Los procesos catarrales, resfriados y gripes se producen con frecuencia con la llegada del frío y los cambios de tiempo, generando múltiples consultas en la farmacia comunitaria.
No existe consenso sobre una definición concreta del síndrome que conocemos como catarro común, produciéndose una enorme variabilidad en su diagnóstico y tratamiento.
La aparición de estos cuadros catarrales se asocia a más de 200 serotipos, correspondientes a 12 grupos de virus entre los que se incluyen los rinovirus, gripe A y B, parainfluenza, adenovirus, virus sincitial respiratorio, coronavirus, herpesvirus, y algunos serotipos de Coxackievirus y virus ECHO.
Diferenciación entre resfriado y gripe
Dentro de este tipo de enfermedades respiratorias, debemos ser capaces de discernir entre la infección vírica, que comúnmente llamamos resfriado, y la gripe. Ambas patologías presentan síntomas similares, lo que complica su diferenciación. Sin embargo, es importante saber identificar de qué proceso se trata, ya que la intensidad y el riesgo de complicaciones difieren claramente.
En primer lugar, es importante destacar que la gripe es producida por el virus influenza, principalmente del tipo H1N1. Este virus presenta la propiedad de modificarse con el paso de tiempo, dando lugar a una sintomatología e intensidad diferentes.
En cuanto al origen del resfriado, generalmente se debe a la familia de los rinovirus y coronavirus.
La gripe suele aparecer de forma súbita o repentina, mientras que el resfriado suele producirse de una forma gradual. Ambos presentan síntomas que pueden llegar a confundirse, pero la magnitud de los mismos es un factor distintivo de cada una de estas patologías. El resfriado presenta una sintomatología leve, mientras que la gripe es una enfermedad potencialmente grave, que puede evolucionar desde una infección leve hasta llegar a ser mortal en ocasiones, motivo por el cual siempre exige la derivación al médico.
La gripe produce manifestaciones intensas de fiebre alta de 3 o más días de duración, dolores musculares moderados o intensos, escalofríos, debilidad y fatiga. En el caso del resfriado los síntomas más comunes son congestión nasal, estornudos, mucosidad, tos, dolor de garganta y de cabeza, y pérdida del apetito. La fiebre en estos procesos es inexistente o, en caso de producirse, es baja. Por otra parte, la gripe puede durar una o incluso dos semanas, mientras que el resfriado suele ser bastante más corto (Tabla 1).
Transmisión y factores de riesgo
La transmisión de estas enfermedades se produce a través de la vía aérea y de la autoinoculación nasal o conjuntival. Los virus que las producen se transmiten a través de gotitas que son expulsadas por la persona infectada y que permanecen en el ambiente al hablar, toser o estornudar.
Con frecuencia son los niños en edad escolar quienes transmiten el virus a sus progenitores, manifestándose la enfermedad a las 48-72 horas después del contagio. Las mujeres normalmente son más proclives a contraer la enfermedad, tal vez porque el contacto que mantienen con sus hijos es más estrecho.
Además, factores intrínsecos del individuo, como el estrés y el consumo de alcohol, pueden debilitar el sistema inmunitario y aumentar el riesgo de gripe.
Por otro lado, determinadas conductas de riesgo —entre las que se incluye el tabaquismo, capaz de debilitar la barrera mucosa e incrementar el riesgo de catarros— aumentan la duración del proceso. Añadido a esto, factores ambientales como las bajas temperaturas desencadenan una reducción significativa de la capacidad defensiva que ofrecen las mucosas de las vías respiratorias, lo que facilita la penetración de los virus infecciosos.
Hay que incidir en la educación sanitaria, promoviendo medidas higiénicas que dificulten la transmisión de este tipo de enfermedades respiratorias
Es importante destacar que cualquier situación social que favorezca el hacinamiento y facilite el contacto directo también propiciará la transmisión aérea del virus; lo mismo sucederá en casos de autoinoculación por objetos contaminados. De acuerdo con esto, las reuniones familiares, los espacios escolares y los entornos de trabajo pueden ser potenciales factores de riesgo de la enfermedad.
