El vino azul

Amarillo pálido, pajizo oro. Rojo rubí, cereza, colores teja, violetas o anaranjados. Los colores del vino pueden tener un amplio abanico cromático. Muchas veces estos matices de color dependen de la variedad de uva utilizada, aunque una de las pistas que nos da el color en un vino es su edad.

Pep Bransuela

Pep Bransuela

Farmacéutico y enólogo

En un vino blanco podemos encontrar colores que van desde el amarillo pálido casi transparente hasta el color oro viejo, siendo estos últimos característicos de los vinos blancos más envejecidos. Por lo que se refiere al vino tinto, los caldos más jóvenes suelen caracterizarse por unos colores vivos rojos rubí y tonos azulados, mientras que los más envejecidos suelen evolucionar a rojos más anaranjados y colores teja.
Pero, ¿qué pensaríamos cuando usásemos los términos color del cielo, zafiro u océano para definir el color de un vino? Pues ya se puede tomar un vino con estas tonalidades, el llamado vino azul. Cuatro jóvenes innovadores encontraron en León a unos empresarios dispuestos a invertir para que realizaran su caldo imaginado con uva del Bierzo: el Gik-Blue. Este vino se ha conseguido sin colorantes ni transformaciones genéticas, sino simplemente seleccionando las uvas más idóneas y añadiendo un colorante llamado indigotina y tras un año se obtiene este caldo. El resultado es un vino fresco, dulce y que no deja indiferente a nadie.
La idea es huir de los convencionalismos vitivinícolas y de los maridajes, se trata de un vino suave, dulce y afrutado pensado para disfrutarlo en cualquier momento. ¿Para cuándo un vino verde esmeralda?

mas polit 2012Mas Pòlit 2012
D.O. Empordà
Precio: 11 €
Este vino tinto está elaborado en Vilamaniscle, un pequeño enclave en la comarca del Alt Empordà. Se realizan únicamente 5.700 botellas. Está compuesto por una mezcla de garnacha negra (55%), cabernet sauvignon (30%) y syrah (15 %). La uva ha estado seleccionada cuidadosamente en la viña y cosechada a mano en cajas. Tiene un paso de 9 meses de barrica nueva francesa, que le da un matiz avainillado muy sutil y delicado. En nariz es intenso y con unos matices a frutas rojas confitadas. Destellan aromas balsámicos y tostados suaves. Una vez aireado, las vainillas y los ahumados predominan fuertemente. En boca es largo e intenso. Tiene un postgusto mineral que recuerda a la pizarra característica del terruño típico de esta zona vitivinícola.
Una muy buena opción para maridar un buen plato de jabalí al vino tinto o cualquier carne roja estofada con verduras en su salsa.

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