La destilación se puso en práctica en Francia en 1639 a raíz de una sobreproducción de vinos en el distrito de La Charente y los viticultores no tenían cómo costear el transporte a Inglaterra. Observaron que el destilado del vino poseía cualidades organolépticas excepcionales y lo dedicaron de esa forma al consumo humano. En la convención de Ginebra del 1908 se delimitó la bebida coñac a esta zona de Francia.
Las variedades de uvas de esta región son la Folle Blance o Courageot, Collombard o Semillon Blanc y la Saint-Émilion. El mosto que se va a fermentar tiene que proceder de uvas blancas o de uvas tintas sin estar en contacto con la piel. El vino es muy ácido, de bajo contenido de azúcares y de grado alcohólico entre 8 y 9 grados.
El vino pasa por un proceso de doble destilación en alambiques de cobre, con el que se obtiene un aguardiente incoloro con un contenido alcohólico de aproximadamente el 70% de alcohol. El coñac sólo puede venderse al público como tal cuando ha pasado al menos dos años envejeciendo en barricas de roble, contados siempre a partir del final de la destilación. El producto final es una mezcla de 40% de alcohol.
Los diferentes tipos de coñac son VS (Very Special), cuyo aguardiente más joven tiene dos años de barrica; Réserve, cuyo aguardiente más joven tiene al menos cuatro años de añejamiento en barrica, y Napoleón, cuyo aguardiente más joven tiene al menos seis años de añejamiento.
Bodegas: Joan Ametller
D.O.Q. Priorat
Precio: 9 €
Este vino blanco fermentado en depósitos de acero inoxidable está elaborado con garnacha blanca. Tiene un color amarillo pálido y brillante. En nariz presenta fuertes aromas cítricos a pomelo y naranja y toques florales. En boca tiene una entrada contundente y ácida, pero es persistente y los aromas cítricos se intensifican. Perfecto para tomar con una lubina o un rape al horno.