferentes tipos que existen, para posteriormente averiguar cómo intervenir desde la farmacia comunitaria.

Factores de riesgo en artrosis

  • Edad. Se eleva el riesgo a partir de los 50-55 años.
  • Obesidad. La obesidad predispone a la artrosis en las caderas y las rodillas, ya que el cartílago acaba dañado a causa del exceso de peso que soporta la articulación. Además, empeora los síntomas cuando ya está instaurada.
  • Sedentarismo. Aumenta el riesgo de sufrir artrosis y otras enfermedades.
  • Piernas torcidas o dismetrías.
  • Traumatismos y lesiones articulares. En este caso, la recuperación del cartílago nunca llega a ser total. Por este motivo, los deportistas de élite tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis en un futuro.
  • Enfermedades metabólicas como la diabetes.
  • Genética. Aunque no es hereditaria, la artrosis tiene un componente de riesgo genético que, junto al resto de los factores, puede hacer que surja con mayor facilidad en aquellas personas con antecedentes familiares.

Principales síntomas de la artrosis

Al ser una patología de progresión lenta, sus síntomas surgen de manera gradual:

  • El más habitual es el dolor articular.
  • Presencia de rigidez tras periodos de reposo.
  • Limitación de los movimientos.
  • Crepitaciones en las articulaciones afectadas.
  • Inflamación y sensibilidad al ejercer presión en la articulación.

Características del dolor artrósico

  • En las primeras etapas, el dolor se desencadena al mover la articulación o tras realizar algún esfuerzo, y suele cesar cuando llega el reposo. Con el paso de los años, al irse agravando la artrosis el dolor ya no desaparece con el reposo.
  • No es un dolor constante. La persona puede vivir sin dolor durante largos periodos. Es importante recordar al paciente que mantenga las medidas preventivas y de tratamiento aunque no tenga síntomas, ya que la artrosis sigue su evolución.

Tipos de artrosis

Según su localización, hablamos de cinco tipos de artrosis: artrosis de cadera, manos, rodillas, cervical y lumbar (figura 1).

28 EF 607 TENDENCIAS te interesa Artrosis figura1
Figura 1. Prevalencia de la artrosis en la población mayor de 40 años según la Sociedad Española de Reumatología (SER)
 
Artrosis de manos

Es un tipo de artrosis fácilmente detectable a causa de la deformación que produce en los dedos. Es más frecuente en mujeres y tiene una alta carga hereditaria («mi madre o mi abuela también tenían las manos así»).

En las primeras etapas, cursa con inflamación y dolor intenso a causa de unos pequeños bultos duros (nódulos) que surgen por el crecimiento del hueso que se encuentra debajo. Cuando se completa esta deformación, el dolor suele remitir. Estos nódulos se denominan según su localización:

  • Nódulos de Heberden: aparecen en la parte final del dedo.
  • Nódulos de Bouchard: se localizan en la mitad del dedo.
Artrosis de rodilla

Es la más frecuente. Existen dos tipos:

  • Artrosis de rodilla primaria: relacionada con el desgaste ocasionado por el envejecimiento de sus diferentes estructuras.
  • Artrosis de rodilla secundaria: suele producirse en deportistas y personas obesas por lesiones previas o por el sobresfuerzo que soportan sus rodillas.
Artrosis cervical

No siempre provoca síntomas. La más habitual es la cervicalgia.

Artrosis lumbar

Presenta dolor con el movimiento y la sobrecarga lumbar, y mejora con el reposo.

Artrosis de cadera

Cursa con dolor que se localiza en la ingle y en la zona interna del muslo, irradiando incluso, en ocasiones, hacia la rodilla. 

28 EF 607 TENDENCIAS te interesa Artrosis recomendaciones

 

Beneficios de la atención farmacéutica en los pacientes con artrosis

La artrosis presenta una elevada prevalencia y un alto impacto tanto a nivel asistencial como socioeconómico. Las herramientas básicas de su tratamiento son la educación en salud y la prevención. Por este motivo, la intervención del farmacéutico se antoja fundamental para el sostenimiento del Sistema Nacional de Salud.

