Con el arroz ocurre como con la pasta: los ingredientes con los que se prepara serán determinantes a la hora de coger un buen vino que lo acompañe. También hay que tener en cuenta la forma en que se ha cocinado el arroz: si es seco, caldoso o meloso.
Las paellas de carne hechas con carnes blancas de pollo o de conejo y verduras ligan muy bien con un vino tinto joven o con crianza. En el caso de una paella mixta, con carnes blancas, mariscos y verduras, marida mucho mejor un vino rosado ligero y fresco, mientras que si se trata de una paella de mariscos que se prepara con calamares, sepia, gambas o cigalas no hay nada mejor que un vino blanco de la zona, ya sea seco o semidulce, o un vino espumoso.
Algunos arroces modifican mucho su sabor según sean caldosos, donde un buen vino tinto joven es la solución, o melosos o secos, en los que optaremos por vinos blancos afrutados y frescos. Los arroces más consistentes, como los hechos al horno o los de bogavante, son aliados perfectos para vinos tintos de crianza y, en cuanto a los arroces negros con tinta, siempre son un acierto los vinos blancos o rosados muy secos.
En cuanto a los risottos y otros platos de arroces muy melosos, con queso incorporado y toques de setas o trufas, los vinos blancos con barrica de paladar muy elegante vienen como anillo al dedo. Para ensaladas veraniegas con muchos tropezones, los vinos rosados afrutados van muy bien; unos buenos pimientos rellenos de arroz tienen al txakolí como compañero y, para terminar, si tomamos un sushi y queremos una alternativa al famoso sake, podemos probar con blancos exóticos de Sauvignon blanc o albariños. Las combinaciones son infinitas y el resultado siempre mucho mejor con un buen maridaje. ¡Viva el verano y viva el arroz!
Erre de Herrero
D.O. Rueda. 100% Verdejo. Graduación: 12º
Precio: 7 €
Un verdejo joven, puro y personal de los hermanos Herrero, de color amarillo pajizo, con aromas minerales muy presentes y algún toque balsámico, con un paladar limpio muy floral y con toques cítricos. Muy amplio y estructurado en boca, con leves notas a flores y frutas maduras. Perfecto para un buen plato de mejillones, navajas, almejas o percebes, y especialmente adecuado para arroces de bogavante, cigalas o gambas.