Con el aumento del número de mascotas en los hogares, el uso de medicamentos veterinarios se ha incrementado considerablemente. En este artículo se realiza una breve revisión de las patologías más frecuentes de las mascotas más habituales (perros y gatos), para poder prestar una adecuada atención desde la farmacia comunitaria.
Patologías más comunes
Otitis
La otitis es una inflamación del canal auditivo muy frecuente. Sus causas son múltiples y dependen de la morfología de la oreja del animal. Es más habitual en algunas razas que presentan orejas caídas, con mucho pelo o un canal auditivo estrecho, ya que estas características dificultan la ventilación del conducto. La más común es la otitis externa, si bien las otitis medias y las otitis internas suelen ser más graves.
Síntomas y signos habituales
- Supuración, acompañada o no de mal olor.
- Eritema en la parte inferior de la oreja, donde no hay pelo.
- Sacudidas de cabeza.
- Prurito.
- Dolor (se observa porque el animal se rasca la oreja y ladea la cabeza hacia la zona infectada).
Si la inflamación es del oído interno, a veces hay pérdida de equilibrio y disminuye la capacidad auditiva. Cuando está afectado el oído medio la otitis es muy dolorosa y las mascotas presentan cambios de conducta y evitan que les toquen la cabeza.
La otitis es una inflamación del canal auditivo muy frecuente. Sus causas son múltiples y dependen de la morfología de la oreja del animal
Posibles causas
- Dermatitis atópica y alergias alimentarias.
- Traumatismos, debidos al rascado, a las peleas o a la limpieza inadecuada del oído.
- Infestaciones por parásitos como pulgas o ácaros.
- Presencia de cuerpos extraños (por ejemplo, semillas).
- Alteraciones hormonales, enfermedades autoinmunes, pólipos y tumores.
Prevención
La limpieza es esencial para la prevención de la otitis externa.
Tratamiento
Los tratamientos más frecuentes incluyen corticoides y/o analgésicos para el dolor y la inflamación y agentes secantes y antisépticos. En función de la causa, el veterinario puede prescribir antibióticos, antimicóticos o antiparasitarios. Si el canal sufre una obstrucción, es necesario un tratamiento quirúrgico. Es importante que el dueño de la mascota sea constante en la aplicación y respete la pauta de tratamiento prescrita por el veterinario, teniendo en cuenta que, si son infecciones recurrentes, tendrá que hacerse un nuevo diagnóstico.
Conjuntivitis
Las inflamaciones de la conjuntiva pueden ser unilaterales o bilaterales. Si van acompañadas de infección e inflamación de la córnea se denominan «queratoconjuntivitis».
Síntomas y signos habituales
- Enrojecimiento del globo ocular.
- Aumento del lagrimeo.
- Legañas.
Posibles causas
- Alergias: pueden ser provocadas por ácaros, pólenes y picaduras de insectos.
- Contacto con sustancias irritantes. Mención especial merecen las causadas por la procesionaria del pino, ya que la conjuntivitis puede complicarse con la aparición de úlceras oculares y uveítis, con pérdida de visión si no se trata a tiempo.
- Infecciones bacterianas: son muy contagiosas y más frecuentes en perros.
- Infecciones víricas: se contagian con facilidad y son más habituales en gatos, en los que destacan el herpes felino o el calicivirus felino. Por su parte en perros es frecuente el moquillo. A veces son el síntoma de una enfermedad sistémica.
- Déficit de secreción lacrimal u ojo seco: son más frecuentes en perros de ojos saltones braquicefálicos. En casos graves pueden aparecer úlceras y opacidades corneales que pueden originar déficit visual.
Prevención
Es fundamental la vacunación para evitar algunas infecciones de origen vírico, como moquillo, herpes virus o calicivirus felino. También es muy importante una correcta higiene ocular, evitando el contacto del pelo con el ojo y limpiando regularmente las secreciones.
Tratamiento
Es diferente según el tipo de conjuntivitis:
- Alérgica: se trata con productos antihistamínicos.
- Irritativa: en el caso de la causada por la procesionaria del pino, en primer lugar es necesario limpiar bien los ojos para retirar los pelos de la oruga que hayan quedado en la superficie ocular y los párpados, para posteriormente realizar un tratamiento con corticoides.