El número de consultas sobre esta patología se ha disparado en los últimos años, y se espera que su progresión continúe avanzando debido al progresivo envejecimiento de la población (se estima que afecta al 10% de la población mundial mayor de 60 años).

Al provocar una limitación funcional, se incrementa el sedentarismo y con ello aumentan las consultas en atención primaria de trastornos como la obesidad, el sobrepeso y otras enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2.

En España, gracias al estudio realizado y presentado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) en su 37o Congreso Nacional, se pudo cuantificar qué enfermedades son más prevalentes en los pacientes con artrosis (tabla 1).

Tabla 1 artrosis
Fuente: Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN)

 

En primer lugar se situaban la hipertensión arterial (62%), la hipercolesterolemia (58,2%), la diabetes tipo 2 (22%), el reflujo gastroesofágico (18,9%) y la osteoporosis (12,2%). Además, los pacientes que padecen artrosis suelen sufrir ansiedad y depresión.

Desde la farmacia comunitaria nos marcaremos como objetivo mejorar la calidad de vida del paciente con artrosis disminuyendo su dolor y la incapacidad funcional. Nuestra intervención mejorará la adherencia al tratamiento, retrasando tanto la evolución de su artrosis como la posible aparición de cualquiera de las enfermedades anteriormente citadas.

Intervención del farmacéutico en salud articular

Tratamiento farmacológico

Como profesionales del medicamento nos ocuparemos de la adherencia al tratamiento farmacológico, mejorando su efectividad y disminuyendo posibles riesgos.

  • Paracetamol. Fármaco que se utilizaba ampliamente en artrosis para aliviar síntomas ya que estaba considerado como fármaco de primera línea de elección. A partir de 2019, sin embargo, se revisaron las guías clínicas porque el beneficio de paracetamol a corto plazo era mínimo en pacientes con artrosis. Al examinar también su seguridad, los autores concluyeron que, debido a su baja eficacia relativa y a su elevado riesgo de complicaciones renales y cardiovasculares, no debía emplearse paracetamol como tratamiento de primera línea.
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINE) vía oral o tópica. Los AINE como indometacina, diclofenaco, aceclofenaco o naproxeno combaten el dolor, la inflamación y la rigidez de las articulaciones. Aunque no producen tolerancia ni dependencia, no deben utilizarse durante largos periodos por el daño que su uso continuado provoca en la mucosa gástrica.

En caso de que los AINE estén contraindicados o resulten insuficientes en el control del dolor, el médico suele prescribir codeína o tramadol, siendo sus efectos secundarios el estreñimiento y la sedación.

28 EF 607 TENDENCIAS te interesa Artrosis recomendaciones foto1

 

Consejo farmacéutico en artrosis

Dieta sana y equilibrada

El sobrepeso y la obesidad sobrecargan nuestras articulaciones y agravan los problemas de la artrosis. Este tipo de trastornos pueden evitarse con la práctica habitual de ejercicio físico y con una dieta sana y equilibrada que, además, aporte los siguientes nutrientes:

Ácidos grasos omega-3 en la mejora del dolor artrósico

Entre sus múltiples beneficios ya contrastados, los ácidos grasos omega-3 como el ácido docosahexaenoico (EPA) y el eicosapentaenoico (DHA) presentan una importante acción antiinflamatoria. Ayudan a ralentizar la degradación de las articulaciones y alivian los dolores que llevan asociados.

Principales alimentos fuente de omega-3:

  • Pescado azul: sardina, caballa, atún, salmón.
  • Frutos secos como las nueces.
  • Semillas de lino y de chía.

Antioxidantes que mejoran los síntomas de la artrosis

La mejor defensa natural para proteger a nuestras células de la oxidación celular que producen los radicales libres la encontramos en el poder antioxidante de las vitaminas A, C y E presentes en muchos alimentos.

  • Vitamina A: tiene un efecto protector ante la acción oxidativa de los radicales libres.

-Verduras y frutas, como zanahorias, espinacas, boniatos, albaricoques y calabazas.

-Hígado y sus derivados (patés, foie-gras).

