Análisis, desde la oficina de farmacia, del tratamiento farmacológico en pacientes con patología dolorosa de tipo crónico

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (International Association for the Study of Pain-IASP) define el dolor como «una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a un daño tisular existente o potencial, o descrita en términos de ese daño». Además es un proceso bioquímico, es una experiencia propia, personal y subjetiva. Es decir, aprendemos a sentir el dolor y lo que éste significa, transformándolo así en sufrimiento.

La sensibilidad al dolor es un proceso individual, lo que conlleva una gran variabilidad en la intensidad de la sensación dolorosa y de los requerimientos de fármaco en cada paciente. Se han descrito diferencias no concluyentes en la percepción del dolor o en su manifestación, relacionadas con condiciones étnicas o raciales, tanto en adultos como en niños. Existen igualmente estudios que muestran diferencias en la percepción del dolor según sexo, destacando la revisión publicada en 2009 sobre prevalencia del dolor crónico en muestras representativas de diferentes países de nuestro entorno socioeconómico. En siete de los diez estudios incluidos, las diferencias entre mujeres y hombres fueron estadísticamente significativas.

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Agradecimientos:
Muy especialmente a Carlos Sánchez-Monge, titular de la oficina de farmacia donde he realizado todo el estudio de campo, porque sin su ayuda hubiera sido imposible la toma de datos e información y por todo lo que me ha enseñado.
A todos y cada uno de los pacientes que han participado en este estudio, por su paciencia y colaboración.
A mis padres, por el apoyo que me dan cada día; y de manera muy especial a Juanpe por su comprensión.
A todos y cada uno de ellos, ¡gracias!

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