- Bacteriana: el veterinario puede prescribir antibióticos en formato gota o pomada oftálmica.
- Vírica: se dispone de colirios antivirales para reducir la queratosis y el prurito y combatir la infección.
El ojo seco se trata con lágrimas artificiales que suelen contener ácido hialurónico. También puede recurrirse a la administración de suplementos de ácidos grasos omega 3 para mejorar la calidad de la lágrima.
En todos los casos es importante mantener una buena higiene palpebral, aplicando calor sobre los párpados, masajeándolos y limpiándolos con una solución jabonosa, gel o toallitas específicas.
Diarrea
En la tabla 1 se muestra una clasificación de las diarreas en función de distintos parámetros.
Posibles causas
- Infecciosas: por virus (panleucopenia felina, rotavirus, astrovirus...), bacterias (Salmonella, Campylobacter...) o parásitos (Ascaris lumbricoides, anquilostoma, coccidios, Giardia toxoplasma...).
- Dietéticas: cambios o abusos en la dieta.
- Tóxicas o medicamentosas: uso de paracetamol, ampicilina, etc.
- Varias: obstrucción intestinal parcial.
Tratamiento
El tratamiento de elección es la fluidoterapia, porque la deshidratación y el desequilibrio electrolítico son una complicación habitual. También se recomienda reposo y restricción alimentaria durante 24 horas, que suelen ser suficientes para solucionar la mayor parte de los casos.
La administración de antibióticos puede prolongar el proceso, ya que desequilibran la flora intestinal. El uso de modificadores de la motilidad tampoco es recomendable, salvo que el veterinario descarte que se trata de una diarrea infecciosa.
Problemas dermatológicos
Las enfermedades dermatológicas constituyen uno de los principales motivos de consulta en las clínicas veterinarias, y desde la farmacia se puede contribuir decisivamente en la prevención de estas afecciones.
Síntomas y signos habituales
El más común es el prurito, que puede afectar a todo el cuerpo. Se recomienda prestar atención por si el animal se lame mucho o incluso se muerde la piel. A veces, la intensidad del picor es tan alta que pueden causarse heridas a causa del rascado. Además, se puede producir descamación, alopecia local, costras, inflamación, eritema, irritación, sequedad, decoloración de la piel, etc.
Posibles causas
- Infestaciones por parásitos como pulgas, garrapatas, ácaros o piojos.
- Infecciones bacterianas o pioderma (que generalmente se originan a partir de una herida abierta).
- Infecciones fúngicas por crecimiento excesivo de hongos que viven de manera natural en la piel.
- Alergias. En la mayoría de los casos el origen está en el entorno en el que vive el animal (ácaros, polen, moho…) y el resto suelen ser de origen alimentario. Entre un 10 y un 15% de los perros son atópicos (presentan una desestabilización de la estructura dérmica que les hace más sensibles a los alérgenos de su entorno).
- Tumores o neoplasias dérmicas.
Prevención
Es preciso revisar el estado de la piel del animal de forma periódica (p. ej., durante el baño), de modo que podamos detectar precozmente los primeros síntomas. También es importante adoptar medidas higiénicas que mejoren el entorno donde suele estar la mascota. Se recomienda el uso de productos como collares antiparasitarios, aerosoles, polvos, comprimidos antipulgas o pipetas, para evitar las ectoparasitosis.
Tratamiento
El tratamiento es diferente en función de la causa y el nivel de afectación de la enfermedad. El veterinario tratará las dermatitis bacterianas con antibióticos, y el farmacéutico puede aconsejar el uso de jabones con antiséptico.
Es fundamental la vacunación para evitar algunas infecciones de origen vírico, como moquillo, herpes virus o calicivirus felino
Problemas respiratorios
Entre las enfermedades respiratorias más comunes se encuentran el resfriado, el moquillo, la amigdalitis faringitis y la amigdalitis, la bronquitis, la neumonía, la tos de las perreras y el asma. Todas ellas están causadas por diferentes agentes patógenos (virus, bacterias, toxinas...). Mayoritariamente se transmiten vía aerosoles, y la incubación es de 2 a 10 días. Los animales más jóvenes, los inmunodeprimidos y los no vacunados tienen más probabilidad de sufrir una infección grave a consecuencia de una neumonía, de la malnutrición o la deshidratación, lo que puede causar incluso la muerte del animal.