-Pescados y moluscos como el congrio, las almejas y los berberechos.

-Leche y sus derivados: mantequilla, queso curado, etc.

  • Vitamina C: contribuye a la formación del colágeno, y con ello al correcto funcionamiento de huesos, cartílagos y piel.

-Verduras de hoja verde y frutas frescas como la naranja, el limón, el kiwi, los pimientos rojos y las grosellas negras.

Recientes investigaciones en Reino Unido han confirmado que el sulforafano, un componente presente en el brócoli, es capaz de bloquear una enzima que provoca la destrucción del cartílago en las articulaciones asociadas a la artrosis. Además, presenta actividad antiinflamatoria.

  • Vitamina E:

-Aceites vegetales (oliva, girasol).

-Frutos secos (nueces, almendras).

-Verduras (espinacas, brócoli).

Otros nutrientes que ayudan a nuestras articulaciones

  • Vitamina D: es básica en la salud de nuestros huesos. Aunque no haya evidencias de una posible mejora en los síntomas de la artrosis, tomar vitamina D es fundamental en la salud de nuestros huesos.

Alimentos ricos en vitamina D:

-Pescado azul: salmón, sardinas, caballa, atún.

-Marisco: langostinos, gambas.

-Yema de huevo.

-Aguacate.

-Leche y yogures enriquecidos con vitamina D.

  • Calcio: mantiene la salud de nuestros huesos y ayuda a prevenir la osteoporosis.

Alimentos ricos en calcio: leche y derivados como queso, yogur, mantequilla...

  • Magnesio: es un antioxidante con efecto antiinflamatorio que aporta beneficios a nuestras articulaciones y musculatura. No es capaz de restaurar el cartílago dañado, pero sí puede frenar su proceso natural de desgaste.

Alimentos ricos en magnesio: 

-Trigo integral, presente en pan, pasta o cereales.

-Semillas de lino: ricas en magnesio, omega-3 y fibra. 

-Legumbres: como los garbanzos, las lentejas, las judías... Además de magnesio, nos aportan hierro, fibra y vitaminas.

-Frutos secos: almendras, nueces o pistachos.

Evitar el sedentarismo mediante la práctica de ejercicio físico
  • El sedentarismo va atrofiando la musculatura que rodea las articulaciones, lo que trae consigo un aumento del dolor y una disminución de la movilidad, y facilita el avance de la artrosis.
  • Mantener una musculatura activa y desarrollada ayuda a preservar la movilidad y a minimizar el peso y desgaste que sufren nuestras articulaciones.
  • Los ejercicios más adecuados son los aeróbicos de poco impacto como la natación, bicicleta suave (sin ponerse de pie), pilates, yoga y caminar dentro del agua.
  • El ejercicio físico también estimula la coordinación neuromuscular, ayudando así a evitar posibles caídas.
Uso de calzado adecuado
  • El calzado debe ser cómodo, específico, con poco tacón y que sujete bien el pie. Para corregir posibles problemas funcionales y amortiguar los impactos al caminar, pueden utilizarse plantillas ortopédicas. 
Consejos en higiene postural
  • Limitar el esfuerzo físico de gran intensidad utilizando, por ejemplo, carros para ir a la compra.
  • En caso de necesidad, ayudarse de muletas o bastones ya que proporcionan estabilidad y seguridad además de evitar posibles caídas.
  • Debemos dormir sobre un colchón que sea firme, con una almohada adecuada, y entre 6 y 8 horas al día.
  • Cuando se encuentre sentado, sobre todo si se trata de trabajos de oficina o en los que se usa el ordenador, debe mantener la espalda recta con los glúteos apoyados correctamente, las rodillas en ángulo recto y a la misma altura que nuestra cadera, y los pies apoyados en el suelo. Los codos deben estar en un ángulo de 90 grados.
  • Si se trabaja de pie, mantener el pecho erguido con las escápulas alineadas (no curvadas hacia delante), las rodillas ligeramente flexionadas (nunca bloqueadas) y los pies bien posicionados en sus diferentes puntos de apoyo.

Otras noticias destacadas

Destacados

Lo más leído