Tratamiento de los procesos catarrales
Aunque la remisión de estas infecciones es espontánea, cuando las defensas naturales del organismo consiguen restaurar la normalidad suele ser necesario tratar la sintomatología, para sobrellevar la enfermedad, y seguir una serie de medidas higiénico-dietéticas que disminuyan el riesgo de propagación y ayuden a la recuperación.
Tratamiento farmacológico
Tanto la gripe como el resfriado son afecciones de origen vírico, para las que solo se dispone de tratamientos sintomáticos enfocados a aliviar los síntomas de la patología, mejorando la calidad de vida del paciente, mientras dura el proceso. Los principios activos empleados en función de la sintomatología se resumen en la Tabla 2.
Estos medicamentos pueden utilizarse de forma aislada o en combinación. En función de cuáles sean los síntomas predominantes en el paciente, se recurrirá a la elección más idónea. En la farmacia comunitaria existe un amplio portfolio de medicamentos no sujetos a prescripción médica, excluidos de la financiación pública por el Ministerio de Sanidad, que combinan estos principios activos.
Desde la farmacia comunitaria debemos recalcar a nuestros pacientes la inutilidad de administrar antibióticos sin la debida prescripción médica, y más aún ante este tipo de enfermedades de origen vírico.
Es de sobra conocido que el uso de antibióticos frente a estos microorganismos es erróneo. Además de ser totalmente ineficientes, su uso indebido aumenta las temidas resistencias antimicrobianas, que hoy en día tanto preocupan a toda la comunidad científica. Así pues, en estos casos los antibióticos solo se utilizarán bajo prescripción médica, de manera limitada al tratamiento de posibles complicaciones.
Consejos desde la farmacia
- La prevención de este tipo de infecciones resulta complicada debido a diferentes factores que dificultan su profilaxis:
- Los sistemas de aire acondicionado favorecen la reproducción de los virus en la nariz.
- Los espacios poco ventilados y aquellos donde el contacto físico se estrecha (espectáculos multitudinarios, medios de transporte, oficinas, etc.) son un medio de cultivo idóneo para la circulación de estos virus.
- En un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, la transmisión vírica no encuentra barreras. Se deben exigir directrices comunes a todas las organizaciones mundiales de la salud para que minimicen esta creciente amenaza.
- Desde la farmacia comunitaria debemos incidir en la educación sanitaria, promoviendo medidas higiénicas que dificulten la transmisión de este tipo de enfermedades respiratorias.
- La mejor prevención es aquella que evita la posibilidad de contagio a través de las secreciones nasales, por ejemplo, a través de las siguientes acciones:
- Llevando a cabo un lavado de manos adecuado y frecuente.
- Promoviendo el uso de pañuelos de un solo uso.
- Lavando los juguetes de los niños.
- Por otro lado, existen una serie de consejos y medidas que podemos divulgar desde la farmacia para limitar la enfermedad, y que se enumeran en la Tabla 3.
Estos medicamentos pueden utilizarse de forma aislada o en combinación. En función de cuáles sean los síntomas predominantes en el paciente, se recurrirá a la elección más idónea. En la farmacia comunitaria existe un amplio portfolio de medicamentos no sujetos a prescripción médica, excluidos de la financiación pública por el Ministerio de Sanidad, que combinan estos principios activos.
Desde la farmacia comunitaria debemos recalcar a nuestros pacientes la inutilidad de administrar antibióticos sin la debida prescripción médica, y más aún ante este tipo de enfermedades de origen vírico.
Es de sobra conocido que el uso de antibióticos frente a estos microorganismos es erróneo. Además de ser totalmente ineficientes, su uso indebido aumenta las temidas resistencias antimicrobianas, que hoy en día tanto preocupan a toda la comunidad científica. Así pues, en estos casos los antibióticos solo se utilizarán bajo prescripción médica, de manera limitada al tratamiento de posibles complicaciones.