Síntomas y signos habituales
Estornudos, secreción nasal y ocular, lagrimeo, tos, fiebre, fatiga, pérdida de apetito y letargo. También pueden aparecer úlceras bucales, excesiva producción de saliva y úlceras oculares. Es importante acudir al veterinario sin menospreciar ningún síntoma, puesto que puede tratarse de la manifestación de una enfermedad grave.
Posibles causas
Los principales agentes patógenos en el caso de los perros suelen ser virus como parainfluenza canina o adenovirus tipo 2 y bacterias como Bordetella bronchiseptica y Mycoplasma spp. En los gatos lo más habitual es el virus del herpes felino (FHV por sus siglas en inglés) y los calicivirus. En los últimos años se están detectando otros patógenos gracias a los avances en los métodos de identificación molecular. La infección respiratoria más conocida en el caso de los perros es la «tos de la perrera», cuyos brotes se reportan a escala mundial. Se produce entre perros que conviven en refugios o protectoras. La gripe felina, o infección de las vías respiratorias superiores, es una enfermedad común que puede variar según la gravedad y puede poner en riesgo la vida del animal. En la mayoría de los casos se debe a una infección por un calicivirus o el FHV.
Prevención
Es habitual que los gatos sean reacios a comer por una alteración del sentido del gusto y el olfato, por lo que son recomendables piensos suaves y olorosos, tipo comida para gatos bebés o pescado en aceite. Si la desnutrición fuera severa, puede ser necesario recurrir a la nutrición enteral mediante sonda, o incluso parenteral, utilizando catéter.
Tratamiento
En los casos leves, el tratamiento suele ser sintomático. Si el estado de ánimo y el apetito es bueno, no suele aplicarse un tratamiento específico. Si los síntomas persisten más de una semana y se presentan signos de neumonía, debe recurrirse al uso de antimicrobianos, siendo de primera elección la doxiciclina y la amoxicilina. Los analgésicos también pueden ser necesarios. Se puede recurrir al uso de supresores de la tos para proporcionar alivio. Si el animal presenta congestión nasal y dificultad respiratoria, se puede emplear un sistema de nebulización. Cuidados esenciales, como retirar las secreciones de los ojos y la nariz con ayuda de un disco de algodón, contribuyen a mejorar el estado de la mascota, proporcionándole confort.
Las enfermedades dermatológicas constituyen uno de los principales motivos de consulta en las clínicas veterinarias, y desde la farmacia se puede contribuir decisivamente en la prevención de estas afecciones
Parasitosis
Las infestaciones de las mascotas por parásitos internos o externos (endoparasitosis o ectoparasitosis) pueden causar enfermedades graves.
Síntomas y signos habituales
Los síntomas varían en función del tipo de parásito. Los más frecuentes son tos, pérdida de apetito, anemia, obstrucción intestinal o diarreas, sangre en heces, vómitos, dolor abdominal y prurito.
Posibles causas
En la tabla 2 se recogen los parásitos más frecuentes en cachorros y adultos.
Prevención
Es fundamental la desparasitación interna periódica de las mascotas y el uso de collares o pipetas adecuados para evitar el contagio por ectoparásitos.
Tratamiento
Los principios activos usados en la desparasitación interna son benzimidazoles, praziquantel y milbemicina.
Entre las enfermedades respiratorias más comunes se encuentran el resfriado, el moquillo, la amigdalitis faringitis y amigdalitis, la bronquitis, la neumonía, la tos de las perreras y el asma
Medidas higiénico-dietéticas generales
- Cuidado de la piel y el pelaje con champús adecuados.
- Limpieza frecuente de ojos y oídos para evitar las conjuntivitis y/o las otitis.
- Higiene bucodental con pastas enzimáticas adecuadas y dediles para la higiene.
- Administración de complementos alimenticios y alimentos adecuados a la edad y a la especie de la mascota.
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