Esta frase no es mía; sin embargo, me siento muy identificada con ella, y te diré por qué.
Los equipos deben sentirse informados y formados para transformarse y, sobre todo, motivarse, encontrar su propósito laboral y darle sentido a su trabajo.
La oficina de farmacia es un lugar ideal —cuando trabajaba en farmacia no me lo parecía, me resultó aburrido y con poco sentido— para APORTAR Y SUMAR A LA SOCIEDAD a través de consejo, la escucha activa y, por supuesto, la venta de productos —o no—.
Vende el problema que resuelves porque el producto llegará —casi— seguro.
Vende el problema que resuelves porque la promoción siempre será un plus y te lo agradecerán tus clientes —después de una correcta explicación—.
Vende el problema que resuelves porque el laboratorio que quiere formar parte de tu evolución trabaja desde su departamento de Marketing y ventas con empeño para que JUNTOS todo vaya mejor.
Caso real, y con esto termino —¡tengo anécdotas después de 22 años como consultora de RR.HH. y retail coaching para farmacias que dan para un libro!—. Visita mensual en una de mis farmacias:
—Buenos días, Elena [inventado].
—¡Cuéntame!
—¿Qué promoción tenéis este mes?
—María, ¿te sabes la promoción de este mes?
—Rafa, la promoción que me han explicado María y Elena, ¿sabes bien cómo va?
Así, hasta 4 empleados... Ninguno me contestó lo mismo…, hasta que, finalmente, llego al titular y le pregunto por la promoción. ¿Sabéis la respuesta?… «¿Qué promoción?»
Eso es exactamente lo que NO DEBE SUCEDER —excepto que esa función esté delegada en un mando de la farmacia, en cuyo caso sería lógico—.
Tenemos mucho que mejorar. Las promociones son una buena herramienta, los laboratorios saben vender, las farmacias muchas veces no sabemos comprar —estamos en ello—. Se trata de ir más allá: negociar, el win-win de toda la vida, 50 % para ambas partes. Y ojito, que el equipo es pieza clave y sin él nada funciona. ¡Cuidémosles mucho!
¡Un abrazo y ¡a seguir avanzando!