Consejos desde la farmacia
- La prevención de este tipo de infecciones resulta complicada debido a diferentes factores que dificultan su profilaxis:
- Los sistemas de aire acondicionado favorecen la reproducción de los virus en la nariz.
- Los espacios poco ventilados y aquellos donde el contacto físico se estrecha (espectáculos multitudinarios, medios de transporte, oficinas, etc.) son un medio de cultivo idóneo para la circulación de estos virus.
- En un mundo cada vez más interconectado e interdependiente, la transmisión vírica no encuentra barreras. Se deben exigir directrices comunes a todas las organizaciones mundiales de la salud para que minimicen esta creciente amenaza.
- Desde la farmacia comunitaria debemos incidir en la educación sanitaria, promoviendo medidas higiénicas que dificulten la transmisión de este tipo de enfermedades respiratorias.
- La mejor prevención es aquella que evita la posibilidad de contagio a través de las secreciones nasales, por ejemplo, a través de las siguientes acciones:
- Llevando a cabo un lavado de manos adecuado y frecuente.
- Promoviendo el uso de pañuelos de un solo uso.
- Lavando los juguetes de los niños.
- Por otro lado, existen una serie de consejos y medidas que podemos divulgar desde la farmacia para limitar la enfermedad, y que se enumeran en la Tabla 3.
Vacunación en grupos de riesgo
La vacunación ha demostrado ser segura y eficaz para prevenir la gripe, siendo el mejor método de prevención de que disponemos. Puesto que se trata de una enfermedad potencialmente grave, capaz de provocar complicaciones, sobre todo en grupos de riesgo (personas mayores y aquellas que padecen enfermedades crónicas), la vacunación resulta fundamental para reducir la mortalidad y la morbilidad asociadas a la enfermedad.
Criterios de derivación al médico en afecciones respiratorias
Entre los criterios que hay que tener en cuenta para derivar al médico se incluyen la edad, determinados síntomas de alarma, procesos crónicos y algunas situaciones especiales (Figura 1).
Conclusión
El abordaje adecuado de este tipo de procesos respiratorios con una sintomatología menor forma parte de la labor asistencial del farmacéutico. Como profesionales sanitarios cercanos al paciente, debemos ser capaces de asesorar sin o con dispensación de tratamiento farmacológico, recomendar otros tratamientos y medidas higiénico-dietéticas, derivar al médico y realizar el seguimiento farmacoterapéutico (Figura 2).
Es fundamental que el abordaje se realice bajo protocolos normalizados de trabajo y de una manera consensuada para limitar la propagación de la enfermedad, evitar las reinfecciones y prevenir epidemias.
Bibliografía
- Encabo B, Fernández J, Gaminde M, Gurrutxaga A, Rodríguez E, Sakona L, Mónica Samperio (farmacéuticos). Grupo de trabajo del COF de Bizkaia. Gripe y resfriado.
- Fernández Rodríguez E (farmacéutica adjunta), Codesal Gervás T (farmacéutico titular). Atención farmacéutica en gripe y resfriado en una farmacia comunitaria de Zamora capital en los meses de septiembre a febrero [Pharmaceutical Care in Flu and Cold in a Community Pharmacy of Zamora Capital in the Months of September to February]. Oficina de Farmacia Comunitaria Tomas Codesal (C/San Torcuato, 21 49014 Zamora. Castilla y León).
- https://salud.nih.gov/articulo/resfrio-gripe-o-alergia/
- https://www.comunidad.madrid/servicios/salud/gripe
- Regueira Méndez C, Caamaño Isorna F, Takkouche B. Factores de riesgo del catarro común. Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública. Universidad de Santiago de Compostela.
- Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC). Guía Práctica de la Salud. Unidad 2: Enfermedades de la cara-nariz-boca-garganta-oídos. Resfriado común. Disponible en: http://guiapractica.semfyc.info/PDFS/Unidad_02.pdf