La biotecnología, según la definición de la RAE, es el empleo de células vivas para la obtención y mejora de productos útiles como los alimentos y los medicamentos. Hay que destacar que aunque este término aparentemente suene moderno, la fermentación es unos de los procesos biotecnológicos más antiguos utilizado para la obtención del pan, el queso, la cerveza o el vino. Entre 1857 y 1863 Pasteur descubrió que «los microorganismos eran los agentes causantes de este proceso»1. Éste fue el comienzo de la microbiología industrial, precursora de la biotecnología.
En los años cincuenta, Watson y Crick descubrieron la estructura del ADN. A raíz de este hallazgo tuvieron lugar grandes avances en distintas disciplinas científicas, entre ellas la biología celular y la ingeniería molecular. Todo ello permitió manipular el material genético de las células para que fuera utilizado como tratamiento.
El planteamiento de que un determinado gen se pueda «fabricar» para que genere componentes específicos que el cuerpo enfermo de una persona no pueda sintetizar de forma normal fue lo que impulsó rápidamente el desarrollo de esta materia y la aparición de medicamentos de origen biotecnológico como los biofármacos.
Un biofármaco es «un producto farmacéutico elaborado a partir de materiales de origen biológico, tales como microrganismos, órganos y tejidos de origen animal o vegetal, y células o fluidos de origen humano o animal; así como de origen biotecnológico que se obtienen a través de una proteína o ácido nucleico con tecnología ADN recombinante. Los medicamentos convencionales son, en cambio, de origen químico»2. Es decir, los biofármacos, «anticuerpos y otras proteínas recombinantes obtenidas mediante técnicas de ingeniería molecular»3, son uno de los fármacos más novedosos actualmente. El primer medicamento biológico comercializado fue la insulina humana en 1982.
La característica más innovadora de los biofármacos es que «con ellos la terapia puede centrarse por primera vez en aspectos específicos de la fisiopatología de la artritis reumatoide y de otras enfermedades inflamatorias»3. Sin embargo, también tienen inconvenientes: su elaboración es compleja y cara, por lo que no todo el mundo puede acceder a ellos. Se destinan especialmente a los pacientes cuya terapia o tratamiento no es efectivo.
Un ejemplo de biofármacos son los anti-Factor de Necrosis Tumoral (TNF), que son medicamentos biológicos empleados en el tratamiento de enfermedades inflamatorias crónicas o autoinmunes.
El TNF engloba: a) el TNF-alfa producido por macrófagos, monocitos y fibroblastos, y b) el TNF-beta, fabricado por los linfocitos T o B y que es una proteína (citocina) liberada por las células del sistema inmunitario que incrementa los síntomas que produce la inflamación (hinchazón, dolor, picor, rojez...) y también induce la muerte celular (apoptosis) de determinadas células; por tanto, interviene en ciertas patologías. Sin embargo, esta citocina cumple funciones importantes en nuestro organismo, por ejemplo, participa en la respuesta del sistema inmunitario frente a las infecciones, por lo que su ausencia puede acarrear graves problemas inmunológicos como desencadenar enfermedades latentes (aquellas que están en nuestro cuerpo, pero no se manifiestan) o fomentar la aparición de infecciones oportunistas (causadas por microorganismos no patógenos, o patógenos pero muy poco virulentos, a los que un sistema inmunitario sano podría hacer frente).
Los fármacos anti-TNF que tenemos hoy día son: adalimumab (Humira®), infliximab (Remicade®) y etanercept (Enbrel®). El primer fármaco que estuvo disponible fue etanercept, en 1998, y luego infliximab, que fue introducido en el mercado en 1999; el más reciente es adalimumab4. Como son proteínas no se pueden administrar por vía oral porque se degradarían, de modo que se administran por vía subcutánea o intravenosa, es decir, mediante inyecciones. Por ello, el tratamiento se realiza en hospitales bajo la supervisión de un médico experto. Una peculiaridad de estos fármacos es que no se administran a diario, sino semanalmente.
El Remicade® es un anticuerpo monoclonal quimérico, constituido por una inmunoglobulina M en parte de origen humano y en parte de ratón, que actúa «bloqueando» el TNF-alfa, al que impide realizar su función. Fue aprobado en Estados Unidos en agosto de 1998. Un año después, la Unión Europea (UE) permitió su comercialización para el tratamiento de la enfermedad de Crohn en pacientes cuya terapia convencional no estuviese siendo efectiva. Más tarde, la UE lo aprobaría para otras indicaciones: en 2000, para la reducción de los signos y síntomas de la artritis reumatoide; en febrero de 2006, para el tratamiento de la colitis ulcerosa activa (moderada o grave) en adultos; en 2007 para la enfermedad de Crohn grave activa infantil y, más recientemente, para la colitis ulcerosa en niños5. Aunque este medicamento sea eficaz contra estas enfermedades, hay que tener cuidado, pues su empleo se relaciona con la aparición de casos de tuberculosis debido a la inmunosupresión asociada a su mecanismo de acción. De ahí que el 21 de diciembre de 2000 la Agencia Española del Medicamento publicase una nota informativa sobre el riesgo de infección tuberculosa asociada a infliximab (Remicade®)6.
Bibliografía
1. Raviña Rubira E. Medicamentos. Un viaje a lo largo de la evolución histórica del descubrimiento de fármacos. Volumen II. Universidad de Santiago de Compostela. 2008. Pág. 749.
2. Definición de biofármaco obtenida de: www.biofarmacos.org.
3. Rang HP, Dale MM, Ritter JM, Flower RJ, Henderson G. Farmacología. 2012. 7.ª ed, Elsevier, Barcelona. Pág. 330.
4. Calamia K. Anti-TNF drugs and rheumatoid arthritis.Medwave 2003 Sep;3(8):e3152 doi: 10.5867/medwave.2003.08.3152. [http://www.mednet.cl/link.cgi/Medwave/PuestaDia/Cursos/3152]
5. Noticia: Remicade (infliximab) recibe la autorización europea para el tratamiento de la colitis ulcerosa en los niños. [http://www.pmfarma.es/noticias/14543-remicade-infliximab-recibe-la-autorizacion-europea-para-el-tratamiento-de-la-colitis-ulcerosa-en-los-ninos.html]
6. Nota informativa de la Agencia Española del Medicamento [http://www.accu.es/accuextr/boletin/bol16/inflixim.htm]