El desarrollo tecnológico de los últimos años y las circunstancias sanitarias actuales han logrado, entre otros avances, que la atención telemática de los pacientes haya crecido exponencialmente y sea una realidad hoy en día. En este contexto de apuesta por la innovación en el sector sanitario también se está planteando la digitalización de los prospectos de los medicamentos, a través de un proyecto en el que encontramos grandes beneficios pero también áreas de mejora.
En enero de 2022, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha puesto en marcha este «proyecto piloto», de dos años de duración, para evaluar el impacto del acceso a la información electrónica de medicamentos de ámbito hospitalario. En concreto, son 46 presentaciones de fármacos, tanto de la industria genérica como medicamentos innovadores. Es natural que todos los ámbitos evolucionen con el objetivo de mejorar la atención a sus usuarios, pero ¿realmente estamos preparados para la supresión del prospecto en papel?
La pandemia ha intensificado la digitalización de los procesos, pero ya antes muchos trámites se podían realizar de forma telemática. La virtud está en no perder información por el camino. El objetivo debe ser avanzar para que la información sea más accesible para todos los pacientes, sin que ninguno quede atrás.
En un futuro no muy lejano, y este proyecto es prueba de ello, los prospectos de los medicamentos serán códigos que se podrán escanear con el móvil, como ha sucedido últimamente con las cartas de muchos restaurantes. Pero aquí la seguridad de los pacientes debe ser la prioridad.
El acceso digital a las indicaciones de los medicamentos tiene sus ventajas, como que las explicaciones sean más claras, ya que no existe un límite de caracteres, que estén en constante actualización e incluso la elección del idioma. Sin embargo, no podemos olvidar que los principales usuarios de los fármacos son pacientes mayores, cuya relación con la tecnología es escasa con cierta frecuencia. Por ello, es importante que en el momento de poner en marcha este cambio nos aseguremos de que la información se comprenda bien.
La digitalización aporta un sinfín de soluciones que supera claramente el formato impreso actual
Garantizar la formación que evite la brecha digital es un factor muy importante, porque la tecnología, lejos de convertirse en una dificultad, debe facilitar la vida de las personas. En este caso nos permitiría adecuar el tamaño de letra a las características de visión de cada persona; incluso acceder a un formato de lectura fácil, o de audio, para quienes tengan dificultades lectoras. Podría convertirse en un formato tutorial sobre el uso más adecuado del medicamento o producto farmacéutico, con imágenes y vídeos… La digitalización aporta un sinfín de soluciones que supera claramente el formato impreso actual.
En la POP creemos que la tecnología es un elemento esencial para seguir avanzando, como así se refleja en el documento Modelo de atención telemática centrada en la persona, que presentamos el pasado año. En definitiva, la tecnología traerá grandes ventajas, pero en todo este proceso siguen siendo esenciales el trabajo conjunto y la escucha activa. Solo así este tipo de programas tendrán éxito. Eso sí, siempre orientado a los pacientes, quienes, en última instancia, somos los verdaderos destinatarios.